EL-SUR

Lunes 22 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Mis coincidencias con Zeferino

Aurelio Pelaez

Junio 29, 2006

Hay un tal Maxi Rodríguez que, cuatro años y 10 millones de dólares invertidos en Lavolpe después, y luego de 120 minutos de futbol invertidos creyendo que se le podía ganar a Argentina, decidió que ya estaba bien de soportarnos, detuvo una pelota con el pecho, le pegó de bolea con la izquierda y nos mató con un gol.
Fin de la historia, mexicanos go home. Los mexicanos regresamos a México del lugar en donde estuvimos la mayoría de estos días: frente a la televisión.
Y hasta ahora podemos tomar respiro y caer en cuenta que, en materia de futbol, perdimos cuatro años y tendremos resaca por otros cuatro. Y a los antilavolpistas de nada nos vale decir: se los dijimos. Como quiera, a la hora del recuento de daños, perdimos todos.
Pero bueno, después de tres semanas de furibunda fiebre –y fiambres– futbolera, este miércoles por fin tuvimos paz y ocasión de informarnos qué ha pasado en estos días, y de esa manera nos enteramos que –no manchen– nada más este año ha habido ya en Guerrero un centenar de ejecuciones.
Y luego, que estamos a unos días de decidir por quién votar, a pesar de que este miércoles recibimos nuestra última ración de spots de candidatos de todos los colores habidos y por haber, y muchos, como Zeferino Torreblanca y el que esto escribe, aún no decidimos por quién votar.
En ese asunto con Zeferino, tenemos muchas coincidencias en nuestra posición: hemos llegado a tal nivel de lucidez política que definirse de izquierda o de derecha la verdad da güeva; miramos más allá de este sexenio, de forma que si él se visualiza como presidente de la República, yo me miro rascándome el ombligo por haberle apostado a la mejor fórmula: “Yo le voy al que gane”.
Zeferino y yo tenemos otra coincidencia: no sentimos ningún compromiso con el PRD, por donde de alguna manera pasamos. Como un augurio de sus convicciones, en cierto convivio entre perredistas hace un par de años, se le debió tomar en serio cuando declamaba en corto –y con pasión– ese poema de Amado Nervo: “PRD, nada te debo; PRD, estamos en paz”. Aunque claro, él se quedó con el gobierno del estado y yo no.
Así, en la más libre de las decisiones, este domingo iremos a las urnas a votar por el partido y el candidato que nos dé la gana. “PRD, nada te debo”, oye uno decir desde Casa Guerrero. El escenario de las balas y de la violencia será otra molestia inconveniente. “Ciudadano, no me reclames, ciudadano, nada te debo”. Sigue el eco.
Además, que se den de buenas que llegamos sanos y salvos al domingo, y además a encontrarnos con pared: ley seca a partir del viernes. ¿Qué no se supone que uno ya vive en la democracia, y que no nos hace falta esa coacción para salir a votar, y que además ya somos tan tolerantes que hasta convivimos y cohabitamos con el PRI en el gobierno? No, si ante tal autoritarismo hasta dan ganas de votar por el doctor Simi.