EL-SUR

Viernes 26 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

ntercambio de experiencias entre municipios rurales

Silvestre Pacheco León

Enero 21, 2007

 

Seis referencias, sin venir mucho al caso, son las que Alberto Cárdenas Jiménez, titular de
la Sagarpa, hizo a Felipe Calderón Hinojosa, en su discurso inaugural de diez minutos para
dar la bienvenida a los presidentes municipales de diez estados de la república, reunidos
el pasado 19 de enero en el balneario de Oaxtepec, Morelos, para tomarle el pulso al
programa de Alianza Contigo, en los municipios rurales del Centro-Sur.
No hizo referencia alguna al problema del desabasto de maíz ni al despojo que los
acaparadores hacen del magro salario de los trabajadores con el aumento arbitrario al
precio de las tortillas. De todo eso habló el secretario aparte, en una conferencia de prensa
alterna al encuentro con las autoridades municipales de Michoacán,Guerrero, Morelos,
Hidalgo, el Distrito Federal, Puebla y Oaxaca.
En su discurso frente a unas 400 personas, Cárdenas Jiménez apareció con toda la
intención de apropiarse de las ideas que se expresan en la Ley de Desarrollo Rural
Sustentable y de compenetrarse de las experiencias que se han desarrollado en el
ejercicio de la planeación democrática y participativa de los productores rurales
organizados en los consejos municipales para ejercer los recursos capitaneados por la
Sagarpa.
La única referencia sustentada que hizo el secretario de la Sagarpa a las políticas que
impulsa Felipe Calderón relacionada con el fomento al empleo tuvo que ver con la
machacona iniciativa de subsidiar a los patrones en los pagos al seguro social durante el
primer año por la contratación de cada nuevo asalariado.
Sin embargo, el secretario retomó experiencias de autoridades municipales que conviene
difundir porque han sido exitosas en la medida en que fueron a fondo en los postulados
democráticos. Me refiero a casos en los cuales los gobiernos municipales apostaron a la
superioridad del ejercicio colectivo del poder, cuando dejaron en manos de los productores
rurales la responsabilidad de planear su desarrollo disponiendo de los recursos
municipales que se canalizan para el campo a partir del financiamiento a las prioridades
establecidas en el Plan Municipal de Desarrollo.
Esta idea Cárdenas Jiménez la mezcló con su experiencia adquirida como presidente
municipal de la capital de Jalisco donde dijo que aprendió la importancia de tener
proyectos viables en las manos para gestionar recursos de la federación y del estado.
Como aliento a los presidentes municipales presentes les dijo que si sus aspiraciones
son de mantenerse en la política, podrían llegar a ser gobernadores si su aplicación a
estos principios es perseverante.
Explicó, porque es cierto, que los avances en la lucha por la descentralización de poder y en
búsqueda del auténtico federalismo los avances son incuestionables. Y habló de números.
Dijo por ejemplo, que no hace muchos años los impuestos de los mexicanos se repartían
en el país bajo la fórmula de que por cada peso, el gobierno federal ejercía 80 centavos, los
estados se repartían el 16 por ciento y los municipios apenas el 4 por ciento. En cambio,
ahora la obesidad de la federación ha bajado hasta el 40 por ciento porque otro tanto se va
a los estados, y los municipios se están fortaleciendo con 20 centavos de cada peso que
pagamos de impuesto.
Claro que esta inversión presupuestal no está para la gran celebración, sobre todo para
quienes profesamos principios municipalistas, pero con estos cambios el acento lo
debemos poner ahora en la manera como los ayuntamientos gastan sus recursos.
Por esto mismo me llamó la atención que, Armando Ríos Piter, secretario de Desarrollo
Rural de nuestro estado, haya comentado en su intervención lo que para él significa un
riesgo dejar en manos de los ayuntamientos cada vez mayores recursos frente a la
tentación que representa para ellos su manejo partidista.
Pero la importancia del discurso de Alberto Cárdenas Jiménez no termina ahí, porque su
