EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Peña Nieto, fin de sexenio

Ángel Aguirre Rivero

Septiembre 07, 2018

LA POLÍTICA ES ASÍ

Si alguien le hubiese preguntado al presidente Enrique Peña Nieto al inicio de su gobierno, cómo querría ser recordado al concluirlo, tal vez su respuesta sería que su planteamiento de “Mover a México”, se viese reflejado en una mejor calidad de la vida de la gente. Pero no fue así.
Es complejo hacer un balance de su gestión en plena tormenta de enojo social, que lo tiene, a un trimestre de que concluya su administración en un 18% de aprobación, de acuerdo con Consulta Mitofsky.
La Segunda Encuesta Nacional de Opinio?n Ciudadana 2018, elaborada por GEA-ISA en mayo de 2018, muestra que el 82 por ciento de los mexicanos creen que el país va por el rumbo equivocado, y sólo el 4 por ciento considera que Peña Nieto demostró capacidad para gobernar.
El estudio revela que para los mexicanos, los tres principales errores del Presidente fueron: no combatir la inseguridad; no combatir la corrupción; y el aumento al precio de la gasolina.
En el ocaso de su mandato, Peña Nieto intenta que se realice un balance apegado a los hechos y cifras de su gestión, “más allá de las apreciaciones subjetivas”.
Es cierto que por los gobernantes hablan los resultados, y en estricto sentido tendríamos que evaluarlo de esa manera, pero no coincido con la última apreciación que hace respecto a la subjetividad, y es que en política una regla no escrita –nos guste o no–, es que la percepción es la realidad.
Las campañas políticas generan expectativas. Así como Bill Clinton supo descifrar el sentir del pueblo estadunidense con una frase (it’s the economy, stupid!), durante su campaña electoral; Peña Nieto tuvo una campaña exitosa en la búsqueda de la Presidencia. Su eslogan fue “Mi compromiso es contigo”, que derivó en compromisos con jóvenes, mujeres, con los diferentes sectores y con las entidades de la República, mismos que acompañaba de manera puntual y con firma ante notario.
Asesorado por mercadólogos expertos, Peña Nieto supo conectar con la gente y capitalizó un desencanto creciente hacia la gestión de Felipe Calderón, sobre todo por los saldos de violencia para el país. El entonces candidato del PRI se benefició de otra regla no escrita en política: la gente vota en contra de lo que considera un mal gobierno.
Acortar la distancia ente el decir y el hacer, entre ofrecer y cumplir, es el mayor reto que tiene un gobernante. Quien falla puede afrontar una crisis de legitimidad que incluso, pone en riesgo la estabilidad social. Ejemplos sobran.
Algunas de las reformas estructurales del Pacto por México –el controvertido logro en el primer tramo de su gestión– ofrecen resultados tangibles: la mayor Inversión Extranjera Directa, que suma 192 mil millones de dólares a la fecha; además de inversiones ya comprometidas por casi 200 mil millones de dólares, tan sólo en el sector energético.
En materia turística el país está como el sexto más visitado del mundo, después de remontar el lugar 15º.
Considero que las zonas económicas especiales es un proyecto de gran trascendencia, y el propio Andrés Manuel López Obrador ha garantizado su continuidad.
No voy a enumerar otros logros, reales, pero que está visto, no lograron despertar confianza hacia una gestión marcada por escándalos que desdibujaron el sexenio y la figura de Enrique Peña Nieto.
Una pésima gestión de las crisis que generaron la Casa Blanca; la tragedia de Iguala; la Estafa Maestra; Odebrecht; los casos Moreira; Borge; los Duarte, entre otros, acentuaron las contradicciones de su gestión, y moldearon el desencanto y el rechazo.
La pobreza y la desigualdad, la injusticia y la impunidad, la violencia y la inseguridad exacerbaron el enojo.
Pero sí puedo dar testimonio de mi paso por la gubernatura y mi relación con Enrique Peña Nieto, de la cual sería un ingrato si me negara a reconocer las muestras de solidaridad que tuvo con los guerrerenses.
Recordemos que el autoritario Felipe Calderón nos quitó el Tianguis Turístico que el ex presidente Miguel Alemán Valdez había concebido para promocionar Acapulco.
A la llegada de Peña Nieto le pedí que reconsiderara esta decisión, por lo que se determinó hacerlo itinerante como está establecido hasta el día de hoy.
El Presidente apoyó de manera decidida la ampliación en su primera etapa de las carreteras a Costa Chica y Costa Grande y aprobó la construcción de un nuevo hospital general para el puerto de Acapulco, ya funcionando.
Otra gran obra que pronto entrará en funcionamiento derivada de la gestión del gobernador Héctor Astudillo es la nueva vía de Puebla a Acapulco, con una inversión de más de 2 mil quinientos millones de pesos, que reducirá a tan sólo tres horas y media el tiempo de traslado entre estas dos ciudades. No hay que olvidar que Puebla es una de las tres entidades que más turismo le aportan Acapulco, además de ser un turismo con capacidad económica.
Durante mi gobierno respaldó también un gran proyecto de movilidad urbana como es el Acabús, que hoy traslada a miles de acapulqueños. Y en un convenio donde sumamos recursos federales y estatales construimos una nueva fuente de abastecimiento de agua potable como es Lomas de Chapultepec.

