EL-SUR

Martes 07 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

México y Gabriela Mistral

Humberto Musacchio

Julio 25, 2022

México y Gabriela Mistral

Hace cien años vino a México Gabriela Mistral, invitada por el mejor José Vasconcelos. La poeta chilena andaba en sus 33 años y para ella la estancia en nuestro país significó un merecido descanso de la cátedra, pues “por primera vez en dieciocho años –escribió al crítico Hernán Díaz Arrieta, Alone– yo sé que puedo trabajar en paz, sin el toque de la campanilla de cada hora, sin la angustia económica que me turba la vida perennemente”. Celebró la diva “la sencillez absoluta, una sencillez afectuosa” con que fue recibida por los mexicanos y a ellos dedicó su libro Desolación (1922). Aquí participó en las campañas educativas de la época, colaboró en las revistas La Falange y El Maestro, preparó la antología Lecturas para mujeres (1924), que pretendía ser un libro de texto, y escribió Recado a Lolita Arriaga en México, poema que, a decir de Vasconcelos, es el “mejor fresco de la Revolución Mexicana”. En 1924 pasó a Estados Unidos y más tarde a Europa. Regresó a México en varias ocasiones y después de recibir en 1945 el Premio Nobel, entre 1948 y 1949 radicó en Fortín de las Flores, Veracruz, donde la visitaron Rosario Castellanos, Margarita Michelena, Alfonso Reyes, Daniel Cosío Villegas, Diego Rivera y Lázaro Cárdenas. Alfonso Calderón reunió textos de la poeta en el libro Croquis mexicanos, publicado en Santiago de Chile en 1979, obra de la que debería hacerse aquí una edición. Por ahora, ha hecho bien el Senado en recordarnos el centenario de su primera visita.

Orso Núñez, el olvidado

Hace unos días murió el arquitecto Orso Núñez Ruiz Velasco (Morelia, 1944). Con Arcadi Artís Espriú elaboró el proyecto de conjunto del Centro Cultural Universitario del Pedregal, dentro del cual la Wikipedia le da la autoría arquitectónica de la sala de conciertos Nezahualcóyotl, el teatro Juan Ruiz de Alarcón, el Foro Sor Juana Inés de la Cruz para teatro de Cámara; la Sala Miguel Covarrubias para danza; la Sala Carlos Chávez destinada a conciertos; las salas de cine José Revueltas, Julio Bracho y Carlos Monsiváis; el Centro Universitario de Teatro y la Librería Julio Torri. Se sabe que Orso Núñez acabó seriamente distanciado de Artís Espriú y las publicaciones de internet de la UNAM han suprimido el nombre del moreliano e incluso su ficha personal ha sido groseramente mutilada. Se trataba, y en buena medida se consiguió, de darle muerte civil a quien tanto aportó a la máxima casa de estudios. La Universidad Nacional debe reivindicarlo como un profesional que, hasta donde sabemos, sirvió lealmente a la institución.

Premios Nacionales 2021

Por fin se dio a conocer el nombre de los reconocidos con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2021, cuando todavía no se acaban de entregar los correspondientes a 2020, que se han venido pagando en abonos fáciles y retrancados, como decían las abuelas. Esta vez, hasta donde sabemos, hay consenso en los creadores elegidos: en artes populares el Taller Leñateros, colectivo de artesanos mayas de San Cristóbal de Las Casas; en música Sergio Cárdenas, quien en México y Europa dispone de una abundante y muy distinguida hoja de servicios en la dirección orquestal y la docencia; en historia y ciencias sociales, el recipiendario es el querido Fernando Serrano Migallón, que cuenta con una obra jurídica reconocida y es autor de libros indispensables y entrañables sobre el exilio republicano español; en tanto que en literatura el premiado es Óscar Oliva, poeta de altos valores literarios, desde su paso por La espiga amotinada hasta el presente. En su caso, es imposible olvidar que durante el movimiento de 1968 sus poemas circulaban por toda la ciudad en volantes mimeografiados por los estudiantes, lo que, creo, debe ser la mayor gloria de un bardo que ha cantado a las luchas de su pueblo. Bien por los ganadores.

Cien años de Antonio Alatorre

La vida académica de Antonio Alatorre Vergara fue intensa y muy provechosa. Nacido en 1922 en Autlán de la Grana, Jalisco, cursó la secundaria en un seminario, donde aprendió latín, griego, francés e inglés. En la capital tapatía fue coeditor con Juan Rulfo y Juan José Arreola de la legendaria revista Pan y dos años siguió la carrera de derecho en la Universidad de Guadalajara. En 1944 pasó a la ciudad de México, donde cursó literatura en la UNAM y filología en El Colegio de México. Continuó sus estudios en Francia y España. En el Colmex fue editor de la revista Historia Mexicana (1952-59), de 1953 a 1972 dirigió el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (inicialmente llamado de Estudios Filológicos) y publicó la Nueva Revista de Filología Hispánica. En aquellos años integró con familiares un conjunto musical que se presentaba en la Casa del Lago de Chapultepec, en los mejores tiempos de Poesía en Voz Alta. Recibió becas, premios y otras distinciones. Murió en 2010 y dejó una cuantiosa herencia intelectual. El más conocido de sus libros es Los 1001 años de la lengua española (1979), pero es muy destacable su labor como sorjuanista y sus ensayos resultan iluminadores. Dejó inédita la novela La migraña, publicada dos años después de su deceso. Mucho le debemos los mexicanos.