EL-SUR

Jueves 02 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Noveno aniversario

Silvestre Pacheco León

Octubre 03, 2022

El ambiente festivo comenzó desde temprano el sábado uno de octubre en Zihuatanejo con la instalación de las carpas contra los rayos del sol a las siete de la mañana. Cada socio cumpliendo su cometido sin necesidad de algún guía hasta terminar de instalar el techo común que protege a productores y consumidores que se dan cita desde el año 2013, cada sábado para el intercambio propio de un mercado, con la diferencia de que aquí, en el Eco Tiaguis Zanca se valora más la convivencia que el dinero, como dice Gaby que produce una amplia gama de jabones, champús y desodorantes de las plantas y semillas inimaginables.
Si uno ve lo superficial hasta podría creer que el intercambio que sucede en este pequeño mercado sabatino es solo un pretexto de reunión para la gente que piensa y actúa en la idea de que se puede ser feliz sin tantas pretensiones, solamente dejando que cada quien haga y viva como su libertad se lo dicte, en un ambiente de respeto y amabilidad que todos disfrutan.
Pero no, el caso es más profundo, se trata del trascendental paso que han dado los emprendedores locales para asociarse en una comunidad en la que cada quien está convencido que es posible vivir en un mundo mejor si sumamos voluntades y la creatividad personal para producir el ambiente de alegría que se vive y respira casi a la orilla del mar donde los vecinos, locales y extranjeros se encuentran, abrazan y disfrutan como si fueran conocidos de siempre.
Lo que a todos identifica es el deseo de cuidar la salud y la vida, aprendiendo a consumir lo sano, natural y orgánico que es la característica principal que reúne a productores de la región.
A raíz de esa idea es que nació este Tianguis ecológico que es portador de la cultura ambiental avanzada, que cree que en el paso de cada quien por este mundo lo importante es que nuestra huella sea lo menos impactante como respeto por la naturaleza, por eso se fomenta el reciclaje y la costumbre de que cada quien lleve su traste, su bolsa para la compra evitando en lo posible la producción de basura.
La extendida comunidad extranjera disfruta de este pequeño espacio donde todos aportan algo para la convivencia feliz. Se reúnen aquí los defensores del medio ambiente, los que procuran un mundo de respeto para los animales, los defensores de derechos humanos, los animadores de la cultura, la música, el baile, el teatro, la yoga.
Los veganos son el grupo más numeroso de todos los animadores, mujeres y hombres jóvenes que promueven una nueva era de alimentación que ha hecho muchos adeptos organizando talleres y cursos para amas de casa que aprenden la preparación de alimentos innovadores y baratos en competencia con tantos comerciales que engordan y enferman.
Es cierto, entre la gente que aquí se reúne, con una agradable mayoría de mujeres, casi no se ve la obesidad y hasta parece ser cierta la fórmula de que uno es lo que come. Esa puede ser la clave y el secreto que pocos ven en esta conglomeración sabatina cuya alegría y felicidad se comparte en paz y siempre con música y baile, sin necesidad de ningún apoyo oficial, donde los artistas hacen fila para ganar un espacio para sus intervenciones gratuitas por el simple gusto de compartir con los demás lo que saben hacer.
Hoy los socios festejan nueve años de haber nacido y según las creencias, ha superado ya la mayor de las pruebas de su permanencia que, como en los matrimonios, se hace crítica a los siete años.
Es el Eco tianguis Zanca de Zihuatanejo que todos los sábados funciona, salvo cuando hay tormenta o alguna calamidad. Se localiza frente a lo que antes fue la explanada de la plaza que conocida como Olof Palme frente al acceso a la escuela primaria Vicente Guerrero, a espaldas del Museo Arqueológico de la Costa Grande.
La invitación ha sido amplia para la celebración de aniversario y los regalos para la ocasión son abundantes, como para que nadie de quienes llegaron al festejo se quede sin recibir algún presente. Cada socio del tianguis puso una parte de sus productos para regalar mediante una rifa en la que todos participan.
En el pequeño espacio donde se desarrolla la actividad que une a productores y consumidores en una fiesta, se desarrolla el programa cultural, música, baile, poesía e intervenciones recogiendo la vieja experiencia costeña del micrófono abierto y libre para todos los que se animan a participar como lo hace Juan Avendaño, afamado en el tianguis por sus mangos de concurso quien ahora comparte un poema bien rimado sobre los sentimientos y emociones que el trabajo en equipo le ha despertado como socio fundador.
Doña Lupita, la productora de café con el que todos desayunan, platica orgullosa el cambio que ha vivido desde que ha visto la importancia que tiene su producto para los consumidores y cuenta emocionada cómo fue que pasó de una productora tradicional sometida al interés de los grandes intermediarios que imponen el precio, a comercializar libremente su café llegando a participar en concursos internacionales que han ubicado la calidad de su producto en el 19 lugar mundial.
Dice convencida que el Eco tianguis le ha servido para darse cuenta de la importancia que tienen los productores del campo y ahora valoran lo que hacen.
“antes para la venta al público tostaba mi café una vez al mes, y ahora por la demanda más de 15 veces a la semana”.
Algo similar le sucede a la amuzga de Tlachistlahuaca Agustina Morales quien vive en Zihuatanejo. Dice que es muy difícil acceder a la venta de sus productos en las tiendas tradicionales porque argumentan que no son comerciales, pero a los extranjeros les gusta. Ahora se dice contenta porque en este mercado tiene muchos clientes que valoran su trabajo y pagan lo justo.
El matrimonio de Toña y Fidel que vienen desde San José Ixtapa, dicen que madrugan todos los sábados para traer preparado el chilate que ellos mismos fabrican con el cacao que cosechan en los patios de su familia, tuestan y muelen para venderlo como bebida refrescante y alimenticia a 20 pesos el vaso y ahora se ha vuelto costumbre para todas las personas que acuden a este mercado.
Para Agustina y su hijo venir a vender al mercado les sirve de diversión. Dice que además de venir a distraerse ganan dinero, por eso están contentos y elaboran con gusto el agua fresca con fruta de la temporada, ahora de melón. Jamaica, pepino y piña, además de sus elotes tiernos para cocer, plátanos machos, tortillas (tokeras) y dulces de ajonjolí.
En el festejo de sus nueve años de vida el Eco Tianguis Zanca luce pletórico, la alegría y la felicidad se comparte sin límite y en él abundan los abrazos, las risas y los aplausos.