Marcial Rodríguez Saldaña
Noviembre 03, 2022
El domingo pasado 30 de octubre, se llevó a cabo la segunda vuelta de la elección presidencial en Brasil, en la cual resulto vencedor Luiz Inácio Da Silva –conocido popularmente como Lula–, ante el presidente conservador en funciones Jair Bolsonaro.
1.- Brasil al igual que otros países latinoamericanos previenen una segunda vuelta en la elección presidencial, bajo dos modalidades: a) en caso de que ninguno de los contendientes obtengan el 50 por ciento más un voto en la primera vuelta –cuando hay más de dos candidatos–, que se aplica en ocho países –Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Perú, República Dominicana y Uruguay–, y b) cuatro naciones –Argentina, Bolivia, Costa Rica y Ecuador– admiten que un candidato pueda ser electo en la primera vuelta, cuando obtiene la primera minoría, pero con un porcentaje determinado de votos y una diferencia frente al segundo lugar, como: el 45 por ciento en Argentina o el 40 por ciento, si la diferencia entre el primero y segundo lugar es más del 10 por ciento de votos; o en los casos de Bolivia y Ecuador, que exigen que el candidato más votado haya obtenido más del 10 por ciento de votos de diferencia frente al segundo lugar.
En el caso de la reciente elección presidencial de Brasil, en la primera vuelta Lula obtuvo el 48.4 por ciento de votos, frente al 43.2 por ciento de Bolsonaro, Simone Tebet recibió el 4.1 por ciento de sufragios, Ciro Ferreira Gomes obtuvo el 3.04 por ciento y el resto de candidatos 1.7 por ciento.
En la segunda vuelva, Lula recibió 60 millones 345, mil 999 votos que representa el 50.9 por ciento; Bolsonaro 58 millones, 206 mil 354 votos que significa 49.1 por ciento de sufragios.
2.- Lula es un luchador social ejemplar, que proviene de origen pobre, fue obrero metalúrgico -ahí se formó y forjó literalmente en el acero, como un líder sindicalista, en donde fue presidente de su organización laboral; se caracterizó por ser uno de los principales promotores de las huelgas en el periodo de las dictaduras militares (1964) que pusieron en predicamento a esos regímenes y propiciaron su caída.
Lula, miembro fundador y Presidente Honorario del Partido de los Trabajadores, ha sido un luchador perseverante por la democracia, ya que fue candidato a Presidente de la República en tres ocasiones –1989, 1994 y 1998–, hasta que en 2002 logró obtener el triunfo y gracias a su buen gobierno fue reelecto para un segundo periodo, gobernando del primero de enero de 2003 al 31 de diciembre de 2010.
Durante su gestión de ocho años como Presidente, Lula impulsó transformaciones profundas que propiciaron cambios sociales y económicos en Brasil, ya que conforme a datos del Banco Mundial (BM), triplicó el Producto Interno Bruto (PIB), para acercarse a convertirse en la sexta economía más grande del planeta; redujo la pobreza con programas sociales como Hambre Cero o Bolsa Familia, que facilitaron sacar de la pobreza a 30 millones de personas en menos de diez años; en educación, logró fuertes niveles de escolaridad en todos los ámbitos –tanto de primaria como universitaria– en un periodo de tres años logró reducir la población no escolarizada entre 18 y 29 por ciento; en el plano internacional se destacó en temas como el programa nuclear de Irán y sus aportaciones al cambio climático. Al terminar su periodo contaba con un índice de popularidad de más del 80 por ciento de aprobación.
3.- Lula, al igual que muchos líderes y luchadores sociales por la justicia y la democracia, fue objeto de persecución política, por ello es que fue injustamente encarcelado durante 580 días, con el fin de impedir su participación como candidato presidencial en la elección de 2018, la cual ganó Jair Bolsonaro, quien nombró ministro de su gabinete al juez Sérgio Moro –quien había condenado a Lula. Al revisar su proceso judicial injusto, un ministro de la Corte Suprema de Brasil anuló las sentencias en contra de Lula, en razón de que el juez que lo había condenado no tenía competencia para conocer de los supuestos delitos que le habían imputado.
La lucha social y democrática de Lula, le ha merecido reconocimientos académicos como: Doctorado Honoris Casusa por las Universidades de Salamanca, por la Universidad Andina Simón Bolívar, por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Ecuador), por la Universidad Nacional de la Matanza y la Universidad Nacional de Rosario (ambas de Argentina); ciudadano de honor por el Ayuntamiento de París –estando en prisión.
Es verdad que el resultado de la elección en donde ganó Lula, fue muy cerrado, pero también hay que considerar que gran parte de esto se debió a la guerra sucia mediática de Bolsonaro.
El hecho es que el pueblo de Brasil ha tomado una decisión histórica al elegir a Lula por tercera vez como su presidente, quien ya con vasta experiencia sabrá sortear los desafíos de la resistencia de los grupos conservadores y sabrá conducir su gobierno con un proyecto de alto contenido social.
El triunfo de Lula, se enmarca dentro de procesos pendulares en las tendencias ideológicas mundiales, pues mientras recientemente triunfaron líderes y partidos o coaliciones de extrema derecha como en Italia –con Giorgia Meloni– y en Inglaterra el conservador –Rishi Sunak–, en Brasil se afianzan las tendencias progresistas en América Latina.
Fb: Marcial Rodríguez Saldaña