EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Margo Glantz, Corcuera y desaparecidos

Humberto Musacchio

Octubre 06, 2016

Por sus trabajos en torno al autor de El Quijote, la escritora Margo Glantz recibió la presea del Festival Internacional Cervantino. Nuestra polígrafa mayor dictó con ese motivo una conferencia en la que preguntó por los 43 muchachos de la noche negra de Iguala, pues consideró inadmisible que en México puedan “desaparecer” tantas personas.
“Desaparecen simplemente, pasa lo de Ayotzinapa, cuerpos calcinados, que si los quemaron, que si no los quemaron… Seguimos con esa incógnita significativa y muy vergonzosa… Vemos en el periódico cinco muertos y luego no pasa nada, parece que no pasa nada. Como que nos estamos acostumbrando a ese horror”, dijo la ganadora de la presea cervantina.
Y es que, en efecto, parece que nos hemos acostumbrado en este país a los asesinatos masivos, a las “desapariciones”, a la tortura, a la crueldad de los delincuentes o de quienes se supone que persiguen a esos mismos delincuentes. Felipe Calderón dejó un país anegado en sangre, con un saldo que se estima en más de cien mil muertos, 25 mil desaparecidos y cientos de miles de desplazados de sus lugares de residencia, más los asesinados, desaparecidos y desplazados de este sexenio en el que las cosas no han ido mejor.
Las cárceles están atiborradas de presos, la mitad de ellos en espera de sentencia, en muchos casos por años, así sea por robarse un pan. La única excepción es Sonora, donde por gestiones de la actual gobernadora se redujo la sobrepoblación de 50 por ciento a 13.9 por ciento, pues se ha trasladado a prisiones federales a presos que purgan penas de ese orden o bien los jueces han concedido libertad anticipada, sea por la ejecución de sanciones o por el pago de las llamadas fianzas Telmex creadas por Carlos Slim.
Los derechos humanos son en México asignatura pendiente en todos sus renglones. Por eso mismo resulta esperanzador que un mexicano, Santiago Corcuera, haya sido nombrado presidente del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, pues resulta una necesidad –dijo Kate Gilmore, alta comisionada adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos– “no permitir que ninguna desaparición quede en el olvido o en la invisibilidad”. La misma funcionaria hizo referencia al caso de México, donde según cifras oficiales –obviamente reducidas– hay 28 mil personas desaparecidas, pese a lo cual, o quizá por eso mismo, el gobierno de Enrique Peña Nieto no ha reconocido la competencia del comité.
Es de esperarse que Santiago Corcuera reciba presiones para que no despliegue su intervención en México o, por lo menos, para que esa intervención no sea juzgada por excesiva por quienes hasta ahora han sido incapaces de evitar nuevas desapariciones y dar con el paradero de quienes han tenido ese destino en otros momentos. Esa será su prueba de fuego.
A favor del flamante presidente del Comité contra la Desaparición Forzada están su pertenencia a la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, AC, y su gestión como consejero de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal en 1995-97, así como sus doce años de trabajo en el plano internacional, pues desde 2004 ha participado en misiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en 2009-2010 presidió el Comité Coordinador de Procedimientos Especiales del mismo consejo.
No menos importante ha sido la actuación de Corcuera en otros casos. Por ejemplo, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos participó como perito en el caso de Rosendo Radilla contra el Estado Mexicano. Radilla era un líder campesino al que “desaparecieron” elementos militares en 1974. Igualmente, Santiago Corcuera fue abogado de Jorge Castañeda Gutman en el litigio de este político contra el Estado mexicano, a quien el gobierno privó indebidamente de derechos.
Vista la situación de México y conocida la monumental incapacidad de las autoridades para aclarar las llamadas desapariciones –en realidad secuestros y eventuales asesinatos a manos de funcionarios civiles, policiacos o militares–, menuda tarea le espera a Corcuera Cabezut, abogado por la Universidad Iberoamericana con maestría por la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Desde luego, el país en que vivimos no es el único que sufre el problema de las desapariciones forzadas, pero como dice Margo Glantz, para vergüenza nuestra, México figura destacadamente en este renglón de los horrores, y Santiago Corcuera tendrá que prestarle especial atención. Vamos a ver…