Octavio Klimek Alcaraz
Agosto 06, 2016
El 15 de septiembre de 2010, a casi 7 meses de concluir su mandato como gobernador del estado de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo suscribió el decreto para declarar como área natural protegida con el carácter de Parque Estatal, denominado Bicentenario una superficie de 304 mil 918.02 metros cuadrados, identificados como lotes 38 y 39 del patrimonio estatal del Fideicomiso para el Desarrollo Económico y Social de Acapulco (Fidaca), en la ciudad de Acapulco (Decreto publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado número 91, el 12 de noviembre de 2010).
Las poco más de 30 hectáreas del Parque Estatal Bicentenario se encuentran adyacentes a la avenida Escénica de Acapulco, las colindancias conforme al decreto de su creación son: al norte se encuentran Cumbres de Llano Largo y el Parque Nacional El Veladero, al sur el fraccionamiento Brisamar, al este la Universidad Loyola y los lotes 37 y 53 propiedad del Fideicomiso para el Desarrollo Económico y Social de Acapulco (Fidaca), y al oeste la inmobiliaria Jura SA y el hotel Las Brisas.
La importancia ecológica para el área de la bahía de Acapulco es que el Parque Bicentenario al colindar con el Parque Nacional El Veladero, conforma un corredor biológico de selva tropical subperennifolia, muy cercano al mar, solo contenido por la barrera de la citada avenida Escénica y los asentamientos debajo de ésta, siendo un ejemplo del ecosistema natural original de Acapulco. El Bicentenario se localiza en un gradiente altitudinal por arriba de los 200 metros sobre el nivel del mar y que llega en su parte baja a menos de 50 metros sobre el nivel del mar. Con los datos proporcionados en el Programa de Manejo del Parque, en el área encuentran un espacio de vida y refugio clave para la biodiversidad local se enlistan cuando menos 13 especies de pequeños mamíferos; 59 especies de aves, tres de ellas bajo protección especial, además del loro corona lila (Amazona finschi) en peligro de extinción; 15 especies de reptiles, cuatro especies de ellos enlistados en la categoría de amenazadas y dos especies sujetas a protección especial, y tres especies de anfibios. En la flora se identifican cuando menos 55 especies, en especial en su vegetación arbórea tropical se identifican entre sus principales especies a árboles como amate, ceiba, tepeguaje, palo mulato, palo culebro, ciruelo de cerro, estas tres últimas especies enlistadas como amenazadas, al igual que una palmilla del género Zamia. Un servicio ambiental importante del parque, es que la presencia de cubierta arbórea ante fenómenos naturales como trombas y ciclones, que además de lluvia conllevan fuertes vientos, brinda una reducción de la vulnerabilidad y riesgo para los asentamientos humanos de sus áreas cercanas, además de favorecer la infiltración gradual de las lluvias en el suelo. Adicional a ello, es de suma importancia el servicio ambiental que proporciona el agua de sus manantiales y riachuelos, que abastecen incluso a asentamientos humanos adyacentes, así como su contribución a un microclima local más fresco y húmedo.
La Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del Estado de Guerrero señala que: “en los Parques Estatales sólo podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la protección de sus recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y, en general, con la preservación de los ecosistemas y de sus elementos, así como con la investigación, recreación, turismo y educación ambiental. Asimismo, corresponde al gobierno del estado, a través de la Semaren (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), la organización, administración, conservación, acondicionamiento y vigilancia de los parques y reservas estatales, el que podrá coordinarse con los municipios e instituciones públicas y privadas no lucrativas, para la conservación, fomento y debido aprovechamiento de las mencionadas áreas naturales (Artículo 85 de la citada ley).
Es decir, el destino de conservación, conforme a la categoría de Parque Estatal es totalmente restrictivo para actividades productivas, limitándose a actividades de investigación, recreación, turismo y educación ambiental, que se entiende serán relacionadas con la protección de sus recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y, en general, con la preservación de los ecosistemas y de sus elementos.
Todo la anterior fundamentación tiene que ver con la problemática actual del Parque Estatal Bicentenario. El Fidaca en distintos momentos posteriores al decreto de creación del 2010, ha intentado que los terrenos que ocupan del parque le sean devueltos, para su probable comercialización con fines distintos a la conservación, aduciendo que la Semaren ha permitido el deterioro del área e invasiones de particulares, argumento discutible, dado el visible buen estado del área. Es decir, se trataría de vender y hacer un “desarrollo”, cambiando el uso de suelo, con un seguro desmonte en esas 30 hectáreas, que ahora son selva. Si ese fuera el escenario, la receta sería similar a matar al enfermo, antes que curarlo. No obstante, se debe dejar en claro, que aunque la propiedad fuera acreditada por el Fidaca o cualquier otro propietario, su destino mientras no sea derogado el decreto de creación por otro gobernador es conforme a la legislación, el de un Parque Estatal.
Por ello, un servidor, en el fugaz paso de casi 10 meses en el 2015 –de enero a octubre– como titular de la Semaren, se buscó atender el reclamo de Fidaca de abandono del parque, y cuidar conforme a la legislación de que siguiera cumpliendo con su función de área natural protegida.
