EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Mazatlán FC, el nuevo gran negocio de empresarios y políticos

Silber Meza

Junio 13, 2020

Si hace un par de meses nos hubieran dicho que el multimillonario Ricardo Salinas Pliego se llevaría el equipo Monarcas Morelia a Mazatlán, Sinaloa, nadie lo hubiera creído.
Cómo creerlo si el futbol en Morelia tiene siete décadas de juego, si hay una afición entregada al balompié, si la gente vive el deporte con pasión envidiable. Y más complejo de creer hubiese sido si nos cuentan que el equipo se lo llevarían a Mazatlán, un lugar donde no existe una afición visible para el futbol, y donde el rey del deporte es el beisbol y el equipo Venados.
Nadie lo hubiera creído, pero sucedió.
Salinas Pliego, propietario de Monarcas Morelia, de TV Azteca, de tiendas Elektra, de Banco Azteca –entre tantos otros negocios–, arrancó al equipo de la bella ciudad de las mariposas para colocarlo en la también bella ciudad porteña del Pacífico norte mexicano.
A simple vista no tiene sentido, parece un acto suicida. No lo es, menos cuando se colocan por delante el dinero y el negocio.
La historia inicia en 2017, cuando el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, decide construir un estadio de futbol. No hubo consulta previa, no hubo análisis de factibilidad, no hubo tampoco transparencia presupuestaria. Un día simplemente decidió usar el erario para construirlo, y lo hizo. A los años reconoció en entrevista que erigir el estadio de futbol era un viejo sueño de su padre desde que era alcalde de Mazatlán, por los años ochenta. Un sueño que el señor no pudo cumplir.
Con esa deuda emocional a cuestas, Ordaz Coppel aprovechó que se hallaba como presidente su amigo Enrique Peña Nieto, quien le ayudó a destinar recursos al estadio. De los 700 millones de pesos que ha costado el inmueble, 400 millones son de las arcas de la federación y 300 millones del estado.
Las dos etapas de la construcción del “Coloso de Pradera Dorada” fueron ganadas por la misma empresa, y más tarde se conoció, según la Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, que la compañía no cumplió con la experiencia suficiente y cayó en sobreprecios.
Ordaz Coppel ya tenía listo un estadio inmenso, con las especificaciones de la FIFA y con un gasto de 700 millones de pesos, pero no tenía equipo para pisar el pasto. Así pasaron meses, en la incertidumbre, hasta que se supo que Monarcas Morelia cambiaría su franquicia, y nacería Mazatlán FC.
La prensa de Morelia ha documentado que el gobierno local aportaba altas cantidades de dinero de subsidio al equipo; se ha llegado a hablar de montos superiores a los 40 millones de pesos, de acuerdo con el gobernador en turno. Se presume que justo eso pudo ser el descontento de los patronos de Monarcas: que la remesa cada día descendía más y el negocio dejaba de ser rentable para Grupo Salinas.
Seguramente el dueño de Azteca vio una buena oportunidad en Mazatlán: un estadio nuevo y atractivo que no le costaría ni un peso, un destino turístico en amplio crecimiento, una conexión constante con Durango, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Nayarit, las Baja California. Y la cereza del pastel: un gobernador dispuesto a entregarle grandes beneficios a cambio de tener futbol de primera división en Mazatlán.
Hace apenas unos días Ordaz Coppel reconoció que el gobierno de Sinaloa podría llegar a costear hasta 15 por ciento de los gastos del equipo de futbol, pero no lo ha informado como un hecho.
El Congreso del Estado, con mayoría parlamentaria de Morena, ha alzado la voz y ha reclamado que el gobernador realice negociaciones con los futuros concesionarios sin haber solicitado autorización a los diputados.
El inmueble se halla ubicado en una zona de alta marginación. Alrededor existen casas de interés social e invasiones con viviendas de lámina y cartón. Para ellos no se contempla un solo peso de inversión. En cambio, la zona se convirtió en el mercado de moda de la especulación, ya hay corredores de bienes que hablan de cómo se ha multiplicado el valor de tierra.
El gobernador Quirino Ordaz Coppel es empresario hotelero de Mazatlán. Él tiene varias inversiones en el puerto, y buena parte de su familia tiene muchas más. Si a Mazatlán le va bien en turismo, a ellos les va bien; si al puerto le va mal en turismo, a ellos les va mal.
Y justo hace unos días el secretario de Turismo de Sinaloa declaró que Mazatlán FC será un gran negocio, que calcula una derrama económica de 600 millones de pesos en cada juego de Primera División.
Ojalá ahora nos diga también para quiénes será ese gran negocio.