Morena es un partido/movimiento joven. En un periodo de apenas cuatro años fue capaz de hacerse con la Presidencia de la República. Es un movimiento en donde caben todas aquellas mexicanas y mexicanos que deseen contribuir a la 4T.
Pero como en cualquier proceso de desarrollo, Morena sufre los dolores propios de la adolescencia: falta de institucionalidad, líneas de mando poco claras, división entre “fundadores” y “recién llegados” y falta de definiciones ideológicas.
La fracción parlamentaria en el Senado, es una muestra del amplio espectro que abarca Morena en donde podemos encontrar desde la extrema izquierda representada por Jesusa Rodríguez y la extrema derecha de Lilly Téllez; hay un líder sindical minero como Napoléon Gómez Urrutia y la lideresa de las autodefensas de Olinalá, Nestora Salgado. Lo que une a los distintos es el proyecto de Andrés Manuel Lo?pez Obrador y su Cuarta Transformación Nacional.
En Guerrero el panorama es muy similar. En Morena confluimos ex perredista con ex priistas, luchadores magisteriales, líderes campesinos y profesionistas distintos. Hay militantes obradoristas primigenios y ciudadanos que respondieron al llamado de AMLO por la transformación y regeneración nacional.
El dilema de Morena es cómo abrirse para darle cabida a los 30 millones de votos que depositaron su confianza en el proyecto de cambio, sin perder el rumbo político, la coherencia y los principios.
Morena no puede ser un comité de amigos “fundadores” con pedigrí, que vea con recelo a todo aquel que no está desde el inicio.
Hay que recordar que la lucha de izquierda en Guerrero se remonta a los tiempos de Juan Ranulfo Escudero que se asumía como socialista. Desde entonces, en Guerrero ha habido siempre un importante movimiento social: el agrarismo, las luchas magisteriales de Othón Salazar; la lucha por la Autonomía Universitaria; el movimiento de los Copreros, el de Lucio Cabañas, el de Genaro Vázquez; la lucha por la Universidad Pueblo, la guerra sucia de los setenta y los resabios de las guerrillas. En la montaña se obtuvieron en Alcozauca los primeros triunfos electorales y todo esto antes de que existiera siquiera el PRD y ni qué decir de Morena.
En Guerrero la lucha de izquierda se remonta a décadas. No tiene dueño ni es patrimonio de nadie. No le pertenece a un puñado de familias ni de organizaciones. En Guerrero la izquierda transformadora tiene añejos antecedentes. Morena tiene que ser la casa donde convivan actores de distintos orígenes en la búsqueda del bien común.
A lo largo y ancho del estado, la militancia y los simpatizantes nos lo reclaman y nos exhortan a buscar la unidad por encima de cualquier interés de equipo o de grupo.
Desde el Congreso del Estado, un grupo de compañeras y compañeros diputados, estaremos abonando a la unidad del partido para que pueda ser el instrumento al servicio del pueblo de Guerrero y que desde aquí, se apoye y se defienda el proyecto de la Cuarta Transformación Nacional que encabeza el presidente de la República Andrés Manuel Lo?pez Obrador.

@ArturoMN