La preocupación por defender el Bicentenario fue compartida por diversos actores de la sociedad de Acapulco. En consecuencia, el 28 de mayo del 2015, reconociendo la noble labor, sin fines de lucro que durante años ha realizado el Jardín Botánico de Acapulco, AC –adyacente el propio Jardín Botánico al Parque– por conservar la flora de Guerrero y el país, se suscribió un convenio de colaboración con el propósito de sumar esfuerzos para la conservación del Parque Estatal Bicentenario trabajando de manera conjunta en su administración y custodia. El Jardín Botánico de Acapulco, está anexo a las instalaciones de la Universidad Loyola, siendo un ejemplo exitoso de conservación ex situ de la flora del país y de Guerrero.
La idea de coadministrar el parque se fundamentó en el conocimiento de que existen experiencias exitosas en el mundo y en México, así como en las atribuciones que otorga la legislación ambiental al respecto. En Guerrero, de hecho, desde hace más de 10 años el Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa está coadministrado por las comunidades ubicadas en el parque y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Además de entender que la Semaren difícilmente podría allegarse de suficientes recursos presupuestales, materiales y humanos para atender por si sola las necesidades cotidianas del Bicentenario.
Asimismo, conforme al mandato del decreto de creación del parque, el día 17 de julio se instaló el Consejo de Administración del Parque Estatal Bicentenario, en el propio Jardín Botánico de Acapulco. Lo anterior, a partir de una invitación pública de la Semaren y el Jardín Botánico a organizaciones ambientalistas; organizaciones no gubernamentales; sector académico y organizaciones civiles para conformar dicho consejo. El consejo tiene entre sus principales funciones la de participar en la aplicación y operación del programa de manejo del Parque Estatal Bicentenario y en su evaluación, así como opinar sobre la realización de los programas y proyectos que se realicen en el Parque Estatal Bicentenario, en concordancia con los objetivos y estrategias consideradas en el Programa de Manejo del Parque. El consejo es integrado por un presidente honorario: que recae en el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno del estado, en su caso, de la persona que él mismo designe; un presidente ejecutivo, que es la presidenta del Comité Directivo del Jardín Botánico de Acapulco, AC, electa por mayoría de votos en dicha reunión del consejo; el presidente municipal de Acapulco de Juárez o, en su caso, en la persona que él mismo designe; el director general del Fideicomiso para el Desarrollo Económico y Social de Acapulco o, en su caso en la persona que él mismo designe; cinco representantes de instituciones dedicadas a la investigación y a la educación superior, de organizaciones sociales, asociaciones civiles, sector empresarial, y en general, todas aquellas personas vinculadas con la conservación y desarrollo del Parque Estatal Bicentenario. En dicha sesión fue aprobado además, el Reglamento Interno del mismo Consejo de Administración del propio parque.
Una primera tarea del Consejo, bajo los factores de apremio del breve tiempo de un gobierno estatal de emergencia, fue atender el tema del Programa de Manejo del Parque Estatal Bicentenario, ya que conforme a la ley ambiental debía expedirse un año después del decreto de creación del parque. Se recuperó el documento con el proyecto del programa iniciado en el año 2012, se buscó bajo el principio de máxima difusión, más allá de hacerlo circular entre los integrantes del consejo. Se atendieron correcciones de éstos y de aquellos interesados especialista en el tema. Así, el día 13 de agosto de ese año en otra sesión ordinaria, el Consejo de Administración dio su aprobación al Programa de Manejo del Parque Estatal Bicentenario, como instrumento rector de planeación y regulación para el manejo y administración del parque. Seguramente, dicho documento tiene todavía insuficiencias, pero traza una hoja de ruta para el Parque Bicentenario, que en todo caso pueden afinar, trabajando de manera conjunta la Semaren y el Jardín Botánico, con el apoyo de su Consejo de Administración. Conforme a la ley estatal debía ser publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, un resumen del programa de manejo respectivo y el plano de localización del área (artículo 112). Sin embargo, los tiempos de los tramos de control interno en el anterior gobierno estatal simplemente ya no alcanzaron para realizar esta acción. Por ello, se esperaría, dado el año trascurrido, que la actual administración gubernamental ya lo haya realizado o esté por realizarlo.
Todavía fue posible realizar el 10 de septiembre de 2015 una última reunión formal del Consejo del Parque, dentro de la anterior administración gubernamental estatal. Una de los acuerdos relevantes del consejo para cuidar el destino del área del Parque Bicentenario fue solicitar al gobierno del municipio de Acapulco, que las 30 hectáreas del PEB aparecieran como área de vocación ecológica, igual que el Parque Nacional El Veladero, en el Nuevo Plan de Desarrollo Urbano de Acapulco. Ya que es aberrante que en el actual plan tenga una vocación distinta, a pesar del decreto de creación del parque de 2010. Se esperaría, que el actual gobierno municipal asuma ese compromiso.
Finalizo señalando que hoy el Parque Estatal Bicentenario debe ser protegido por todos los actores sociales. El ejemplo de dicho compromiso está en manos de las instituciones públicas, en especial las del gobierno del estado de Guerrero y del gobierno del municipio de Acapulco.