EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Macron ante el desafío de gobernar Francia

Gaspard Estrada

Junio 14, 2017

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, el pasado domingo, no dejan lugar a dudas: el movimiento político de Emmanuel Macron llegó para quedarse. A raíz de este escrutinio, es posible que el partido político del joven presidente de Francia obtenga más de 400 diputados sobre un total de 577, lo cual representaría un hito histórico en la Quinta República Francesa. Sólo en una ocasión, en 1968, un partido político, la Unión Nacional de los Republicanos (UNR) del general Charles de Gaulle, consiguió tener a tantos diputados en una legislatura. Para los dos partidos que han gobernado Francia desde hace más de cuarenta años, el Partido Socialista y Los Republicanos, este resultado significa el fin de su hegemonía política. Los líderes de estos partidos, en vez de intentar cambiar su discurso y ver la realidad tal como es, han intentado durante esta campaña ocultar el terremoto político que se avecina con mensajes pocos claros al respecto del nuevo gobierno de Emmanuel Macron y de su primer ministro Edouard Philippe. El resultado de esta campaña confusa será catastrófico para el Partido Socialista, que seguramente pasará de 290 diputados a menos de 30, es decir que solo conservará un 10 por ciento de sus escaños. Para el partido Los Republicanos, si bien la derrota será menor (con una estimación de entre 100 y 125 diputados en la futura legislatura), es posible que la nueva bancada se divida en dos, entre los diputados dispuestos a votar la mayoría de los proyectos de ley del nuevo gobierno, y los que intentarán crear un nuevo partido político basado en ideas de la derecha extrema. Estos últimos buscarán, en cierta medida, tener un acuerdo político con el partido de extrema derecha Frente Nacional, dirigido hasta el día de hoy por Marine Le Pen. Como lo podemos constatar, en poco menos de dos años, Emmanuel Macron logró transformar radicalmente el paisaje político de Francia.
Ahora bien, la pregunta que los franceses y el mundo de manera más general se hacen es la siguiente: ¿cómo usará el nuevo presidente francés esta nueva mayoría política? En efecto, como lo hemos mencionado en este espacio en los últimos meses, Francia está confrontada a una serie de dilemas, no sólo en lo político y lo social, sino también en temas tan importantes como la integración de la población migrante o su papel en el seno de la Unión Europea. En el plano de la economía, para darnos una idea, el gobierno francés no tiene un presupuesto en equilibrio desde hace más de 30 años. Es decir que la deuda pública ha venido creciendo de manera inexorable desde entonces, sobrepasando el nivel de 100 por ciento del PIB en términos de deuda pública. En el plano social, el modelo de protección social está cada vez más amenazado por el creciente envejecimiento de la población económicamente activa. En el plano de la Unión Europea, existe hoy en día una parálisis institucional. Felizmente, la llegada de Macron al poder suspendió, al menos temporalmente, la hipótesis de una dislocación de este ente sui generis.
Cada una de estas perspectivas exigirá del nuevo gobierno audacia. Sin embargo, aunque Macron tome medidas estructurales para terminar con este inmovilismo, es probable que la población en general demore en ver cambios en su vida cotidiana. Por ende, el principal problema que tendrá que enfrentar este gobierno es el del tiempo. Si Emmanuel Macron no consigue demostrar que su gobierno es capaz de transformar el día a día de los franceses, su aprobación disminuirá, y el apoyo a su gobierno, también. Por ende, tiene una carrera contra el tiempo. Entre más se tarde en dar resultados concretos en el plano de la economía, de la seguridad social y de la transformación de la Unión Europea, más habrá la posibilidad de que los extremos –que hoy en día constituyen la principal oposición al gobierno de Macron– vean sus espacios crecer en las próximas elecciones en Francia.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.