EL-SUR

Lunes 15 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Nosotrxs sin Europa: respuesta a Mario Vargas Llosa

Tryno Maldonado

Noviembre 06, 2018

Señor Vargas Llosa: El pasado 28 de octubre apareció su artículo “Hispanidad, ¿mala palabra?” en el diario El País. Queda claro que usted padece un grave caso de lo que Aimé Césaire llamó la “ilusión de Deschamps”: una ilusión tan antigua como la colonización romana en la que los colonizados generan gratos recuerdos de la época en que fueron sometidos y despojados. Que la Colonia, en fin, es bondadosa y generosa. No seré yo –que no soy nadie– quien le responda, sino un escritor de las colonias –como usted– que ya rechazaba desde su Discurso sobre el colonialismo (1950) el tipo de pensamiento euroccidentalista, capitalista y patriarcal que, en cambio, usted celebra.
Vargas Llosa: “Quisiera (…) reivindicar esa hermosa palabra (hispanidad) que, para mí, más bien se asocia a las buenas cosas que le han ocurrido a América Latina, un continente que, gracias a la llegada de los españoles, pasó a formar parte de la cultura occidental, es decir, a ser heredera de Grecia, Roma, el Renacimiento, el Siglo de Oro y, en resumidas cuentas, de sus mejores tradiciones: los derechos humanos y la cultura de la libertad”.
Aimé Césaire: “No se trata de dar, ni tampoco de regalar generosamente, sino de despojar. (…) De todos los elementos de la situación colonial, el que tiene mayor influencia es el don selectivo. Lo que los europeos se abstienen de dar es a la vez significativo y bien preciso. Es un rechazo que tiende a sustraer del proceso de contacto cultural nada menos que todos los elementos que constituyen los beneficios económicos, políticos y jurídicos de la cultura superior. Si el poder, la riqueza, las comodidades sociales les fueran dadas a los nativos, el cambio cultural sería relativamente fácil. Y dado que nunca se trata de una civilización que se prodiga, tampoco puede ser cuestión de transferencia de civilización. (…) Ésta es una ilusión en la cual caen muchos europeos que se imaginan que están asistiendo al nacimiento de civilizaciones mestizas. Para creerlo, se apoyan en la idea de que toda civilización vive de préstamos. E infieren que, al ser la colonización un contacto entre dos civilizaciones distintas, la nativa incorporará elementos culturales de la civilización del colonizador y que de esta alianza resultará una civilización nueva (…) Ésta no es una evangelización, ni empresa filantrópica, ni voluntad de hacer retroceder las fronteras de la ignorancia, de la enfermedad: ni expansión de Dios, ni extensión del derecho”.
Vargas Llosa: “La situación de los indígenas es bochornosa en América Latina, sin duda, pero, hoy, las críticas deben recaer sobre todo en los gobiernos independientes, que, en doscientos años de soberanía, no sólo han sido incapaces de hacer justicia a los descendientes de incas, aztecas y mayas”.
Césaire: “Sabemos que en Europa es un lugar común la difamación de los movimientos nacionalistas de los países coloniales, presentados como fuerzas oscurantistas empeñadas en hacer renacer formas de vida y pensamiento medievales. (…) Donde quiera que ha irrumpido la colonización europea, la introducción de la economía fundada sobre el dinero ha provocado la destrucción o el debilitamiento de los vínculos tradicionales, la pulverización de la estructura social y económica de las comunidades. (…) Los elementos que estructuran la vida colonial de un pueblo colonizado desaparecen o se envilecen debido al régimen colonial. (…) En lo concerniente a las funciones intelectuales, no existe país colonizado cuya característica no sea el analfabetismo y el bajo nivel de enseñanza pública. (…) En un país colonial la técnica se desarrolla siempre al margen de la sociedad nativa sin que jamás le sea dada a los colonizados la posibilidad de dominarla. (…) No hay que buscar las causas en la pereza de los nativos, sino en la lógica del capitalismo colonizador”.
Vargas Llosa: “Las civilizaciones prehispánicas alcanzaron altos niveles de organización y construyeron soberbios monumentos. Desde el punto de vista social, se dice que los incas eliminaron el hambre de su vasto imperio. Una formidable hazaña. Pese a todo ello, eran todavía sociedades bárbaras, donde se practicaban los sacrificios humanos y donde los fuertes y poderosos sometían brutalmente y esclavizaban a los débiles”.
Césaire: “La idea del negro (indígena) bárbaro es una invención europea. (…) El pequeño burgués no quiere escuchar nada más. (…) Sostengo que la Europa conolizadora es desleal cuando legitima a posteriori la acción colonizadora aduciendo a los evidentes progresos materiales realizados en ciertos dominios bajo el régimen colonial. (…) Nadie sabe a qué estadio de desarrollo material habrían llegado estos mismos países sin la intervención europea. (…) Eran sociedades comunitarias. Eran sociedades no sólo antecapitalistas, sino también anticapitalistas. (…) Nuestro infortunio ha querido que haya sido Europa la que hayamos encontrado en el camino y que Europa es responsable frente a la comunidad humana de la más alta tasa de cadáveres de la historia. (…) La colonización deshumaniza al hombre incluso más civilizado; el colonizador, al habituarse a ver en el otro a la bestia, al ejercitarse en tratarlo como bestia, para calmar su conciencia, tiende objetivamente a transformarse él mismo en la bestia. (…) ¿De entre todas las formas para establecer contacto, ¿era ésta la mejor? Yo respondo no. Yo digo que la distancia de la colonización a la civilización es infinita”.
Vargas Llosa: “Gracias a la Hispanidad varios cientos de millones de latinoamericanos podemos entendernos porque nuestro idioma es el español. Qué terrible hubiera sido que todavía siguiéramos divididos e incomunicados por miles de dialectos como lo estábamos antes de que las carabelas de Colón divisaran Guanahaní. Hablar una lengua –haberla heredado– no es sólo gozar de un instrumento práctico para la comunicación; es, sobre todo, formar parte de una tradición y unos valores encarnados en figuras como las de Cervantes, Quevedo, Góngora, Santa Teresa, San Juan de la Cruz”.
Césaire: “Su cerebro funciona únicamente a la manera de algunos aparatos digestivos. Él filtra. Y el filtro no deja pasar sino lo que puede alimentar la torpeza de la buena conciencia burguesa. (…) Que Occidente inventó la ciencia. Que sólo Occidente sabe pensar. Que en los límites del mundo occidental comienza el tenebroso reino del pensamiento primitivo (…). Un régimen político y social que suprime la autodeterminación de un pueblo, mata al mismo tiempo su potencia creadora. En cualquier lugar donde haya existido colonización, se ha vaciado de toda cultura a pueblos enteros. (…) Por no ser ya la lengua oficial, la lengua administrativa, la lengua de las escuelas, la lengua de las ideas, la lengua indígena sufre una descalificación que la contraría en su desarrollo e incluso la amenaza muchas veces en su existencia. (…) Voces inmensas apagadas para siempre. La humanidad reducida al monólogo”.