Marcial Rodríguez Saldaña
Diciembre 05, 2019
“Subí a la sierra, mejor dicho, me echaron al monte… Me fui porque si me quedaba me mataban”. Lucio Cabañas Barrientos.
Este 2 de diciembre se cumplieron 45 años del asesinato por parte de miembros del Ejército mexicano del gran luchador social y revolucionario, el profesor Lucio Cabañas Barrientos, quien fue dirigente estudiantil en la Normal Rural de Ayotzinapa, secretario general de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, fundador del Partido de los Pobres y cuya lucha constituye una contribución muy destacada a las transformaciones sociales, políticas, culturales, democráticas y revolucionarias de Guerrero y México.
1.- De la información que se dispone, Lucio desde adolescente tenía ya una vocación de lucha por las causas justas, y fue así que se convirtió en un destacado líder estudiantil en la institución donde estudio su educación como profesor en la escuela normal de Ayotzinapa y despues en dirigente de una federación de estudiantes provenientes del sector campesino con principios socialistas. Durante su estancia en Ayotzinapa tuvo una participación muy relevante en apoyo al movimiento popular-estudiantil de 1960 que pugnó por la creación de la Universidad de Guerrero y luego por su autonomía, que fue reprimido por integrantes del Ejército el 30 de diciembre de ese año por órdenes del entonces gobernador Raúl Caballero Aburto, donde fueron masacradas 18 personas, lo cual provocó la caída del gobernador y la desaparición de poderes de en el estado.
2.- Lucio ya como profesor regresó a su tierra natal Atoyac a cumplir labores educativas en la escuela primaria Juan Álvarez y en abril de 1967 fundó junto con otros luchadores el Frente de Defensa de esta institución, para demandar respeto a los derechos de los maestros, la destitución de la directora Julia Paco Piza, el cambio de los representantes del Comité de Padres de Familia –debido a que sus integrantes ya no tenían hijos en la escuela– y mejorar las condiciones educativas. Entre otras acciones contra la toma de su escuela por parte de la Policía Judicial, el 18 de mayo de ese año maestros, padres de familia y alumnos y vecinos de Atoyac realizaron una concentración en la plaza cívica para exigir en complimiento de sus demandas a las autoridades educativas del estado. El gobierno de Raymundo Abarca Alarcón en vez de atender las justas exigencias reprimió a los manifestantes que lo hacían en forma pacífica, y ahí la policía del Estado asesinó a un niño, a la señora María Isabel Gómez –que tenía ocho meses de embarazada– a Arcadio Martínez Javier, Regino Rosales, Prisciliano Téllez e hirieron a otras personas.
3.- Ante la postura represiva del gobierno de asesinar a personas en una concentración pacífica en donde exponían demandas justas, ante la violación tan grave a los derechos humanos y el cierre de las vías civiles, Lucio fue orillado a tomar las armas para derrocar al gobierno. Inmediatamente después de la masacre, Lució sube a la sierra de Atoyac, funda el Partido de los Pobres, visita los pueblos y comunidades de la Sierra Madre del Sur para exponer en las plazas públicas las razones de su lucha. En esos recorridos –en Santa Bárbara y Santa Rosa– conoce a una adolescente-joven muy hermosa, esbelta, de piel blanca, ojos azules: Isabel Ayala Nava, quien decide huirse con Lucio, acompañarlo en su heroica lucha revolucionaria. A Isabel la asesinaron el 3 de julio del 2011 saliendo de la misa de medio día en Xaltianguis, Guerrero.
La reacción del gobierno federal y estatal no fue la de buscar resolver las casusas de la lucha de Lucio, sino desplegar una ofensiva militar de grandes proporciones, concentró gran parte del Ejército federal que cometió asesinatos, incendió casas y pueblos y ejecutó una guerra sucia que ocasionó centenas de personas desaparecidas y asesinadas, entre ellas el propio Lucio a quien acribillaron en El Otatal, Tdecpan, el 2 de diciembre de 1974.
4.- La lucha de Lucio Cabañas Barrientos es una contribución muy relevante a todo el proceso de transformación social y política que hoy estamos viviendo en nuestro país. Por justicia, es necesario que los gobiernos federal y estatal atiendan a las víctimas de la guerra sucia, que se conozca toda la verdad de los hechos, que se indemnice a los familiares y que se honre su memoria Es muy encomiable que su única descendiente, la profesora Micaela Cabañas Ayala junto con organizaciones sociales y familiares de luchadoras y luchadores sociales hayan realizado dos eventos –uno en Atoyac y otro en Chilpancingo– para honrar la memoria y las gestas de su padre para que las actuales y futuras generaciones conozcan y valoren en su más amplia dimensión la gran aportación de este reconocido luchador social y revolucionario, para que se mantenga en nuestra memoria, en nuestro corazón, en nuestras convicciones la célebre consigna de “Lucio vive, la lucha sigue”.
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