EL-SUR

Jueves 12 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Peña Nieto, Cienfuegos y la cultura de la corrupción

Marcial Rodríguez Saldaña

Octubre 22, 2020

La detención en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos Zepeda, ex secretario de la Defensa Nacional designado por Enrique Peña Nieto, es un hecho de extrema gravedad en la vida pública nacional, toda vez que se trata del funcionario del más alto nivel del ejercito mexicano que ha sido hecho prisionero, acusado de delitos vinculados al narcotráfico.
1.- El gobierno de Estados Unidos ha desplegado una estrategia de capturar a narcotraficantes mexicanos y a funcionarios del gobierno acusados de delitos relacionados con esta actividad ilícita; es así que mantuvieron preso durante muchos años a Mario Villanueva Madrid –ex gobernador de Quintana Roo; que tienen en prisión a: Edgar Veytia Cambero –ex fiscal de Nayarit; a Tomás Yarrington –ex gobernador de Tamaulipas; a Genaro García Luna –ex secretario de Seguridad Pública–, designado por Felipe Calderón, y ahora al general Cienfuegos.
En México otros funcionarios de alto rango han sido detenidos por las mismas conductas, entre ellos: el ex sub procurador general de la República, Noé Ramírez Mandujano; el ex gobernador de Michoacán, Jesús Reyna García; y el caso más extremo, el del general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, quien fue designado por el ex Presidente de la República Ernesto Zedillo como Zar antidrogas y resultó que estaba vinculado con la delincuencia organizada, por lo cual fue sentenciado a 40 años de prisión.
2.- Como se puede constatar, el asunto del general Salvador Cienfuegos –quien tiene derecho al debido proceso y para considerarlo responsable se tiene que esperar hasta que haya una sentencia de un juez o jurado que lo declare culpable, pero su detención se lleva a cabo por petición de la DEA con base el elementos probatorios que lo incriminan–, no es un caso aislado, si no que son una multitud de casos –de los que se han conocido– que por supuesto implican a muchas más personas de sus subordinados quienes con certeza fueron y son sus cómplices de todos sus hechos ilícitos. Se trata de un patrón de comportamiento de funcionarios de los más altos niveles de gobierno que se han comprobado y de todos los niveles federal, estatal y municipal, que han estado coludidos y han sido cómplices de la delincuencia organizada.
Si la capacidad de cooptación de los grupos delincuenciales ha sido capaz de comprar a algunos de los más altos funcionarios del país, ya podremos imaginar lo que ha ocurrido con funcionarios de segundo y tercer nivel federales, estatales y municipales.
3.- La concepción de Peña Nieto de que la corrupción era parte de la cultura mexicana, en realidad se refería al gobierno, lo cual significaba una posición de tolerancia, de admitir ese fenómeno como parte consustancial del gobierno. Esto es así, toda vez que se ha comprobado que Peña Nieto recibió miles de millones de dólares para comprar la Presidencia de la República en el 2012 y luego para comprar votos de legisladores federales para aprobar las reformas estructurales, entre ellas la energética.
Peña Nieto fue gobernador del Estado de México de 2005 a 2011 y la gran mayoría de sus funcionarios luego fueron miembros de su gabinete. En esa concepción de que la corrupción es parte de la cultura del gobierno, Peña tuvo a su alcance en sus seis años de gobernador más de 500 mil millones de pesos; si fue capaz de pedir millones de dólares para su campaña presidencial ¿de que no sería capaz teniendo todo ese dinero en sus manos?
4.- Lo de Peña Nieto viene a cuento porque la cultura de la corrupción en el gobierno de un Presidente de la República, permea en todas las esferas de gobierno y con la multitud de casos que han existido en todos los gobiernos neoliberales en México, se puede fácilmente concluir que ha sido un patrón de comportamiento que ha impregnado las más altas esferas gubernamentales. Ahí encontramos las causas de la nociva inseguridad, de la zozobra, del cobro de piso, de las extorsiones, de secuestros, de los miles de desaparecidos, de la muerte de miles de civiles, en que han tenido al pueblo de México; no se puede explicar el nacimiento y crecimiento de la delincuencia organizada sin la complicidad gubernamental. Los casos de todos los funcionarios detenidos en Estados Unidos y México por delitos vinculados a la delincuencia organizada, particularmente de alto rango, deben ser hechos que conmuevan a la sociedad y a todos los niveles de gobierno a poner un hasta aquí a este infortunio, puesto que las actuales y especialmente las nuevas generaciones tienen derecho a disfrutar de la vida con seguridad y en paz y poner fin a el narco gobierno que engendraron los gobiernos neoliberales en México.

marcialrodriguezsaldana.mx