EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Mujeres luchadoras

Ángel Aguirre Rivero

Marzo 19, 2021

Décadas de lucha de las mujeres tendría que llevar a los hombres a tener mayor comprensión y empatía hacia sus compañeras de vida o del trabajo, pero no es así; como resultado, el movimiento feminista se radicaliza en las calles para externar su rabia ante diferentes injusticias y contra la violencia.
Por ejemplo, resulta fuera de toda lógica que siendo más de la mitad del país (y porque la política ha sido dominada por los hombres), las mujeres sean excluidas de los espacios donde se toman las decisiones, se reduzcan los presupuestos a los programas que atienden sus problemas, ya sea como hijas de familia, mujeres casadas, madres solteras.
En las discusiones de la Carta Magna de 1917, los Constituyentes no tomaron en cuenta el escrito presentado por Hermila Galindo para que le fueran reconocidos los derechos políticos a las mujeres. Doña Hermila, colaboradora del presidente Venustiano Carranza, pese a la negativa, decidió participar como candidata a una diputación, sin que le fuera reconocido el triunfo.
En la lucha por conquistar espacios de poder abrieron camino doña Rosario Ibarra de Piedra; Marcela Lombardo Otero; Cecilia Soto González, Patricia Mercado Castro y Josefina Vázquez Mota, todas candidatas presidenciales.
Sin embargo, el avance de las mujeres ha sido lento: sólo siete de ellas han ocupado el cargo de gobernadora. Es el caso de Griselda Álvarez, en Colima; Bea-triz Paredes en Tlaxcala; Amalia García en Zacatecas; Ivonne Orte-ga en Yucatán; y Claudia Pavlovich en Sonora. A ellas se suma Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, y Marta Erika Alonso en Puebla, cuyo trágico deceso consternó al país.
Hace poco recordé en Milenio el episodio donde el general Nicolás Bravo se encontraba sitiado en la comunidad de Jaleaca (hoy de Catalán). Éste había tomado la decisión de reducir su tropa ante la falta de alimentos, por lo que le ordenó a su lugarteniente Nicolás Catalán que ejecutara a uno de sus elementos por cada 10 soldados para garantizar la comida.
Al enterarse, doña Antonia Nava de Catalán, también conocida como La Generala, se presentó ante el general Bravo para expresarle: “En virtud de que nosotras las mujeres no tenemos armas y no sabemos pelear, venimos a ofrecer nuestros cuerpos para que sirvan de alimentos y se garantice la comida para toda la tropa”.
El gesto levantó el júbilo de todos los soldados y los conminó a romper el cerco de los realistas. Así sucedieron los hechos y las tropas del general Bravo salieron adelante.
Años después, uno de los hijos de doña Antonia Nava de Catalán se enlistó en el ejército insurgente con el grado de sargento, donde lamentablemente perdió la vida en la toma de Coyuca (razón por la cual Coyuca lleva hoy el nombre de Coyuca de Catalán).
Doña Antonia fue trasladada hasta el sitio donde se encontraba el cura Morelos para que éste la confortara. La respuesta de doña Antonia Nava fue tajante: “No vengo aquí a pedir consuelo, sino a poner a su disposición a los hijos que me quedan, para que luchen por la independencia de México”.
En diversos momentos, la mujer guerrerense ha dejado constancia de su carácter, para inscribirse con honor en las páginas de nuestra historia.
Episodios llenos de valentía para forjar a nuestro estado y la nación, fueron protagonizados por María de la O; Eucaria Apreza; María Luisa Ocampo; Aurora Me-za Andraca; Macrina Rabadán… No basta este espacio para narrar un poco de ellas.
Abrieron camino en política doña Magdalena Vázquez de Huicochea, María de la Luz Núñez Ramos, Guadalupe Gómez Magan-da; Silvia Romero Suárez.
En el deporte Maria Eugenia Walls, en cultura Gela Manzano y Malena Steiner.
En la defensa de los derechos humanos y la lucha feminista la académica Rosa Icela Ojeda Rivera; Martha Sánchez Néstor; Valentina Rosendo y Martha Obeso de Chavarría.
A ellas se suman todas las jefas de familia que son padre y madre, las mujeres empresarias que luchan todos los días contra la crisis que trajo la epidemia, así como las que apoyan a sus esposos en la lucha diaria.
También las legisladoras y alcaldesas que abrieron camino en todos estos años, las madres que buscan a sus hijos desparecidos por la ola de violencia que nos ha azotado, las madres de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa,
Hoy es tiempo de las mujeres, no reconocerlo sería obtuso.
Por derechos adquiridos, las próximas legislaturas local y federal tendrán una composición 50-50.
El tema de la mujer y sus derechos ha marcado la contienda electoral, de tal suerte que los candidatos hicieron compromiso con llevar la paridad de género al gabinete estatal.
Aún hace falta más: justicia laboral y salarial en la empresa privada, así como el reconocimiento de otros derechos, por los cuales siguen movilizadas.
Las mujeres con su lucha están cambiando al país, los hombres no podemos mantenernos al margen.

Del anecdotario

Diego Herrera de Jesús ha sido uno de los presidentes más carismáticos y queridos por el reino amuzgo: Xochistlahuaca.
Un día lo recibí en mi oficina donde me dijo que ya no iba a asistir a las reuniones a las que fuera convocado a Chilpancingo.
Le pregunté la razón y me contestó que porque gastaba mucho en sus traslados.
–Mira licenciado –me dijo–, tengo que pagar transporte, luego las comidas y cuando nos quedamos a dormir, pues el hotel en Chilpancingo. Y yo soy pobre, no me alcanza para andar de aquí para allá.
Le expliqué que él como autoridad municipal, tenía derecho a que le cubrieran sus viáticos cuando acudía a alguna comisión.
–¿Y eso cómo se hace licenciado?
–Pues si vas a un restaurante o a un hotel pide que te den una factura o una nota a nombre del ayuntamiento de Xochistlahuaca, y la Tesorería te los tiene que cubrir.
–Ah bueno licenciado, así sí está bien.
A los pocos meses regresó a regalarme unos mameyes y lo noté muy contento.
–¿Qué pasó Diego?, ¿cómo te ha ido?
–Pues ahora sí toy contento, porque cuando vengo ya no gasto, porque siempre pido nota a nombre de H ayuntamiento.
Solté la risa y le dije: “No Diego, no… Bebidas alcohólicas no puedes pedir.
–Pero no se dan cuenta porque yo pongo como refrescos o comida –me contestó.
Otro día lo invité a mi casa de Chilpancingo y le presenté a mi esposa Laura del Rocío.
Y de la manera más natural me dijo: “Así que ésta es tu cocinera”.
Mi esposa guardó silencio y luego le respondió: “No Diego yo no soy su cocinera, soy su esposa, su compañera, quien le acompaña en los momentos mas difíciles y bellos de nuestra vida.
–Ah, ¿entonces tú no eres su cocinera?
–Pues no, y tampoco tu esposa es tu cocinera.
–Ah bueno, ya no va a decir a mi esposa mi cocinera, ahora va decir mi compañera.
La vida es así.