EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los sinuosos caminos de la paz en Colombia

Gaspard Estrada

Enero 17, 2018

El pasado lunes, Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), terminó una visita a Colombia, que incluyó recorridos por las zonas más duramente afectadas por el conflicto armado que vive ese país desde hace más de seis décadas, en un momento clave de la historia política del país. En efecto, desde la victoria extremadamente apretada del NO en el referéndum sobre el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a finales de 2016, el impulso político a la agenda de la paz parece haber perdido fuerza. Si bien las principales iniciativas jurídicas existentes en el acuerdo de paz fueron votadas rápidamente por el Congreso colombiano, la coalición gubernamental que dio pie a la elección del actual presidente Juan Manuel Santos parece estar dando señales de fragmentación, de cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en mayo de este año. Juan Manuel Santos no puede ser candidato de nueva cuenta, al haber sido reelecto por un segundo periodo en 2014. Para el proceso de paz, la salida del cargo del principal actor institucional que lo ideó y apostó en él su capital político significa un aumento de la incertidumbre cuanto a su conclusión, en particular en la eventualidad de un cambio de orientación del nuevo gobierno. Desde hace meses, el ex presidente Álvaro Uribe ha estado recorriendo el país, junto con el senador Iván Duque, para criticar el proceso de paz, y en particular la posibilidad que este acuerdo le da a las FARC de participar en la vida política de Colombia.
En las encuestas de opinión, el apoyo popular al proceso de paz en su conjunto ha venido disminuyendo desde 2016; de hecho, si bien esa agenda polariza el debate en el seno de la clase política y de los medios de comunicación, no se trata de la principal prioridad expresada por los colombianos en estas encuestas. El desempleo, la corrupción, y la seguridad continúan siendo sus preocupaciones esenciales. Sin embargo, de la misma manera que en 2014, cuando el eje de la campaña fue la paz versus el mantenimiento de la guerra, todo apunta a que este debate se reproduzca este año. La mayoría de las personalidades políticas que han anunciado su voluntad de ser candidatos a la presidencia de la república han hecho hincapié en este punto en el lanzamiento de sus pre-candidaturas. Como era de esperarse, el sector más reacio al mantenimiento del acuerdo de paz es el campo de la derecha, en particular de los seguidores del ex presidente Álvaro Uribe, y de un sector importante del partido conservador, dirigido por el ex presidente Andrés Pastrana. Si bien en el plano político estos ex presidentes tuvieron ejercicios gubernamentales totalmente diferentes (Pastrana sostuvo un diálogo con las FARC, al contrario de Uribe que privilegió el combate armado frente a estas últimas), la perspectiva de la victoria del SI en el referéndum del 2016 los acercó, a tal grado que han anunciado públicamente su deseo de construir una plataforma política común frente a las elecciones presidenciales. Uribe defiende como candidato a Iván Duque, miembro de su partido Centro Democrático, mientras que Pastrana impulsa a la ex ministra Martha Lucía Ramírez, del Partido Conservador. Por otro lado, desde el centro y la izquierda, las cosas parecen estar un poco más confusas. El Partido Liberal, después de haber hecho una consulta, eligió como su candidato a Humberto de la Calle para la presidencia. Sin embargo, es el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, que se encuentra liderando las encuestas de opinión, con poco más de 20 por ciento de los votos, después de haber realizado una alianza con el polo democrático, dirigido por el senador Jorge Robledo, y por la líder ecologista Claudia López. Por su lado, el ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, también es candidato a la presidencia. A la luz de las encuestas, queda claro que una candidatura única del bloque político a favor de la paz tendría mucha fuerza política, pero todo apunta a que en la primera vuelta, estos grupos políticos querrán contarse. Esperemos que en su afán de contarse, eviten excluirse de la segunda vuelta, que marcará el futuro de Colombia.
*Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París. Twitter: @Gaspard_Estrada