EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Morena, la definición

Arturo Martínez Núñez

Diciembre 16, 2020

Esta semana se conocerá el nombre de la compañera o compañero que habrá de encabezar el esfuerzo organizativo de Morena y la candidatura a la gubernatura del estado de Guerrero para el periodo 2021-2027. Concluiremos un proceso inédito, en el que 18 mujeres y hombres aceptamos las reglas que nos señalara el presidente y la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional de nuestro partido, y que se encuentran establecidos en nuestros estatutos.
Sea cual sea el resultado, yo habré de aceptarlo y ayudaré con toda mi energía para alcanzar el objetivo de ganar la gubernatura y mantener la mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Sin embargo, aceptar no significa callar. Si algo ha distinguido a nuestro movimiento es el mencionar reiteradamente que nosotros no somos iguales, que no somos lo mismo, y que no hacemos las cosas de la misma manera que el resto de los partidos. Morena es un movimiento que surge precisamente como una organización diferente en donde no caben las viejas prácticas de los partidos tradicionales.
Aquí no hay lugar para el amiguismo, el influyentismo, el nepotismo, y otras prácticas que tanto daño han hecho a la incipiente democracia mexicana.
Tengo que mencionar, porque si no lo hiciere no estaría tranquilo con mi conciencia, que este proceso ha estado lleno de simulaciones, uso indebido de recursos, proselitismo ilegal y campañas encubiertas por parte de algunos de los contendientes. No decirlo, sería ser cómplice; no decirlo, sería ser parte de lo mismo; no decirlo sería replicar las prácticas que buscamos desaparecer.
Para no violentar el estatuto que señala con claridad que entre los compañeros y compañeras de Morena debemos de evitar el ataque, la denostación y la descalificación, omitiré mencionar nombres. Ni falta hace enunciarlos , es evidente para todas y todos, quiénes han hecho barridos desde call centers enviando mensajes y haciendo llamadas que violan la intimidad de los guerrerenses; todos sabemos quienes han utilizado recursos millonarios para movilizar decenas de “voluntarios” pagados para ofrecer calcomanías en los coches, simular concentraciones populares en puntos estratégicos de las principales ciudades, para comprar spots de radio, para utilizar a modo a medios de comunicación que se prestan a ello y para desplegar giras a lo largo y ancho del estado que cuestan miles, cuando no millones de pesos. Hay incluso aspirantes que son titulares de entidades ejecutoras de gasto y que en su momento tendrán que explicar si para el despliegue de sus aspiraciones hubo o no utilización de recursos públicos, que se pueden comprobar con el uso de vehículos y personal destinados para otros fines. Hay algunos otros que tienen la dualidad de ser al mismo tiempo dirigentes partidistas y precandidatos. Lo más escandaloso desde mi punto de vista es la simulación, el uso vulgar e impune de recursos de dudosa procedencia para intentar posicionar una imagen.
No nos engañemos, este proceso no ha sido como nosotros lo propusimos, un debate de ideas o un debate de proyectos, ni de soluciones para Guerrero. Ha sido una guerra sin cuartel por dar a conocer el nombre o la figura de determinados personajes.
Hay algunos que llevan años sin tener una actividad remunerada y sin embargo despliegan recursos y equipos de trabajo, como si fueran servidores de primer nivel o acaudalados empresarios. Hay vehículos supuestamente prestados por amigos, hay oficinas desde donde operan equipos de estrategia, hay perifoneo en las calles, y otras actividades proselitistas similares. Las redes sociales son otra arena en donde se han desplegado millones de pesos para promocionar o para atacar a adversarios.
Durante este proceso siempre tuve muy claros mis alcances y mis metas. Mi principal objetivo era alcanzar la candidatura de mi partido a partir de un libro en donde concentré mis propuestas, mis ideas y mi visión para un mejor Guerrero. Sin embargo, lo que predominó fue el circo, la gacetilla, el golpeteo, el infundio, la guerra sucia y la judicialización del proceso.
Insisto, lo que dije, lo dije en la mesa que tenía que decirlo. Seguiré trabajando con mayor energía aún en mi partido, porque hay muchas cosas que debemos de corregir.
Sigamos el ejemplo de nuestro presidente. Que las ideas no sean reemplazadas por los espectaculares; que el debate no sea reemplazado por descalificación y la denostación; que puedan más la cercanía y el contacto con la gente, que las llamadas telefónicas hechas por robots desde la Ciudad de México; que la grilla palaciega no cambie a la voluntad popular.
Estos son nuestros postulados originales, esto es lo que le da origen a nuestro movimiento, por eso Morena es diferente, por eso Morena postula la honestidad, la fraternidad y la transparencia como principios fundamentales. Los que quieran seguir haciendo política de la manera tradicional pueden seguir haciéndola en otros partidos.
La popularidad que se gana a partir de un spot, de un espectacular, del nepotismo, del bombardeo en redes y de la promesa de puestos y candidaturas a cambio del apoyo, es tan efímera como una estrella fugaz.
Yo seguiré apostando a la lucha a ras de tierra, con la gente, desde la sección electoral, con un proyecto que seguramente nos llevará más tiempo, pero que, a la larga, alcanzará los objetivos planteados, porque lo que buscamos es transformar y cambiar las conciencias y la forma de hacer política y no únicamente el poder por el poder. Lo que buscamos es la transformación de la vida nacional. Lo que buscamos no es ganar una gubernatura más, ganar una diputación más, ganar una presidencia o una regiduría, lo que buscamos es transformar al viejo régimen, que paradójicamente tiene a algunos de sus mejores representantes incrustados en las filas de un movimiento totalmente distinto, un movimiento contrario a las viejas prácticas. Ojalá que salgamos unidos, ojalá que ganemos la gubernatura, ojalá que ganemos la mayoría de las diputaciones y presidencias municipales, pero sobre todo, ojalá que dejemos de lado al pequeño priísta que algunos llevan dentro y que se resisten a abandonar.