Del anecdotario

Quise dejar al final dos hechos que se quedaron grabados para siempre en mi gobierno.
El primero de ellos fueron las consecuencias para la entidad tras el paso de Ingrid y Manuel, lo cual me obligaba a hacer una aportación del 25 por ciento del presupuesto que se requería para hacer frente a los daños que nos habían causado estos dos fenómenos naturales que nos azotaron con toda su fuerza.
En términos económicos hubiera significado endeudar al gobierno de Guerrero con por lo menos 6 mil millones de pesos, por lo que me atreví a solicitarle al Presidente nos condonara esta aportación.
En pleno rayo de sol en el aeropuerto, detuve al Presidente para decirle:
–Ayúdame Presidente, no tenemos los recursos para aportar el 25 por ciento como me lo están solicitando.
–¿Y quién te los está pidiendo gobernador?
–Pues la Secretaría de Hacienda y Gobernación.
–¿Y cuánto quieres aportar?
–Lo que menos se pueda, Presidente.
Me echó el brazo al hombro y caminamos rumbo al helicóptero Puma en el que nos trasladaríamos a la gira, y alcanzó a decirme:
–No te preocupes, tu gobierno sólo aportará cosas menores.
Y lo cumplió.
La otra fue en su última visita a La Montaña siendo yo aún gobernador.
Al asistir a la inauguración de la Ciudad de las Mujeres indígenas en Tlapa, me preguntó a dónde iba al culminar la gira. Le contesté que en la Ciudad de México.
–Pues vente conmigo gobernador.
Abordamos el helicóptero y en el trayecto del vuelo hablamos de muchas cosas.
–¿Qué vas hacer ahora que termines de gobernador?
Me faltaba poquito más de un año para concluir.
–Pues no lo sé Presidente.
–Hay que platicarlo después, me dijo.
Minutos antes de descender a Los Pinos, le traté un tema que me tenía muy preocupado y que se trataba de un adeudo histórico por casi 3 mil millones con el ISSSTE.
–Presidente, ayúdame con la condonación de un adeudo histórico que traigo con el ISSSTE por casi 3 mil millones de pesos, nos estamos ahogando en nuestras finanzas. Eres el único Presidente a quien yo puedo considerar un verdadero amigo, más allá de la política. Tú y yo hablamos muchas veces de estos dos proyectos tú para Presidente de la República y yo para gobernador de mi estado, es momento que me demuestres tu amistad.
–No te lo voy a condonar, pero sí te voy a ayudar por una vía institucional a que saldes ese compromiso.
Así lo hicimos y logramos no endeudar a nuestro estado con un nuevo empréstito…
¡La política es así!