EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Nuestra casa está ardiendo: Greta Thunberg

Octavio Klimek Alcaraz

Septiembre 14, 2019

 

Greta Thunberg es la adolescente sueca de dieciséis años que ha irrumpido en la escena mundial, como nueva líder en la lucha contra el cambio climático. Su discurso es de una madurez asombrosa. Algo tiene ver con el estado de su salud. Ella narra que cuando tenía once años, enfermó de depresión, dejó de hablar, dejó de comer. Siendo diagnosticada con Síndrome de Asperger, Trastorno Obsesivo Compulsivo y mutismo selectivo. Es decir, sólo habla cuando le es necesario, y además no le da por mentir. Confiesa que el síndrome de Asperger es para ella un regalo, ya que si hubiera sido normal y sociable, se habría inscrito en una organización o fundado la suya propia. Pero ella dice “soy independiente y hablo solo por mí misma”.
Hace poco más de un año, el 20 de agosto de 2018, Greta decidió no asistir a la escuela y sentarse frente al Parlamento sueco, le llamó huelga estudiantil por el clima. Trataba de llamar la atención de los legisladores suecos. Repartió folletos con datos sobre el cambio climático, así como explicaciones sobre los motivos para hacer su huelga. El objetivo era obligar a su país a cumplir con el Acuerdo de París sobre el clima. Se foto juvenil y seria con el cartel escolar de huelga escolar por el clima (Skolstrejk för klimatet) circuló en Twitter, Instagram y Facebook, haciéndose viral. Siguiendo su ejemplo, pronto en distintos lugares del mundo, millones de jóvenes salieron cada viernes a manifestarse contra el cambio climático. Así surgieron los denominados Viernes por el Futuro o #FridaysForFuture en inglés, para continuar con una huelga que al principio se prolongó durante tres semanas seguidas.
Con su protesta llegaron invitaciones para asistir a foros de suma importancia, desde la cumbre del Clima de Naciones Unidas en Katowice, Polonia, hasta con los poderosos de Davos o los políticos europeos de Bruselas.
Greta elabora sus discursos, que son maravillosamente claros, lógicos, directos, simples y sin malicia, en blanco y negro, no existen los matices para ella. Se necesitan detener las emisiones de gases de efecto invernadero, para impedir que el calentamiento global supere el 1.5 grados centígrados. Ella dice que hay que entrar en un cierto nivel de pánico, que se debe tratar la crisis como una crisis. Hay que exigir soluciones y no proveerlas. Parafrasea bastante con la idea de que cuando la casa esté en llamas, no te quedas a observar cómo se consume y comentas que va a quedar muy bonita cuando la reconstruyas. Por el contrario, llamas a los bomberos y te pones a salvo.
Reitera en sus intervenciones también que son sólo niños que protestan, que no deberían hacer esto, pero sienten que su futuro está amenazado. Lo que más duele en su discurso, es la contundente verdad de su afirmación, esto es un fracaso de las generaciones anteriores que no han hecho nada. Tal vez este debate sobre la responsabilidad generacional no sea el más conveniente, ya que la mayor parte de la gente hasta hace algunos años ignoraba que su forma de vida estaba acabando con el ambiente y la naturaleza de manera global.
Habla también de la justicia climática, que no es posible exigir a los países pobres y en vías de desarrollo reducir emisiones, si no lo hacen los países ricos y desarrollados, que son los principales responsables del cambio climático.
A los políticos incomoda Greta, ya que se asume como mensajera y les dice que escuchen a los científicos, que llevan diciendo sobre los riesgos para la humanidad por el cambio climático.
El pasado miércoles 28 de agosto llegó a Nueva York en el velero Malizia II. Esto para no volar en avión, evitando así sus emisiones contaminantes. El velero zarpó del puerto inglés de Plymouth el pasado 14 de agosto cruzando el océano Atlántico. Fueron dos semanas de difíciles condiciones de viaje. Ella fue invitada a participar en los debates de la Cumbre de Cambio Climática que realizará la organización de las Naciones Unidas el próximo 23 de septiembre. Hoy cuando escribo, viernes 13 de septiembre, hace su huelga escolar, ahora enfrente a la Casa Blanca en Washington. Pero ahora va acompañada de miles de jóvenes. Es un claro mensaje a un negacionista del cambio climático, como el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump.
De hecho, cuando arribó en el velero a Nueva York se le preguntó sobre el mensaje para el presidente Trump, Greta respondió a los diversos medios: “Le pido que escuche a la ciencia, porque obviamente no lo hace. Si nadie ha podido convencerle todavía, no voy a poder hacerlo yo ahora. Así que me centraré en convencer a la gente”. Así de claro y simple es su mensaje.
A Greta la han agredido en redes sociales y medios de comunicación, algunos políticos la han llamado “perturbadora”, “rara” y “escalofriante”. Al parecer muchos de sus detractores parecen pensar que sólo por tener problemas emocionales no se es inteligente o no se puede tener análisis certeros. La han acusado de servir a los intereses de las organizaciones ecologistas, como si esto fuera un pecado.
A Greta le han estado lloviendo los premios, y es hasta candidata ya al Premio Nobel de la Paz. Se ha tomado un año sabático, después de la Cumbre de Nueva York visitará Canadá y México para finalmente visitar Chile en la Cumbre sobre Cambio Climático que se llevara a cabo a fines de este año.