Marcial Rodríguez Saldaña
Octubre 20, 2016
Los casos de Javier Duarte, gobernador con licencia por el PRI en Veracruz y de Guillermo Padrés exgobernador por el PAN en Sonora, son dos ejemplos típicos de la corrupción, impunidad y complicidad que existe en México, toda vez que a los dos personajes se les giraron ordenes de aprehensión por parte de jueces federales, sin embargo, la Procuraduría General de la República (PGR) no tomó las medidas suficientes para evitar que huyeran, que escaparan, y hoy al no saber de su paradero, se encuentren en calidad de prófugos de la justicia.
1.- Guillermo Padrés Elías ha tenido una larga carrera política dentro del Partido Acción Nacional, desde diputado local y federal, vicecoordinador de campaña de Vicente Fox, subdelegado de la Sagarpa, senador y gobernador de Sonora, cargo que asumió en el año 2009 y concluyó en el 2015. Durante su mandato estuvo envuelto en múltiples escándalos entre ellos el relativo a la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la del Estado, por haber cometido violaciones en contra de su sirvienta a quien acusaron de robo; la detención arbitraria del vocero de la tribu yaqui Mario Luna, por el conflicto en torno al Acueducto Independencia; sus expresiones de “mal nacidos” en contra de quienes protestaron contra el impuesto de tenencia vehicular y la construcción de una presa en su rancho. El desfalco que hizo al erario público se calcula en 32 mil millones de pesos.
2.- Javier Duarte de Ochoa, llamado pomposamente por Enrique Peña Nieto como miembro de las nuevas generaciones del PRI, se ha desempeñado como funcionario en la Secretaría de Gobernación, asesor en la Cámara de Diputados y de Senadores, subsecretario y secretario de Finanzas en Veracruz, diputado federal y luego gobernador de Veracruz, cargo que asumió en el 2010 al cual pidió licencia este 12 de octubre del 2016. Todos sus encargos fueron gracias a la benevolencia de Fidel Herrera Beltrán, político de viejo cuño del PRI, ex gobernador de Veracruz que hoy por designación de Peña Nieto, se encuentra en la confortable diplomacia mexicana, desempañando el cargo de cónsul en Barcelona.
3.- La gestión de Javier Duarte en el gobierno de Veracruz ha sido como una larga noche negra y de infortunio. La inseguridad fue una constante; en septiembre del 2011, en el municipio de Boca del Río fueron arrojados 35 cuerpos de hombres y mujeres frente a un edificio donde se realizaba una reunión nacional de presidentes de Tribunales de Justicia y de procuradores y fiscales; secuestros y asesinatos de periodistas; retención al subsidio de la Universidad Veracruzana por mas de 2 mil 300 millones de pesos; creación de empresas fantasmas con prestanombres, para enriquecerse con dinero público en forma fraudulenta. El 20 de enero del 2012, en plena campaña presidencial de Peña Nieto, funcionarios del gobierno de Duarte fueron detenidos en el aeropuerto de Toluca con 25 millones de pesos en efectivo. ¿A quién iban destinados y para qué? Es algo que todavía no se sabe.
4.- El gobierno federal cuenta con las instancias de poder y la tecnología para mantener localizados a personajes que pudieran evadir la justicia, más aun tratándose de ex gobernadores. Las órdenes de aprehensión contra Guillermo Padrés y Javier Duarte fueron consultadas con Peña Nieto y el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Era muy previsible que ambos personajes pudieran escapar, pero el gobierno de Peña no tomó las medidas suficientes para evitar que huyeran de la justicia, lo cual resulta mucha casualidad, especialmente a Javier Duarte, toda vez que es importante que el pueblo de México conozca con claridad si parte de los recursos de los que se le acusa de desfalco, fueron a parar a la campaña presidencial de Peña Nieto, y en caso de comprobarse, ameritaría que también fuese enjuiciado.
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