EL-SUR

Sábado 18 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Panamá después de las elecciones

Gaspard Estrada

Mayo 08, 2024

El pasado domingo, los panameños fueron a las urnas para elegir a su próximo presidente de la República. La mayor pregunta que se hace ahora la gente sobre el Presidente electo José Raúl Mulino es si seguirá siendo aliado del ex Presidente Ricardo Martinelli o romperá con su antiguo compañero de fórmula, como ha ocurrido otras tantas veces en la historia reciente de América Latina.
Mi respuesta es que Mulino y Martinelli son estrechos aliados y que es muy probable que lo sigan siendo en los próximos cinco años.
Es un error calificar al nuevo presidente de marioneta. José Raúl Mulino es una figura política conocida en Panamá. Sin embargo, él ha demostrado repetidamente su lealtad a Martinelli y necesita el apoyo del ex presidente para obtener y mantener una coalición mayoritaria en el Congreso y sacar adelante su programa. Sin las redes del ex presidente, será difícil que el presidente electo pueda tener una mayoría en el Congreso.
Martinelli, actualmente escondido en la embajada nicaragüense para evitar la cárcel, tiene todas las claves para el éxito de la presidencia de Mulino. En efecto, el partido de Martinelli/Mulino obtuvo 13 escaños en la legislatura de 71 escaños, convirtiéndose en el mayor de los partidos en esa institución. Por otro lado, fueron elegidos 21 parlamentarios independientes, que no funcionarán como un bloque cohesionado. Al elegir a estos diputados, los votantes panameños han demostrado que desconfían de las estructuras partidistas tradicionales.
En este sentido, la debilidad de los partidos debería permitir a Mulino formar una mayoría durante la primera parte de su mandato y conseguir la aprobación de sus reformas. El necesita 36 votos para tener mayoría. Éste será su trabajo. La fluida coalición mayoritaria de Mulino en el Congreso dependerá de alianzas y favores. A medida que disminuya el capital político del presidente, se desvanecerá su capacidad para mantener unido a ese fragmentado grupo de políticos en una mayoría. Debe elegir bien su agenda a y sus primeras batallas, porque la lealtad a los partidos no mantendrá unida a la coalición.
La campaña de Mulino, en la medida en que hizo pocos anuncios políticos, prometió subsidios para los pobres y una vuelta a un mayor crecimiento económico, no austeridad ni mayores impuestos. Además, si se cree en el análisis de que Mulino gobernará en gran medida como un sustituto de Martinelli, echar la vista atrás al mandato de Martinelli podría dar pistas sobre su política.
Durante su periodo presidencial, Martinelli gastó mucho en infraestructura y subvenciones. Sus reformas fiscales redujeron los impuestos a las empresas, pero aumentaron los ingresos gracias a la mejora de la recaudación y al auge del crecimiento económico. En resumen, se espera un programa favorable a las empresas en el sentido de gasto en infraestructura e incentivos para el sector privado, no austeridad.
Esta contradicción rondará sobre la próxima legislatura: Los panameños están enfadados con la corrupción y desilusionados con el estado de su democracia, sin embargo votaron por un candidato vinculado a un ex presidente acusado de corrupción y prófugo de la justicia. Cuando estaba en el poder, Martinelli usó a la justicia con fines políticos. No obstante, muchos panameños recuerdan su mandato como una época mejor que la que viven hoy. La cuestión es si Mulino también podrá conseguirlo.
La victoria de Mulino se produjo en parte porque el Tribunal Supremo gestionó su caso de elegibilidad de forma bastante extraña, y no se pronunció al respecto sino hasta 48 horas antes de que se emitieran los votos. Esto no dio tiempo a los rivales de Mulino a consolidar su oposición (nadie quería abandonar la carrera mientras pareciera posible que el favorito fuera expulsado de las urnas). ¿Fue ese afortunado retraso una cuestión de suerte o una maniobra entre bastidores de las redes políticas de Martinelli? No lo sabemos. Pero este tipo de preguntas seguirán a Mulino durante todo su mandato.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

X: @Gaspard_Estrada