experiencia tiene que ver efectivamente con la posibilidad del desarrollo rural en los
municipios.
La continuidad del programa federal Alianza Contigo, tiene la virtud de ir formando
liderazgos sólidos con personas que aprenden rápidamente las experiencias que se
trasmiten en eventos como el realizado en este balnerario del ejido de Yautepec. El
secretario de la Agricultura dijo muchas cosas interesantes que sirven a los gobiernos
locales más allá de la bandera ideológica que portan. La idea de que los gobiernos
municipales conozcan la realidad de su territorio para tomar decisiones acertadas es
atendible. Lástima que hayan sido pocos presidentes municipales los participantes del
evento, pero en él se trataron experiencias valiosas.
Es cierto, por ejemplo, que el suelo es el recurso estratégico por antonomasia. Que lo
debemos cuidar no sólo porque sobre él nos sostenemos y caminamos, sino porque de él
comemos y sobre él crece el bosque, la selva, las animales. La infraestructura, las casas,
las carreteras, los servicios en general, no serían posible sin el suelo, pero pocos nos
damos cuenta de que el suelo está desapareciendo, que el agua se lo lleva, que lo
contaminamos con químicos y basura.
Sin embargo, tampoco entendemos la importancia de recuperar el suelo y de enriquecerlo,
construyendo obras que lo retengan y lo pongan a salvo frente a las avenidas pluviales;
limpiándolo de basura y abriendo caminos para la comunicación. El suelo también se
revalora cuando hacemos una inversión en infraestructura. En otras palabras, eso dijo
también Alberto Cárdenas en ése evento hecho a modo para su encuentro con el enorme
ejército que el programa Alianza Contigo está construyendo en todo el territorio rural del
país.
Llamo la atención de esto porque existe ése recurso social que se va construyendo con el
mismo ímpetu de aquel programa salinista de Solidaridad, nada más que ahora con el
respaldo y cobijo de una ley y con el presupuesto en el que concurren la federación, los
estados, los municipios y, nada menos que los productores.
Alberto Cárdenas, si no lo sabía, en Oaxtepec lo percibió. Los ayuntamientos, dijo, aportan
ahora dos mil millones de pesos al programa mencionado y, aunque no se mencionó, pero
el caso es que los productores beneficiarios de Alianza aportan una cantidad superior a
esa cifra porque llega a representar hasta el 50 por ciento del total que para ese programa
aportan la federación, los estados y los municipios.
El caso Guerrero
En este ambicioso proyecto de intercambio de experiencias entre municipios rurales un
lugar especial debemos darle a la presentación que del caso Guerrero hizo el secretario de
Desarrollo Rural, Armando Ríos Piter que estuvo con sus pares de Michoacán y Morelos
como panelistas.
Para nuestro secretario, el caso de Guerrero es único porque en su circunstancia de estar
a la cola del desarrollo nacional, su geografía dificulta tanto la comunicación como la
comercialización de sus productos y quizá eso explica que la mayoría de la población del
campo se caracterice por su producción de autoconsumo.
La otra cara de la moneda es que 90 por ciento de los ingresos que tiene el estado
proviene del turismo, esta actividad que no la hemos podido ver como una oportunidad de
desarrollo, sino como el origen de la deformidad y la desigualdad.
En efecto, ningún gobierno en la historia de Guerrero ha sabido ver en el turismo la
oportunidad para el desarrollo del campo. Todos lo han visto como una fatalidad para los
demás sectores productivos, los que sin incentivos para fortalecerse, subyacen
avasallados por el impacto negativo que el turismo tiene en el alza del precio de la mano de
obra y en su escasez para el desarrollo de las actividades agropecuarias. La tala
inmoderada, la caza furtiva y el comercio ilegal de flora y fauna para satisfacer la demanda
del sector de los servicios repercuten negativamente en el medio rural. Esa ha sido la
historia del estado frente a los polos turísticos que funcionan más bien como enclaves.
