EL-SUR

Lunes 02 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Nos agreden más por investigar corrupción y política que por cubrir nota roja

Silber Meza

Julio 13, 2019

Fue una sorpresa generalizada: la mayoría de las agresiones a periodistas registradas en 2018 por Artículo 19 exhibe que de 544 casos documentados, 351 son por investigaciones en temas de corrupción y política. Que más de la mitad de los casos sean por eso y no por coberturas de temas de seguridad refuerza la hipótesis de que los principales agresores de los periodistas son los políticos y los funcionarios.
El dato lo dio a conocer Itzia Miravete, coordinadora de Documentación y Seguimiento de esa organización internacional de defensa de la libertad de expresión, que tiene su capítulo México. Lo hizo durante su participación en el foro Combatir la corrupción de manera segura en la frontera norte, realizado en Hermosillo, Sonora, como parte de los trabajos del programa Border Hub, un esfuerzo para capacitar a periodistas, hacer periodismo de investigación y generar cambios, liderado por el International Center for Journalists, el Border Center for Journalists and Bloggers, y donde participa también la organización en la que colaboro: Iniciativa Sinaloa.
Que se indague en casos de corrupción es muy molesto para la clase política. Saben que un trabajo profesional y bien documentado puede cambiar el destino de su gobierno, la percepción ciudadana y su futuro legal y político. No es un asunto sólo de narcotraficantes, como muchos gobiernos lo quieren hacer ver, al contrario: la mayoría de las agresiones a periodistas vienen de ellos, y son curiosamente los mismos que deben defender a periodistas y activistas cuando la seguridad de éstos está en riesgo. Son los gobiernos los del “mecanismo de protección”.
Artículo 19 no acostumbra dar a conocer sus datos de manera desagregada, pero Miravete lo hizo especialmente para el foro. Los datos que se presentan a continuación son de los estados de la frontera norte, pero seguramente en el sur del país, como en Guerrero, Oaxaca o Chiapas, las cuentas son similares.
En 2018 en Baja California se documentaron 20 casos de agresiones; de ésos, nueve fueron por investigar corrupción y política. En Tamaulipas acumularon seis; de éstos, tres por investigar corrupción y política. En Sonora acumularon 11, y nueve fueron por investigar corrupción y política. En Nuevo León sumaron tres agresiones, y los tres fueron por investigar corrupción y política. En Coahuila llegaron a 47 casos; de éstos, 42 fueron por investigar corrupción y política. Y en Chihuahua registraron 11 ataques a periodistas; nueve, por investigar corrupción y política.
Ante las caras atónitas de los asistentes, Itzia verbalizó lo que estábamos pensando: “no es un panorama nada alentador”, y dijo que esto rompe con “ese discurso de que los funcionarios públicos no son quienes agreden, que tiene que ver con la delincuencia organizada”.
Investigar la corrupción en México trae consecuencias.
Justo de eso se trató el panel, de hallar las fórmulas para que esa violencia no nos alcance, o al menos que no sea tan frecuente ni fatal.
Entre los asistentes estuvieron Jorge Luis Sierra, presidente del Border Center for Journalist an Bloggers y director del Border Hub, de Texas; Juan Manuel Ramos, activista director de Redes Quinto Poder IDEA, de Monterrey; Reyna Haydee Ramírez, de la Red Sonora de Periodistas; Itzia Miravete, a quien ya presenté, y Daniel Rosas, periodista de El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas. La moderación estuvo a cargo de la periodista de investigación de Iniciativa Sinaloa, Miriam Ramírez.
Y aunque todo el panel no tiene desperdicio, destaco la participación de Daniel Rosas, de Tamaulipas, por sus comentarios y porque habla con sinceridad del oficio periodístico en un estado tan golpeado por el narcotráfico y la corrupción política.
Daniel contó que a los periodistas de Tamaulipas –yo agrego: a los de todo México– nadie les avisó que hacer periodismo sería un oficio de alto riesgo, porque cuando entramos la mayoría de los que estamos ahora pensábamos que narraríamos lo que sucedía en temas políticos y económicos, pero de repente nos envolvió la criminalidad: “nos metieron, fuimos casi empujados… hemos aprendido a golpes y a fregadazos”, nos contó.
El editor del diario El Mañana de Nuevo Laredo soltó algunas recomendaciones que, si las recordamos, nos pueden ayudar a sobrevivir en el infierno que se nos vino desde 2007: que documentemos muy bien la información, que sigamos la técnica del periodismo de investigación y respeto a las fuentes, que hallemos aliados externos y que no nos creamos Superman ni Superwoman.