Una ofensiva como la desplegada por Adán Augusto López contra Ricardo Monreal no tiene precedente. Ambos pertenecen a Morena y son respectivamente líderes del Senado y la Cámara de Diputados. Un ataque de ese talante sólo puede explicarse por orden, sugerencia o permiso del espectro de Palenque, para quien –suponemos– el zacatecano ya cumplió con sacar adelante sus iniciativas y, por tanto, dejó de ser necesario.
La que parecía más feliz con el encontronazo fue Claudia Sheinbaum, pues el pleito representa para ella un gran favor y abre la posibilidad de que ambos contendientes sean renunciados, lo que explica su pálido exhorto a los adversarios para manejarse con tranquilidad y que coronara su declaración con una desganada promesa de platicar con ellos, pero no en fecha próxima, pues les deseó “feliz Navidad, próspero Año Nuevo y cabeza fría”.
La declaración de la Presidenta ocurrió al arrancar los trabajos de lo que será el Parque Ecoturístico La Ceiba, de Palenque, donde se refirió al litigio entre Adán Augusto y Monreal indicando que “hay instancias para denunciar”, lo que fue una manera de negarse a arbitrar entre ellos, pues como titular de otro poder no le corresponde. Sólo advirtió que los recursos del pueblo no deben emplearse para lujos y parafernalias (sic) y que los funcionarios de todo nivel deben vivir en la justa medianía.
Al respecto citó a su antecesor, quien decía que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, lo que quizá explica que haya dejado a la sucesora con las arcas vacías. Y a propósito del personaje, algún reportero le preguntó a la Presidenta si estando en Palenque se reuniría con Andrés Manuel Lopez Obrador, pero ella respondió que había que dejarlo descansar, lo que pudo deberse a que AMLO, como se repite en círculos políticos, no está en su finca La Chingada, o bien, que hay un distanciamiento.
Curiosamente, pese a la breve declaración de Sheinbaum sobre el conflicto entre Adán Augusto y Monreal, al día siguiente estaban en Palacio, no en Bucareli, los contendientes reunidos con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación. La foto que se difundió no pudo ser más elocuente: mientras el tabasqueño aparece con una mueca de desagrado, Monreal exhibe una gran sonrisa y un elocuente relajamiento.
Luego de informarse de la reunión en Palacio con Rosa Icela, sin fotos ni prueba alguna se difundió que los líderes parlamentarios fueron recibidos por Claudia Sheinbaum, quien los habría llamado a poner por delante los intereses de la llamada Cuarta Transformación, además de indicarles que su litigio por los dineros debían tratarlo en tribunales, todo lo cual resulta extraño y poco verosímil.
Por su parte, Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, le echó combustible a la hoguera refiriéndose a Monreal, de quien dijo que “nadie es oscuridad pura, tiene cosas positivas”, pero lo acusó de agraviar a Adán Augusto y ejecutar contra él una “vendetta política”, porque el zacatecano “no atendió una instrucción en el tema del presupuesto”. ¿Una instrucción de quién? De Sheinbaum no, porque es conocido el distancamiento. ¿De López Obrador, acaso?
Otro hecho mostró que las cosas no andan muy bien entre los creyentes del cuatroteísmo, pues el viernes 13 de este mes, Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja, publicó en X una carta de apoyo a Monreal, presuntamente firmada por todos los legisladores morenistas, lo que de inmediato reclamaron varios de los incluidos, pues nadie les preguntó si estaban de acuerdo, y se bajò el texto, pero Pedro Haces, el opulento empresario y líder sindical neocharro, dejó el documento en sus redes sociales. Además, se supo que un sector de la bancada guinda prepara una carta para exigir transparentcia en el manejo de los fondos de la fracción y el nombramiento de un contralor.
Desde luego, saltó a la palestra el nuevo líder del PAN y cabeza visible del cártel inmobiliario, Jorge Romero, quien anunció que los militantes guindas “se van a acabar matando entre ellos”, mientras crece la emoción en las filas de Movimiento Ciudadano en espera de que llegue Monreal y con él un grueso contingente de los inconformes de Morena. Esto se pone bueno.