EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Manzanillo, tres meses después

Efren Garcia Villalvazo

Junio 15, 2019

La playa luce espléndida, con la frente limpia, resplandeciendo con tranquilidad serena como una estrella en un cielo sin nubes. Cuatro lanchas quedan pendientes por expulsar de la playa, que como una costra nos recuerdan el pasado obscuro que tuvo el lugar como astillero contaminante, aunque en honor a la verdad esto no se ha eliminado al cien por ciento.
¿Cuánto costó lograr esto? Independientemente de las cuestiones económicas, todavía es un asunto que está por verse. De la misma manera que el agua busca camino cuando se le cierra un paso y la corriente busca otro, las fuerzas sociales promotoras del desorden buscan llenar los espacios nuevos con una propuesta rancia, con una propuesta que es la de siempre y sirviendo a intereses muy particulares.
Mientras esto se resuelve, me siento al final de la tarde con un vaso de café en la mano a evocar a una de las personas que muy al principio se interesó en recuperar la playa. Mi amigo Benito Soto. Era un líder pesquero joven, con ubicación al final de la playa, que había mostrado interés en cambiar las cosas para que marcharan mejor, criado en el barrio y conocedor de sus habitantes y sus historias. Con él nos atrevíamos a soñar en una playa de Manzanillo limpia, sin contaminación y sin contaminar. Y recuerdo bien que me dijo: “Alguna vez tu y yo Efrén, nos vamos a sentar aquí en la orilla para disfrutar la vista de la playa recuperada. Ese será nuestro premio”.
Él, desgraciadamente, cayó bajo las balas de una delincuencia que no le perdonó que le sacaran de una playa que se había convertido en un lugar peligroso. Por la tarde y por la espalda se cobraron la afrenta y una torre de potencial de trabajo social y pesquero se derrumbó en un instante bajo las balas de una .9 milímetros. ¿Un mártir de la playa? Quizá. No podría afirmarse que no.
Pero la parte del sueño, por suerte, no desapareció. La playa está limpia Benito. El sueño se cumple, sólo que ahora no estás tú para atestiguarlo; es una lástima. Familias enteras de acapulqueños vienen los fines de semana porque la playa tiene un oleaje calmo, la arena es fina y con el tiempo –y mucha agua– terminará por limpiarse. Así lo habíamos pensado. Así se está cumpliendo.
Pero esto no es todo lo que pasa en el antiguo barrio, amigo, ahora que este escrito se convierte rápidamente en una carta para informarte de lo que ha pasado.
Las aguas negras se han canalizado a una gran tubería perimetral, se arregló –una vez más– la calle de acceso al barrio, se sigue tolerando a los restaurantes que invadieron el estacionamiento, se ha remodelado en grande el parque de la entrada, se arregló finalmente el Paseo del Pescador y el fondeadero y hasta el jardín de niños le va a tocar una pintadita y un lote de juegos infantiles nuevo. En verdad que el barrio quedó hermoso. Me hubiera gustado que lo vieras.
Sin embargo me preocupan cuestiones que son fundamentales. Comienzan a aparecer los vicios ocultos de la construcción, y, como ciudadanos responsables debemos denunciarlos.
Uno de los más importantes son las aguas negras. Tiene más de 10 días que de las rejillas de agua pluvial se desprende un fuerte olor a aguas residuales. Por si fuera poco, en la antigua descarga pluvial en la playa que creíamos ya resuelta con las millonarias obras construidas en el lugar sigue llevando al mar desechos que evidentemente son aguas servidas. Si se tiene duda y se quieren hacer exámenes bacteriológicos, adelante, pero el olor lo dice todo. El asunto es grave y debe atenderse pues la playa recibe visitantes y turistas los fines de semana. No queremos quedar mal con ellos.
La pintura del adoquín simulado de la calle del barrio y de la cancha de basketball se está desprendiendo como grandes escamas, lo que señala que o es de mala calidad o no se preparó bien la superficie para recibirla.
De los restaurantes podemos decir que han estado contenidos en sus lugares invadidos-tolerados y el ruido ha disminuido en forma importante, aunque hay que decir que en un par de fechas especiales han vuelto a tener grupos de música viva y grabada con sonidos molestos. Al día siguiente ha vuelto a la normalidad.
El asunto de la operación del astillero no queda claro todavía, pues se ven lanchas en reparación todavía. Una de ellas sólo ocupando espacio, a la antigua usanza del viejo astillero, como un recordatorio de lo que puede volver a pasar si se afloja el paso.
No vaya a ser que comiencen a aparecer lanchas en la playa que lleguen con amparos pegados en los costados y que como en un juego de serpientes y escaleras nos lleve al inicio de nuevo. El nuevo negocio de renta de mesas y sillas –que se suponía no se iba a hacer– va viento en popa y rápidamente crea intereses que también se suponía que no se iban a formar. La playa iba a ser libre y así nos vendieron el proyecto sus impulsores.
Hay un espacio sin terminar que se dice que son para baños y regaderas, asunto que no se ve mal. Pero hay comentarios de que parte de esta construcción se va a dedicar a poner una “oficina”, lo cual está completamente fuera de lugar. Una “oficina”…de qué o de quién, si se supone que nadie tiene permiso de estar ahí. Espero en verdad que sea sólo un rumor sin fundamento.
Un asunto más para completar esta misiva que terminó por ser una comunicación de los vecinos del barrio de Manzanillo con las autoridades del gobierno del estado y del municipio. El parque de Los Lavaderos. Este lugar cuenta con dos salas de capacitación, un pequeño teatro techado y áreas que son usadas por los jóvenes para actividades de danza. Para este lugar ya tenemos una emocionante propuesta consistente en la conformación de una academia de música con instrumentos de cuerda, teclados y un coro juvenil. Se complementa además con un grupo de teatro que montará obras de autores locales, en especial de Ernesto García Moraga, Premio Nacional de Periodismo y habitante durante muchos años en el barrio y de amable memoria para los vecinos.
Finalmente es de hacer notar que si las áreas jardinadas no se mantienen se comienzan a cubrir de hierbas “malas”, que dan al traste a todo propuesta positiva por parte de gobierno. La solución es presencia constante y actividades en horarios extensos, para que esas hierbas se vayan. Contamos con usted señor gobernador. Contamos con usted señora presidenta. Contamos con el presidente López Obrador. Esta propuesta es de ustedes como autoridades que buscan restablecer el tejido social en una época en donde la sociedad está rota. Y nosotros los ciudadanos les queremos ayudar.