EL-SUR

Miércoles 18 de Junio de 2025

Guerrero, México

Opinión

Los recursos de la nación, intocables; 87 años de la expropiación petrolera

Abelardo Martín M.

Marzo 18, 2025

El inicio y auge de la era industrial se logra y sostiene a partir de la generación de energía, desde la producida por el carbón, pasando por la de los hidrocarburos (gas y petróleo, principalmente), la nuclear, la eólica y la solar, todas ellas con grave perjuicio al medio ambiente, aunque la mercadotecnia a algunas las clasifique como “limpias”, cuando que en su crecimiento y auge, todas han justificado su propósito superior que ha sido garantizar la producción para el aumento del consumo de productos y servicios, y para comodidad de quienes, con ellos, han logrado una mayor calidad de vida.
Ya a lo largo de dos siglos, las empresas dedicadas a la generación de energía han ocupado un lugar preponderante en la evolución de la historia y en la generación, aparte de la energía, de muchos de los conflictos que ha enfrentado la humanidad en este lapso.
La literatura real y ficticia acerca de la influencia y el poder de las llamadas “7 hermanas”, como se nombraron a las principales empresas petroleras del mundo durante el siglo 20 es amplia y detallada de cómo, aparte de las utilidades económicas, respondieron a los intereses estratégicos de los países a los que pertenecen.
De igual forma, las empresas dedicadas a la explotación de la energía nuclear han tenido un destacado papel en cuanto al desarrollo tecnológico y lo fundamental de su operación, especialmente en Europa.
Después han surgido las grandes empresas de desarrollo de proyectos eólicos y solares como una vía para sustituir al carbón, los hidrocarburos y las plantas nucleares, siempre con el apoyo y promoción de los países más avanzados, sus principales promotores y beneficiarios.
Hoy la guerra en Ucrania tiene como último objetivo la riqueza de sus recursos naturales que pretenden usufructuar las grandes potencias, sin que la independencia, autonomía y usufructo nacionales ucranianos tengan validez.
Así, los países ricos preservan su posición económica y su predominio político internacional, en la permanente disputa de los recursos de los países en desarrollo y los que permanecen en la pobreza, como ocurre con casi todos los que forman el continente africano.
En México, se cumplen este 18 de marzo 87 años de la expropiación petrolera, el valiente decreto con el que el Presidente Lázaro Cárdenas recuperó los hidrocarburos como patrimonio de los mexicanos y fortaleció con ello la soberanía nacional. A lo largo de las siguientes décadas, la empresa petrolera fue puntal para el desarrollo nacional, y los trabajadores del gremio un soporte fundamental para proveer a la nación de la energía necesaria.
Luego de ello, hacia el final del siglo pasado y en los primeros lustros de la actual centuria, los gobiernos neoliberales abandonaron la estrategia del manejo de la energía como un sector fuerte, propiedad del pueblo de México y sustento de la república. En esa etapa, los hidrocarburos fueron considerados como una simple mercancía, y el objetivo fue privatizar su explotación y disminuir la intervención de Petróleos Mexicanos en la operación de la industria, hasta eventualmente desaparecer la empresa pública. Por fortuna, a los privatizadores no les alcanzó el tiempo de lograr su objetivo, y a partir del pasado sexenio se revirtió ese propósito y se ha rescatado a Pemex como una institución propiedad del pueblo y a su servicio.
Ahora, el sector energético es de nuevo cimiento de un desarrollo democrático e incluyente; con el fortalecimiento de Pemex se ha estabilizado y recuperado la producción y refinación de petróleo, con la consecuente disminución de importaciones, y garantizando a toda la población el acceso a la energía, como parte de la estrategia integral de procurar el bienestar social. Ello ha sido posible por una reforma constitucional en materia energética, y al inicio de este año, con la adecuación de las leyes secundarias para proporcionar al sector un marco legal coherente, que da seguridad a la operación y garantiza los derechos de los trabajadores y de la población.
De ahí que la celebración del aniversario de la expropiación, que nunca dejó de realizarse, ni en los años más oscuros del neoliberalismo, ahora ha vuelto a cobrar importancia, porque con la nueva política energética se reafirma la soberanía nacional y la fortaleza del Estado mexicano. Hoy tenemos un real motivo de festejo.
Lo anterior es de particular relevancia, en momentos en que la nación es objeto de ataques, provenientes sobre todo del gobierno del país vecino, con el que en los años anteriores México pudo llevar a cabo procesos de integración productiva e intercambio comercial que generaron un enorme beneficio económico en la región, el cual ahora se encuentra en peligro por políticas descabelladas que de continuar producirán daños y retrasos en todo lo hasta ahora logrado.
En el fortalecimiento del Estado mexicano en los años recientes se encuentra una de las claves de porqué ahora el gobierno de nuestro país puede negociar al tú por tú con la Casa Blanca, desde donde se ponen en marcha políticas agresivas contra muchos frentes en el mundo, pero en donde la mandataria mexicana ha logrado el respeto y el reconocimiento por la solidez de sus posiciones y sus argumentos.
De manera simultánea aunque en otro orden de ideas, en los días cercanos en la nación han aflorado múltiples agravios ocasionados por la violencia generada luego de estrategias insuficientes o equivocadas contra el crimen organizado. La presidenta ha manifestado el compromiso gubernamental de recabar, ordenar y comprobar toda la información y llegar al fondo en las investigaciones de hechos terribles como los que ahora se han dado a conocer en Jalisco, pero que en realidad vienen de mucho tiempo atrás y en la mayoría de los estados.
Ojalá que esto se haga y que se erradique en todo el país la terrible violencia criminal y la inseguridad que aún prevalece en muchos lugares. En este rubro, en Guerrero tenemos nuestra propia historia, y también muchas acciones e investigaciones que llevar a cabo. Mientras ello no ocurra, se ha repetido mucho, la transformación que se pretende no podrá completarse, ni habrá verdadero bienestar en la población.