EL-SUR

Lunes 06 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

No doy…

Efren Garcia Villalvazo

Diciembre 03, 2005

Cuando llegaban amigos de fuera a visitarme a Acapulco, inevitablemente se encontraban con la particular manera de nuestros paisanos de orientar a la gente para que llegue a algún lado: “Mire, se sigue derecho hasta que llegue a un palo de mango, ahí da vuelta a la izquierda y se sigue todo el caminito de tierra hasta que da con un guamúchil. Siga pa’delante hasta que tope donde había unos palos de limones secos. Ahí en la tiendita que le den razón de pa’ dónde vive Don One…”.

Si uno no sabía algo de botánica combinado con voces locales o algo de la historia antigua de la Colonia, simplemente no daba con el lugar.

Después, todo cambió: “Tome la banqueta que se sumió con el Paulina hasta que llegue a donde se pone un puesto de tamales de pollo y picadas en la noche. De ahí déle hasta que tope con la casa de la señora ésa que anda con el político N y se sigue hasta que llegue a la tortillería que tenía doña Julita. Pregunte por su hija que vive al lado para que le dé razon de ella…”.

Si uno no sabe de la historia reciente de los comercios que trabajan de día y de noche y de los chismes de actualidad, simplemente no da con el lugar.

Ahora hemos mejorado: “Váyase caminando hasta que llegue al congal M y se sigue derecho hasta la tiendita roja donde venden grapas en la madrugada. Déle vuelta donde mataron a los policías el año pasado y cuando llegue a la caseta donde les tiraron una granada hace dos meses fíjese para cruzar la calle, porque ahí dan vuelta muy rápido los taxis amarillos. Justo donde mataron al empresario A a principios de año, enfrentito está el salón de masajes que busca…”.

Si uno no está al tanto de la nota roja del periódico, o de dónde se juntan los carros del año en la noche y la chismología local, verdadera o inventada, simplemente no da con el lugar.

¿Quién dice que Acapulco no ha avanzado? La prueba está en las referencias que les damos a nuestros amigos y visitantes que buscan una dirección. Ya somos una ciudad.