EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Percepción y realidad

Abelardo Martín M.

Diciembre 06, 2016

Salvo cuando se maneja un vehículo terrestre –cuando es la mejor conducta de cualquier persona– la defensiva es la peor conducta que puede adoptarse. Los funcionarios de gobierno sufren de incomprensión y su reacción es actuar permanentemente a la defensiva, lo que convierte su actuar en errático, confuso e ineficiente. Es raro, rarísimo, que algún funcionario de gobierno pueda dialogar. A la menor crítica reaccionan con enojo y aducen que se les ataca porque han realizado cambios que el pueblo no experimenta.
Que en Guerrero, en particular en cinco de los municipios con la lamentable distinción de figurar entre los cincuenta más violentos del país, ha habido una disminución extraordinaria de la incidencia delictiva, afirmó el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, durante su reciente visita a la entidad.
Que se ha hecho un buen trabajo en materia de seguridad, y que la percepción social es distinta porque hay un problema comunicacional, abundó el jefe militar, quien con sus declaraciones avaló la tesis que en su primer informe de gobierno sostuvo en ese mismo sentido el gobernador Héctor Astudillo.
La visita del secretario fue el preámbulo para que en los siguientes días se llevaran a cabo o se anunciaran relevos en las comandancias militares en el estado, en Chilpancingo y en Iguala, movimientos que aunque son parte de la rutina del Ejército, también pueden indicar que las cosas no van tan bien como se pintaron en la versión oficial.
Contra esa versión optimista choca que Roberto Álvarez Heredia, vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, haya informado que esa instancia, “en reunión convocada de manera urgente, acordó reforzar la seguridad y la intervención de la federación para fortalecer el esquema de seguridad en los municipios de Teloloapan, Arcelia, Ajuchitlan del Progreso, Tixtla y Chilapa”.
El vocero explicó que ante el aumento de homicidios, secuestros y extorsiones en esos cinco municipios de Guerrero, las autoridades estatales y federales incrementaron la vigilancia con el apoyo del Ejército.
Por lo que se deduce, el funcionario tiene también una percepción distinta de la que nos expuso el general secretario, que le hace convocar a reuniones urgentes y hablar de aumento de delitos de los llamados de alto impacto.
El hecho contundente es que Guerrero continúa a la cabeza de la estadística nacional como la entidad de mayor violencia, y que al terminar el presente año se rebasará la cifra de 2 mil homicidios dolosos, como ha ocurrido a lo largo de la década. Los medios de comunicación dieron cuenta, como ejemplo, de que en coincidencia con la visita del mando militar al estado, y no obstante el reforzamiento de la seguridad en esos días, al inicio de la semana pasada se registró una treintena de ejecuciones en el territorio guerrerense.
Otras notas periodísticas muestran que la crisis en materia de inseguridad y violencia no se ha resuelto, como el hecho de que ahora en Chilpancingo, la capital del estado, y en la carretera que va a Tixtla, se han establecido retenes de las fuerzas de seguridad para intentar contener la escalada de violencia.
A ello se suman los enfrentamientos de los grupos armados que se autonombran “policías comunitarias”, que en distintos poblados se disputan entre sí el control. O hasta el hecho macabro de que en el recinto del Servicio Médico Forense de la capital estatal se ha rebasado la capacidad, y los cadáveres que reciben últimamente son “resguardados” hasta en pasillos y patios de estacionamiento.
Así, el conjunto de evidencias contradice la versión de que hay resultados extraordinarios, y de que lo negativo se ubica en el campo de la comunicación y las percepciones. Estos problemas los tienen todos los niveles de gobierno, pero no hay manera de sustentar la fantasía de que todo va de lo mejor en el mejor de los mundos posibles.
Los funcionarios no son proclives a ver y menos aceptar la realidad, prefieren maquillarla, encapsularla y convertirla en spots publicitarios de 30 y 60 segundos en los que se les alabe y reconozcan resultados que nadie percibe. Su mundo es otro, alejado de lo que vive cotidianamente el pueblo, sumido no sólo en la pobreza y la carencia de servicios públicos eficientes, sino también atemorizado por el clima de violencia, agresión y muerte que ha invadido a muchas poblaciones de la república, en especial en el estado de Guerrero.
Reaccionar a la defensiva resulta lógico, natural. Es lo de hoy.