El otro dato preocupante para el futuro del estado expuesto por Ríos Piter es el fenómeno
poblacional: la mayoría de los guerrerenses son jóvenes, menores de 30 años ¿Qué
porcentaje de ellos quiere saber algo del campo?
Si bien no los veremos ocupados en la ganadería o en la agricultura, quizá les llame la
atención ocuparse en los servicios ambientales, en la silvicultura y en el ecoturismo. Es
decir, en campos donde ahora están las oportunidades.
Ríos Piter dijo que para alcanzar el desarrollo rural la apuesta del gobierno del estado está
en los municipios, fue entonces cuado avizoró el riesgo de que los gobiernos de ése
ámbito “privilegien lo partidista”
El caso de Zihuatanejo
En materia de proyectar el desarrollo, “Cada espacio requiere acciones únicas” como lo
afirmó, Antonio Ruiz García, subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa en su
intervención el día del evento. Para planear su desarrollo sólo los habitantes del municipio
están en posibilidad de hacerlo.
Mientras eso sucedía pensaba yo en la experiencia de Zihuatanejo donde el Consejo
Municipal para el Desarrollo Rural Sustentable se ha reorganizado bajo la idea de su
representación diversa, plural y democrática, con hombres y mujeres ocupados en
diferentes actividades propias de la realidad municipal, sin distingos de ideologías ni
militancias partidistas; democrático en la toma de decisiones.
Esos consejeros que se reúnen cada primer martes de mes constituyen un equipo valioso
que se ha enriquecido con el aporte de los profesionales que asesoran y elaboran
proyectos para los productores rurales. Juntos han estado trabajando cada lunes en la
planeación municipal como el saber local y colectivo. Ellos son la joya escondida a la que
el propio Antonio Ruiz García, hizo referencia cuando se refirió a que cada proyecto es único
e invaluable.
Este grupo de ciudadanos, representativo y conocedor de la realidad municipal tuvo ya su
gran prueba de fuego a la hora de decidir el apoyo a los proyectos que solicitaron el
financiamiento con recursos de Alianza Contigo. Desechó con argumentos fundados la
mitad de las solicitudes presentadas, las cuales nada tenían que ver con las líneas
estratégicas contenidas en el Plan Municipal de Desarrollo.
En la decisión no pasaron ni las recomendaciones y menos los chantajes de quienes
actúan con los viejos vicios del clientelismo y del patrimonialismo.
Los recursos concurrentes en Alianza se aprobaron para beneficio de todos los grupos de
mujeres que tienen proyectos encaminados a fortalecer la economía familiar con la crianza
de gallinas y huevos, yogurt, queso, crema, conservas y chilate, todo orgánico. Mejorar la
dieta familiar con el aprovechamiento productivo de recursos como agua y suelo, así como
el conocimiento y la mano de obra familiar, son soluciones estratégicas a problemas como
la desigualdad, el desempleo, la emigración y la desnutrición.
Se apoyaron los proyectos de tecnificación de la ganadería y de nutrición animal y de
agricultura para que dichas actividades dejen de ser extensivas a costa de la diversidad
biológica y del equilibrio ecológico.
Se apoyaron los proyectos para la comercialización de los frutales como mango y coco, y
los que contemplan el establecimiento de huertas de aguacate. Todo dirigido a la
exportación buscando aprovechar su alta rentabilidad.
El fomento de la acuacultura para la producción de camarón y mojarra, dirigida al abasto
local es también una prioridad.
El resultado que se alcance será casi inmediato y notorio. En esta perspectiva se está
desarrollando la idea de que en el municipio la política del gobierno local privilegie el
fortalecimiento del consejo municipal para que éste se haga cargo del desarrollo integral
que comprende no sólo la producción y productividad, sino la organización y el desarrollo
humano.
El riesgo de que la inversión municipal tenga un sesgo partidista, hay que correrlo y su
límite estará en el marco que establece el Plan Municipal de Desarrollo y los instrumentos
de vigilancia y auditoria que contiene la ley para el desarrollo rural sustentable.