EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Nuevo gobernador, de lo posible a lo deseable

Silvestre Pacheco León

Agosto 31, 2020

La pregunta hecha al presidente de la República en su más reciente visita a Guerrero acerca de las cualidades que debería reunir el próximo gobernador del estado parece haber despertado el interés de más de un ciudadano pensando en las elecciones del 7 de junio próximo.
Si preguntáramos a cada uno de nuestros paisanos sobre las cualidades que debería tener el próximo gobernador del estado, podríamos llenar cuartillas con sus respuestas, pero en política, ya se sabe, una cosa es lo posible y otra lo deseable.
En lo personal me gustaría que el hombre o mujer electa para gobernar fuera una persona inteligente, valiente y comprometida con el desarrollo del estado, entendida en la diversidad cultural y con idea para aprovechar las potencialidades de las regiones para su desarrollo. Conocedora de su historia y tradiciones populares, con experiencia en el trabajo a favor de la sociedad y en el trato respetuoso con las personas, dispuesta a ejercer un gobierno austero y transparente siguiendo el ejemplo del gobierno federal. Comprometida con la paz y el respeto a los derechos humanos, además de eficaz en la lucha contra la violencia y la inseguridad.
Pero la realidad que vivimos opera en un sentido distinto a nuestros deseos, de manera que para este ejercicio debemos ajustarnos a lo posible, que en este caso depende de los partidos.
No olvidemos que son los partidos los únicos que deciden sobre las candidaturas bajo sus propios y particulares métodos de elección, y aunque siempre hay un margen para aprovechar liderazgos naturales independientes, casi siempre pueden más los intereses creados o las decisiones en ese sentido degeneran en la imposición de las propias ideas de los elegidos quienes a la hora de tomar decisiones se alejan de los principios que abanderan los partidos que los postulan.
Ejemplo de esta afirmación son las experiencias recientes de parte del PRD con la candidaturas externas de Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre Rivero.
No olvidemos tampoco la malograda experiencia del académico y funcionario foxista Jorge Castañeda quien en el año 2006 buscó el registro independiente de su candidatura a la Presidencia de la República atenido a su popularidad y probada capacidad intelectual pero sin un partido que le ofreciera dicha posibilidad, por lo cual su esfuerzo no tuvo mayor trascendencia.
Después buscó que el PAN lo hiciera su candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, pero perdió, como se sabe, frente a Demetrio Sodi de la Tijera.
Por eso podemos afirmar que el principal obstáculo para las candidaturas deseables son los partidos políticos, quienes por ley tienen el monopolio de la representación ciudadana.
Muchas personas habrá que estén de acuerdo conmigo que en Guerrero hay mujeres y hombres con las cualidades para satisfacer los deseos de los más exigentes, pero de esos no todos están interesados en la política y los pocos calificados suelen estar lejos de las intenciones de quienes toman las decisiones.
Lo que mi amigo Carlos García Jiménez ha escrito al respecto en estas mismas páginas aludiendo la adelantada conducta de los aspirantes a la candidatura que recurren a las viejas prácticas para verse favorecidos en el ánimo de sus partidos, nos confirma las limitaciones que tiene lo deseable frente a lo posible.
Aunque en este caso la actitud de esos adelantados choca también con el sentido común porque además de la rigidez de las reformas constitucionales aprobadas para hacer de los delitos electorales motivos de cárcel, la propia pandemia del coronavirus está imponiendo sus propias condiciones.
Es posible que en el caso de Guerrero muchas carreras políticas se interrumpan por las dificultades para deshacerse de las viejas prácticas que ahora caen dentro de la ilegalidad, como el uso de los cargos y el dinero público o de procedencia ilícita para promocionarse.
Por eso cuesta imaginarse los argumentos que pueden esgrimir los aspirantes que desde el gobierno buscan aprovechar políticamente sus puestos y los recursos que manejan cuando ahora esas prácticas se consideran delitos electorales con pena de cárcel, pero independientemente de que lo sepan o no, me parece que ya no habrá excepciones para su castigo.
Reducido lo deseable a lo posible en el asunto de la candidatura debido al monopolio que los partidos tienen sobre ellas, nos queda en este ejercicio para definir el perfil del futuro gobernador estar atentos al proceso de cada formación política de aquí a su convención electoral para ungir a su candidata o candidato.
Hasta hoy, si hacemos caso a las encuestas que se han publicado sobre las preferencias electorales de los ciudadanos frente a los partidos, independientemente de su certeza y confiabilidad, todas ponen a Morena en primer lugar por las razones entendibles del efecto positivo que ha tenido entre los electores el triunfo de Andrés Manuel López Obrador abanderado por ese partido a la Presidencia de la República en el 2018, cuyo liderazgo ha crecido durante su gestión por el cumplimiento de su gobierno con la consigna y el principio de atender primero a los pobres.
La serie de beneficios que han significado para la población los programas federales que llegan directamente a ocho de cada diez hogares se traducirá, aquí sí mecánicamente, en simpatía con su partido.
De tal manera que poco importará a quien elija Morena como su candidata o candidato para tener asegurado su triunfo en junio del año próximo, pues, por otra parte, el PRI ya no tendrá mayor posibilidad de repetir en el cargo por lo desgastado de su liderazgo y porque para la mayoría de los ciudadanos el subdesarrollo del estado y la situación caótica a la que llegó, todo es su herencia, y lo único que puede aplaudírsele al actual gobierno es haberse alineado a la estrategia federal para enfrentar la etapa más crítica de la pandemia y la economía.
Por lo demás, y visto ya lo que sucede en el país con un gobierno de izquierda que combate la corrupción y ejerce su gestión con transparencia, yendo a la raíz de los problemas, quizá en Guerrero seamos ya la mayoría quienes veamos que es deseable y posible ahora elegir un gobierno de izquierda para hacer frente a todas las calamidades que hemos sufrido y construir entre todos el futuro promisorio escrito como aspiración por José María Morelos en los Sentimientos de la Nación en septiembre de 1813.

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