EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Nuevo tejido social

Arturo Martínez Núñez

Enero 19, 2021

Una revolución política como la 4T, pasa necesariamente por construir un nuevo tejido social, político, horizontal, autogestivo, constructor de ciudadanía, y de una red de organizaciones sociales, políticas, económicas desde las comunidades, las localidades, los centros de producción, los sindicatos, los centros de estudio y los centros y colectivos de producción cultural.
Guerrero necesita además de mayores presupuestos, una nueva manera de relacionarse, una nueva relación entre el poder y la ciudadanía. La estructura vertical monoteísta, imperial y autoritaria de un poderoso virrey sentado por encima de la ciudanía, ha quedado rebasada como forma viable de gobierno. Observando desde luego la legalidad constitucional que deposita al Poder Ejecutivo en una sola persona, el reto es democratizar este poder, hacerlo horizontal y compartir la toma de decisiones y las responsabilidades.
Al comenzar el gobierno de la 4T el presidente de la República mencionó que se dejaría de otorgar apoyo a las organizaciones y que todo apoyo que se otorgara, sería directamente a cada uno de los ciudadanos, sin intermediarismo, sin corporativismo y sin clientelismo. Esto de inmediato fue mal interpretado por los conservadores como un retroceso y como un desprecio de López Obrador y la 4T hacia las organizaciones. Nada más falso.
En la 4T creemos que debe de haber más y mejores organizaciones. El nuestro es un movimiento que se ha nutrido de miles de organizaciones populares, de colonos, de campesinos, de amas de casa, de pequeños y medianos empresarios, de estudiantes, de artistas y de ciudadanos que están hartos del estado que guardan las cosas.
Que se escuche fuerte y claro, no estamos en contra de las organizaciones, estamos en contra de que se utilice a las organizaciones como una forma de intermediarismo político para controlar con fines electorales a los ciudadanos.
Esto es muy difícil de comprender para los jilgueros del viejo régimen que están acostumbrados a tomar en cuenta a la ciudadanía únicamente en tiempos electorales. La 4T cree en la democracia popular, en el gobierno de todos, por todos y para todos, y en el presupuesto participativo.
Estamos convencidos de que no es necesario hacer más grande ni más costoso al gobierno; por el contrario, debemos de tener un gobierno del estado tan grande como sea necesario y una ciudadanía y organizaciones intermedias fuertes, sólidas, con calidad moral, que le puedan hace contrapeso al poder omnímodo y vertical contra el que siempre hemos luchado.
Al gobierno democrático que habría de surgir a partir de octubre de 2021, no le espantará la organización social, por el contrario la promoverá y será uno de los pilares para la construcción del nuevo régimen que necesita Guerrero.
Los que temen a la organización política, sectorial y popular son aquellos que ven amenazados sus privilegios y lo que se ha convertido en el modus vivendi de “líderes” de organizaciones que únicamente utilizan a la gente para el beneficio personal. Es a ese tipo de liderazgos y organizaciones a las que nos oponemos.
El pueblo tiene derecho a recibir los recursos, los proyectos y la atención, directamente del gobierno sin necesidad de estar afiliado a ninguna organización, ni partido político.
Para poder llevar a cabo este esfuerzo, se necesita un gran despliegue territorial, por eso afirmamos que se deben terminar los atajos, no hay camino corto, el único camino es recorrer comunidad por comunidad y escuchar con atención y con todo el tiempo que sea necesario de viva voz las necesidades y los planteamientos de cada comunidad.
Se deben acabar las giras para entregar “apoyos” y dádivas, las caravanas con camiones cargados de colchonetas, aparatos electrodomésticos, agua embotellada y despensas. El gobierno democrático debe ser un gobierno sumamente organizado, porque habrá de ser un gobierno itinerante, habrá de ser un gobierno que esté en el territorio y no en el escritorio, deberá ser un gobierno cercano a la gente, que recorra los caminos y las calles que recorren todos los días los guerrerenses. Un gobierno que viva y mantenga una eficiencia operativa para que el gobernador pueda hacer política escuchando a la gente. Las giras no deberán ser caravanas de funcionarios y achichincles, atrás del gobernante, del pequeño virrey. Los secretarios y los titulares de los organismos descentralizados deberán desplegar una actividad similar, para que de esta manera el gobierno de Guerrero esté a lo largo y ancho del territorio estatal en todo momento.
Nosotros nos imaginamos por ejemplo que el gobernador estará un día recorriendo la parte alta de la sierra de Atoyac de Álvarez, mientras el secretario de Gobierno atiende a diferentes liderazgos y organizaciones en Chilpancingo, el secretario de Salud evalúe en territorio a los hospitales generales, regionales y centros de salud, al tiempo que el secretario de desarrollo rural visita la Costa Chica, el de Educación mantiene un diálogo constructivo con los maestros y con el personal administrativo y los directores de las OPDs se enfocan en alcanzar las metas trazadas en los planes sectoriales.
Guerrero necesita más organización social, más despliegue territorial, un gobierno eficiente, austero, moderno y eficaz, basado, organizado, que esté en el lugar de los hechos, que sea cercano y respetuoso con la gente, que entienda que el verdadero jefe no es el gobernador sino el pueblo y que el titular del Ejecutivo es el mandatario, esto es, no el que manda, sino el que cumple el mandato popular.