EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Madres, abuelas, hermanas

Ana Cecilia Terrazas

Enero 07, 2023

A lo largo de la historia, la sociedad entera ha recargado en las mujeres la responsabilidad, el trabajo, las tareas y el peso prácticamente entero del cuidado de las personas que así lo requieran. El problema no es solamente la obvia inequidad de una sociedad que delega en el 50 por ciento de sí misma las necesidades de toda ella, sino que, además, esas tareas poco se reconocen, menos se remuneran y casi nunca se visibilizan o valoran.
El pasado 9 de noviembre se publicó el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y ONU Mujeres respecto de la cultura del cuidado en la región titulado Avances en materia de normativa del cuidado en América Latina y el Caribe. Hacia una sociedad del cuidado con igualdad de género, coordinado por Ana Güezmes García y María-Noel Vaeza. Entre los retos anotados al final de una treintena de páginas se lee:
“Más allá de la diversidad de situaciones económicas, culturales y los legados institucionales, en todos los países de la región es clave diseñar sistemas integrales de cuidados que tengan como horizonte la universalización en el acceso y en la calidad de los servicios, la coordinación e intersectorialidad de las políticas, la sostenibilidad financiera, la corresponsabilidad social y de género y la participación de los actores sociales involucrados en la política pública. (ONU Mujeres y CEPAL, 2022)”.
Es por lo que este Amerizaje siempre avala el impulso de proyectos económicos, culturales, sociales que prioricen visibilidad, remuneración y reconocimiento de las mujeres. En una efeméride comercial como la de los Reyes Magos, se propone pensemos más de manera personal que académica en tres figuras que han sido fundamentales para la cultura de cuidados en todo el planeta a lo largo de los siglos. Si bien no son reinas ni son magas, sí hacen prodigios y merecen estar justamente aquilatadas en su ser y quehacer: se trata de las madres, abuelas y hermanas. Una importante mayoría de personas ha gozado de los beneficios, cuidados, educación y acompañamiento vital de ellas, por lo que aquí les hacemos un breve homenaje.
Contar con una figura materna estable, presente, fuerte, acompañante y educadora, ha permitido sin duda a decenas de generaciones de seres humanos consolidarse como una raza pensante, civilizada, amorosa, socialmente sana.
Entre las novelas más interesantes que han posicionado a la madre como personaje central, redondo, complejo, está sin duda Apegos feroces, de la periodista estadunidense Vivian Gornick, neoyorquina del Bronx, cofundadora del feminismo radical en los años setenta.
Quien esto lea, piense en su relación y vínculo materno. Estará pleno de matices tal vez, pero es altamente probable que abarque desde la inconmensurable ternura hasta la gana de extender fuertes y sentidos abrazos a quien usted llame su mamá.
Las madres de las madres también suelen ser personajes irremplazables y únicas, más aún en culturas como las latinoamericanas en las que con frecuencia las abuelas juegan el papel de las madres sustitutas o cuidadoras.
Para celebrar a las abuelas la recomendación es una película no nueva pero poderosa en su mensaje sororo. Se trata de Grandma, espléndidamente interpretada por la actriz estadunidense Lily Tomlin, cuya nieta es interpretada por la joven Julia Garner. Este filme de 2015 dirigido por Paul Weitz se encarga de descentralizar las preferencias sexuales y engrandecer la figura de la abuela como ancla para salir adelante en situaciones complicadas, comunes para millones de mujeres.
Estadísticamente hablando, la relación entre mujeres-familia con más posibilidades de ser duraderas en el tiempo, a lo largo de los años –siguiendo la generalidad de la esperanza de vida– es la de las hermanas. Las hermanas pueden pelear o ser tan amigas y compañeras como si fueran colegas de la secundaria; estas relaciones, cuando buenas, son fortísimas y duran mucho, son de altísima intimidad, confianza y claro, para variarle, a veces incluyen poquita confrontación si bien resultan, para siempre, entrañables.
Premio Nobel de Literatura en 1996, la poeta, ensayista y traductora polaca Wis?awa Szymborska escribió Elogio de mi hermana (publicado en 1996), un poema en homenaje claro y neto a su muy cercana Nawoja. Las hermanas nos hacen más ligera, amena y divertida la vida. Qué privilegio para quienes tienen o han tenido en sus biografías a esta terna de otro tipo de reinas magas.