Silvestre Pacheco León
Junio 14, 2021
El movimiento de izquierda por las transformaciones sociales identificado por la 4T sigue avanzando en nuestro país de manera indiscutible pese a la campaña mediática con la que los neoliberales pretenden cambiar la realidad.
Pero los datos contra su dicho son contundentes, pues antes de las elecciones la izquierda gobernaba siete estados del país donde viven poco más de 37 millones de mexicanos: la Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Baja California, Morelos y Tabasco. Ahora con los resultados del domingo 6 de junio la 4T gobernará a 58 millones de mexicanos, casi el doble de avance en tres años, sumando a su favor las gubernaturas de Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. En todos ellos Morena tendrá mayoría de diputados en sus Congresos, lo cual garantiza que llegará la austeridad republicana y con ella la disposición de mayores recursos para los programas sociales que atiendan primero a los pobres.
Para mayor abundamiento de la fortaleza que tiene ahora el movimiento de la izquierda con los datos de los IEPC, Morena tiene el apoyo del 46 por ciento del electorado mientras el otrora invencible partido del gobierno (PRI) se ha quedado con el 21 por ciento, y el PAN que gobernó en la transición democrática por 12 años, con el 18 por ciento.
Lamento decirlo pero el PRD que llegó a convertirse en el principal representante de la izquierda, ha sido defenestrado y castigado por los electores que no olvidan su papel como artífice de la entreguista reforma energética de Enrique Peña Nieto. Ahora ha quedado tan disminuido que hasta Michoacán, la tierra de los Cárdenas, perdió, y no era para menos, los michoacanos tenían que cobrarle la factura por el apoyo que el gobernador Silvano Aureoles le dio públicamente al priísta José Antonio Meade contra AMLO.
Pero quizá los más indignados fueron los maestros que le cobraron al PRD la afrenta que sufrieron en Aguililla a manos del gobernador Silvano Aureoles quien arropado por los militares abofeteó a uno de sus compañeros que demandaba garantizar el derecho al libre tránsito.
Después de la elección, las impugnaciones y resoluciones del tribunal electoral, lo que veremos será una oposición conservadora dividida, diluida y sin futuro porque los temas a discutir en la Cámara exigirán su congruencia frente al electorado y no me imagino sus votos contradiciendo y poniendo en riesgo la escasa simpatía que ahora consiguieron con engaños.
Sin embargo, también es necesario reconocer el notable retroceso en términos electorales que tuvo la izquierda en la Ciudad de México, bastión histórico de los cambios que ha vivido el país. Lo sucedido requiere un profundo análisis, más allá de verlo como resultado de la ruidosa campaña de los conservadores para desgastar la fuerza del gobierno federal.
Lo cierto es que el sector clasemediero se cobró el mal trato de un gobierno en el que esperaban colaborar.
A ese encono abonó la campaña mediática de los poderes fácticos aliados con la fuerza de la oposición formada por los conservadores. Ellos sumaron a su proyecto a la intelligentsia que hegemoniza a ese sector con desplegados, artículos, comentarios, noticias falsas y bastantes hechos reales, como la confrontación con las feministas y sus víctimas, el mal trato del Ejecutivo federal a los sectores educados, académicos, investigadores, creadores culturales y en general a las organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos humanos y de la libertad de expresión, las que pudiendo ser tratadas como aliadas del cambio, se sintieron maltratadas optando por la oposición.
Creo que con justa razón quienes hegemonizan ese sector clasemediero (dicen que es dúctil por su proclividad a subir o bajar según su conveniencia política o económica) esperaban ser llamados a colaborar con la 4T, pero su frustración los llevó a la oposición.
En todo caso el hecho que la izquierda no puede soslayar es que la ciudad capital quedó partida en dos, la parte más culta y urbana para la oposición conservadora (PAN-PRI-PRD) Álvaro Obregón, Tlalpan, Contreras, Cuajimalpa, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Coyoacán; frente a la populosa y tradicional Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Ixtapalapa, Cuajimalpa y Milpa Alta y Xochimilco a Morena-PT, y al PAN Benito Juárez.
La felicidad del presidente López Obrador ha contagiado a la mayoría de los mexicanos que participaron en la elección. En Guerrero votó el 53 por ciento de los electores. Por Evelyn Salgado Pineda votaron 643 mil 814 ciudadanos guerrerenses, mientras que el candidato común del PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, obtuvo 580 mil 971.
Por desgracia en estas lides siempre hay perdedores inconformes y el candidato del PRI a la gubernatura no podía ser la excepción porque pasará a la historia como el primer priísta “exitoso” en el estado que pierde ante una candidata desconocida, “joven” e “inexperta”.
Si uno se fija bien, Mario Moreno y sus asesores cambiaron el escenario para tratar de explicar su derrota sosteniendo que era él quien perseguía a Evelyn Salgado y no al revés. En una actitud misógina los priístas quisieron hacernos creer que era la candidata de izquierda la que llevaba ventaja, pero la realidad fue que en solo un mes una desconocida Evelyn se reveló y fundió con el pueblo para superar al candidato de la oposición conservadora.
Ahora el perdedor está inconforme y exaltado contra las autoridades del IEPC porque sostiene que ese organismo no es “garante” porque “no dio los resultados que se esperaban”.
Desde la izquierda electoral yo siempre reclamé la conveniencia de acompañar las impugnaciones con pruebas como las copias de las actas que se levantan en cada mesa de casilla a las que todos los partidos tienen derecho.
Es hasta una obligación ética de los partidos reunir y divulgar esos resultados porque disponen de dinero público para sufragar los gastos de sus representantes de casilla. Sus representantes de casilla tienen esa responsabilidad.
Las dudas del ex candidato del PRI y del PRD por los resultados bien pudo disiparlas Mario Moreno exhibiendo sus propias actas porque hasta donde se recuerda, presumía que su partido había cubierto el 100 por ciento de las casillas.
Con los resultados finales de la elección en nuestro estado la vanguardia partidista de izquierda gobernará una población que en 2020, según el INEGI, era de 3 millones 541 mil habitantes. En el ámbito municipal, Morena ha ganado en 17 municipios, la coalición PRI-PRD en 14, el PRI también en 14 y el PRD en 13.
El PRI y el PRD son los grandes derrotados en esta campaña. El primero porque perdió la gubernatura y el segundo porque pierde casi la mitad de los municipios que gobierna. El PRI bajó de 20 a 12 ganados y solo en alianza con el PRD repondrá los ayuntamientos que tuvo hasta el presente año, al PRD no le fue mejor porque bajó de 22 a 13 ayuntamientos aunque en coalición con el PRI retuvo once con lo cual se podría contar que repuso el número que antes tenía.
Morena sigue avanzando aunque mayoritariamente sea con el apoyo de los adultos mayores como dice el ex gobernador Angel Aguirre Rivero.