Marcial Rodríguez Saldaña
Abril 11, 2019
La caricatura es un género literario-periodístico cuyos orígenes se remontan al siglo XVI en Bolonia, Italia, luego se extendió por los países europeos y después por América. En el devenir histórico, la caricatura sobre todo el subgénero político, ha jugado un papel muy importante en los procesos de transformación social, toda vez que ha sido la forma que han utilizado sus autores para crear conciencia de los cambios cuestionando a los gobernantes en turno.
1.- En la caricatura, el autor despliega su potencial creativo, para que en una o algunas imágenes exprese mucho más de lo que podría decir con miles de palabras. Retoma acontecimientos que ocurren sobre temas de interés colectivo y los expresa de múltiples maneras, algunas vez satirizando a los personajes, otras ridiculizándolos, mostrando a los lectores sus faltas en el servicio público.
En el caso de México, desde el siglo XIX en los periodos de las dictaduras de Santa Ana y Porfirio Díaz, los caricaturistas de la época jugaron un rol relevante para cuestionar los abusos de poder en medios como: El Tranchete, El Hijo del Ahuizote, El Colmillo Público, El Ahuizote Jacobino. Ya en el siglo XX aparecieron, El Tilín-Tilin, El Diablito Rojo y personajes como el gran Guadalupe Posada y el extraordinario Rius.
Hoy vemos que todos los periódicos existen espacios para los caricaturistas que se ocupan a diario del acontecer político nacional, cada quien mostrando sus virtudes y su posición política, algunos conservadores y otros liberales.
2.- Este martes 8 de abril, el caricaturista guerrerense Luis Otero Gutiérrez, profesor universitario, que se firma solo como Otero, quien junto con sus colegas ilustran desde hace varios años las caricaturas del periódico El Sur, realizó una exposición denominada Huellas que recoge en unas cuantas decenas de caricaturas gran parte de la historia de la Universidad Autónoma de Guerrero, desde la lucha por la autonomía universitaria, la época de la guerra sucia en donde se violaron derechos humanos de universitarios, sus académicos destacados, los rectores –en donde señala alguna de sus acciones más significativas durante su gestión–, sus dirigentes sindicales, estudiantiles y políticos, sus deportistas, los maestros eméritos. Sin ninguna duda este trabajo de Otero es una obra muy valiosa que merece ser expuesta en todas las unidades académicas de la UAGro para que sea conocida por toda la comunidad universitaria y sea resguardada como un patrimonio cultural de nuestra Alma Mater.
3.- Las caricaturas de Otero, que en estos años ha mostrado a la opinión pública, forman parte de las contribuciones al cambio democrático que estamos viviendo en el país y en particular del proceso político que experimentamos en Guerrero, en donde necesariamente también debe instaurarse la Cuarta Transformación.
El caricaturista es un artista, un ser humano libre que ejerce su libertad de expresión y de manifestación de las ideas sin más límites que los que le da su propia imaginación.
Esperamos que Otero, siga creando conciencia libertaria, siga ilustrando en sus caricaturas la vida pública de nuestra entidad, con una posición crítica que coadyuve al cambio de régimen en Guerrero.
marcialrodriguezsaldana.com.mx