AMERIZAJE

Con ocho espléndidos capítulos se estrenó este año en Netflix la zaga de la serie danesa Borgen, bajo el subtítulo Poder y gloria. Se debe advertir que leer la presente pudiera delatar algo de la trama. No obstante, para quienes no la hayan visto y gusten de la ficción política o de la ensoñación democrática bien hecha, se les recomienda mucho la puedan seguir.
Esa Dinamarca presentada en la serie, imaginada por Adam Price, el creador, tiene su reflejo en la página danesa oficial: visitdenmark.com. La invitación está abierta a viajar de aquí a Copenhague durante algunos párrafos imaginando se pudiera aspirar a algo así.
Entre los datos que aporta el sitio mencionado están*: Hay un concepto propio, danés, janteloven, que implica que nadie es mejor que otra persona; el 50 por ciento de los daneses va a su trabajo en bicicleta; el muelle de Copenhague está tan limpio que puede la gente nadar ahí; el país está formado por 444 islas y, desde cualquier lado, nadie se podría alejar más de 52 kilómetros del mar. Dinamarca fue el primer país del mundo, en 1989, en legalizar la unión entre personas del mismo sexo; y, finalmente, uno de los datos más significativos es que esta nación nórdica va y viene de ocupar el lugar número uno en cuanto al Reporte de Naciones Unidas sobre Felicidad, mismo que integra información global con base en encuestas sobre cuál es el país en donde se vive con mayor bienestar y contentura.
El altísimo índice benefactor de Dinamarca en servicios de salud, pensiones, igualdad, justicia, respeto, no discriminación, guarderías, etcétera, se traduce en la serie televisiva que versa en torno de una exprimera ministra que ahora es la canciller del país bajo la administración de otro partido. Borgen significa literalmente castillo, que es una expresión danesa para nombrar al palacio Christiansborg desde donde se gobierna una monarquía parlamentaria conforme con una representación proporcional.
Una nota de The Guardian**, de mayo de este año, no se equivoca al asegurar que la serie se vuelve altamente “profética” de muchas maneras respecto de las circunstancias actuales.
La primera coincidencia que se antoja destacar es que en el centro de la trama está un hallazgo de petróleo en Groenlandia –nación constituyente del Reino de Dinamarca–, combustible que no representa una energía considerada limpia y que, para la gran mayoría de quienes están en favor de la sostenibilidad, porque temen agravar la ya crítica situación del calentamiento global y el cambio climático, no debe explotarse más.
La carismática actriz Sidse Babette Knudsen interpreta a Birgitte Nyborg, ministra de Asuntos Exteriores, cuya carrera entra en crisis a partir justamente de la pugna por el petróleo de Groenlandia, lo cual amenaza con convertirse en un conflicto internacional.
Las puras discusiones, política, agendas, comunicación, marketing de imagen, razones y sinrazones sobre ese debate merecen nuestra atención porque realmente se conectan con el presente y muchas de las realidades sobre la explotación petrolera de hoy.
Por otra parte, llama mucho la atención un abordaje muy honesto respecto del poder, la ambición y las alternativas que se deben tomar ante hacer valer los principios frente a conservar la posición, ceñirse a la gloria de mantenerse firme y salir o no del camino, gestionar políticamente para lograrlo todo y, todo esto, siendo mujer sin morir en el intento.
La igualdad de género continúa siendo la trama paralela en esta edición de Borgen, lo cual ha sido también un factor clave para el éxito de la producción. Aquí no faltan las dificultades para administrar la maternidad de hijos adultos; la etapa climatérica combinada con un trabajo que nunca termina; la tentación de ejercer el poder desde los rasgos patriarcales, pero darse cuenta de esto a tiempo…
Entre los aciertos temáticos de esta zaga, por su semejanza y vigencia, están además las tensiones que imponen a otros países las superpotencias mundiales en función de la geopolítica y la economía; los retos y desafíos de las mujeres frente al poder aún hoy; las tentaciones y ambiciones de las personas en la política; el ejercicio periodístico y sus mediaciones humanas; el arrollador papel del capital y las relaciones públicas en todas las decisiones cotidianas que ameritan, verdaderamente, otros valores distintos al poder o la gloria.

*https://www.visitdenmark.com/denmark/highlights/history-and-culture/fun-facts
** https://www.theguardian.com/tv-and-radio/2022/may/30/borgen-again-the-most-prescient-show-on-tv-is-back-and-still-working-its-magic

@anterrazas