EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los resultados frente a la terca realidad

Abelardo Martín M.

Septiembre 08, 2020

La magnitud del desastre heredado por gobiernos laxos, ambiciosos, corruptos e irresponsables (a nivel nacional, estatal y municipal con contadas excepciones), es imposible de reparar o siquiera detener su deterioro en apenas 21 meses del gobierno encabezado por el presidente López Obrador. En algunas políticas públicas podrían haberse establecido nuevas bases para rectificar años y años de abandono, como ocurre en los sectores médico-sanitario-asistencial, el educativo o el impulso a la economía y al progreso.
Pero la realidad de abandono social y de programas al tamaño de país y de economía que tenemos merecían, sin duda, actores o gobernantes más responsables, más conscientes de la grave responsabilidad que implica el aceptar cargos de gobierno.
El sistema institucional de salud fue depredado, junto con el de educación que se abandonó a los intereses y conflictos gremiales, cuando hizo falta la visión y la decisión para impedir que, como agua entre las manos, se perdiera y se llevara consigo a millones de mexicanos a quienes se canceló la esperanza de progreso.
Por ello diversas reacciones generó el segundo Informe de Gobierno del Presidente AMLO en el cual defendió su objetivo central de desterrar la corrupción y dio cuenta de los avances logrados, en la perspectiva de transformar, de raíz, la vida nacional. Sin embargo, en un afán de mostrar los muchos, pero insuficientes resultados de su administración gubernamental, el presidente omitió dimensionar el tamaño de tarea por realizar prácticamente en todas las políticas gubernamentales, pues el deterioro incluyó hasta a los más insignificantes programas.
Las campañas “de resultados” no se hicieron esperar y muestran que han sido en el peor tiempo cuando tenemos el mejor gobierno de nuestra historia, se asevera en la propaganda que rodeó a la entrega del segundo Informe de Gobierno al Congreso de la Unión y el acto mediático con una audiencia no representativa de la realidad nacional.
Aparte, o como un agravante, el del Covid-19, transformó la vida entera en el planeta, y hoy nadie se atreve a pronosticar un desenlace alentador y mucho menos próximo. Los más optimistas aseguran que la vacuna podría desarrollarse a principios de 2021 y para cuando eso ocurra ya habría nuevas variedades del coronavirus azotando a la humanidad, víctima y espectadora de cambios nunca previstos, ni siquiera imaginados.
En México hemos vivido una larga y letal experiencia con el Covid-19, y aunque hay una tendencia clara a la baja, su ritmo es tan lento que por lo pronto viviremos el resto del año con la misma zozobra. Pese a ello, y contra los pronósticos más pesimistas, la economía ha resistido los embates; el producto interno tuvo una profunda caída en el segundo trimestre del año, pero a partir de agosto hay señales de recuperación de la producción, el comercio y el empleo, tanto a nivel local como en el mercado internacional.
No hemos sufrido escasez de productos o servicios básicos; la inflación, aunque con una muy ligera alza, se mantiene bajo control, informó el mandatario en un mensaje breve con el que cumplió su obligación constitucional, aunque en la cotidianidad diaria informa a la nación de cuanto acontece en el ámbito gubernamental y nacional.
En el frente sanitario del Covid-19, los iniciadores han permitido que medio país prácticamente se encuentre ya en la luz amarilla del semáforo epidemiológico, la etapa en que se considera que los riesgos son menores, hay una sobrada capacidad de atención hospitalaria y pueden reanudarse diversas actividades en las poblaciones. Éste fue el caso de Guerrero, que desde principios de julio pudo reabrir parcialmente sus playas, al igual que los hoteles y algunas actividades de recreación y que, a partir de hace una semana, está ya clasificado en el semáforo amarillo, el segundo estado en lograrlo, sólo después de Campeche, con lo que el turismo ha vuelto a cobrar vida en los centros de atracción de la entidad, se reanudan también la mayor parte de los giros conectados con la atención y servicios a los visitantes.
Todo ello, pese a que por otro lado la naturaleza se ha manifestado en la sucesión de tormentas y huracanes que han causado inundaciones y estropicios en buena parte del territorio guerrerense; apenas pasó por la costa la tormenta tropical Hernán, que provocó la emergencia en la mitad de los municipios de Guerrero, le siguió Julio, que terminó de anegar la región.
La sociedad (y la economía) espabilan y van a la búsqueda de la “nueva normalidad”, impulsada ya también por las burbujas que forman las campañas electorales cuyos preparativos inician para, dentro de nueve meses, el primer domingo de junio de 2021 se celebren elecciones en varios estados de la república. La fecha parece muy lejana, pero tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) como los organismos locales tienen ya diversas tareas por atender.
El INE empezó por resolver diversas solicitudes de nuevos partidos políticos, lo cual hizo en medio de gran polémica al rechazar el proyecto de México Libre y aprobar la reedición de Encuentro Social, que luego del pasado proceso electoral perdió su registro. La mayoría de México, empezando por el propio presidente AMLO celebró el rechazo al aborto de México Libre, que pareció más bien lo que le ocurrió al periodo de gobierno del ex presidente Felipe Calderón que legó un país ensangrentado por un grupo irresponsable y rapaz.
El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero determinó el 9 de septiembre como inicio del proceso local, en el cual se elegirá el siguiente gobernador, el Congreso y las presidencias municipales. Tradicionalmente, las elecciones intermedias generan un interés mucho menor en comparación con las que ocurren cada seis años, cuando se elige al Presidente de la República, pero el polvo levantado por la transformación anticipa que los ánimos habrán de calentarse de manera inusitada.
Los detractores del actual gobierno ven en el 2021 la oportunidad de atajar y acotar el cambio que vivimos, en tanto la gente que votó por darle un vuelco al régimen que teníamos deberá defenderlo con el refrendo de su participación ciudadana, para evitar el retroceso.
Hay una creciente inquietud política que generará turbulencias y más en Guerrero, donde hay muchas facturas pendientes, donde la pobreza, el aislamiento, el abandono y el atraso lastiman y ofenden.
Se va a poner bueno, o por lo menos, no será aburrido.