EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Masacre indígena en Chilapa

Marcos Matias Alonso

Enero 20, 2020

 

Chilapa está atrapada en un círculo infernal convertido en pesadilla. La mayoría de sus caminos están sembrados de muertos que no terminan.
La ruta Chilapa a Zitlala está inundada de injustos asesinatos.
Los campos del camino de Chilapa a Ahuacoutzingo están bañados de sangre.
El sendero de Chilapa a Atzacoaloya es territorio de varios crímenes impunes.
En el tramo de Chilapa a José Joaquín Herrera (Hueycantenango), hay muchas cruces de hombres, mujeres, jóvenes y niños que han sido vilmente masacrados.
El Rincón de Chautla es un ejemplo del holocausto intercomunitario.
Es dantesco el mapa de la violencia de Chilapa. Sus municipios y comunidades cercanas padecen la misma o peores condiciones de inseguridad.
Este viernes 17 de enero, después del medio día, a 30 kilómetros de la cabecera municipal, diez hermanos nahuas fueron cobardemente asesinados. Músicos todos ellos, quienes regresaban de amenizar una fiesta comunitaria, fueron emboscados, sus cuerpos calcinados e incendiados los vehículos en que se transportaban.
Hicieron callar sus instrumentos musicales y las armas escupieron fuego. Fue una masacre brutal, de genocidio y exterminio salvaje e inhumano.
Hasta las entrañas más profundas de mi ser, me duele la masacre que han sufrido mis hermanos nahuas.
Urge la acción del Estado mexicano. Los esfuerzos del gobierno son insuficientes.
Aún anida un terrón de esperanza para recuperar la paz en Chilapa, en Guerrero y en el país.
Allí está el reto primordial. Nadie merece la suerte que han corrido mis hermanos indígenas.
Hay llanto, coraje y dolor. Espero que ese eco de dolor llegue al más alto nivel de decisión del Estado mexicano para aplicar la justicia y detener estas barbaridades desatadas en Guerrero y en casi todos los rincones del país.