EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Perdidos en el espacio

Arturo Martínez Núñez

Mayo 29, 2018

Andrés Manuel López Obrador avanza andando de caballito, imperturbable e imparable, rumbo a un triunfo contundente y con el suyo, el de todo Morena, en la elección del próximo primero de julio.
A treinta días de que terminen las campañas políticas, sus adversarios no atinan a definir la estrategia para intentar darle alcance. Cada semana intentan algo diferente únicamente para topar con pared e incrementar su distancia con el puntero. Los adversarios de AMLO parecen perdidos en el espacio.
Ricardo Anaya ha dejado a un lado la intensidad que lo caracterizó en la primera parte de la campaña. Las conferencias mañaneras en donde habría de fijar agenda fueron suspendidas subrepticiamente. Pareciera que el golpe de AMLO durante el debate, fue suficiente para aplacarlo y sacarlo de combate. El joven soberbio y burlón, el mago de la retórica vacía y de la presentación de power point, desaparece por días enteros de la conversación nacional. Sus voceros no saben cómo defenderlo. La frágil alianza que lo sustenta comienza a hacer agua porque los diferentes intereses ahí representados han comenzado ya la operación sálvese quien pueda. ¿Qué pensará Anaya al saber que varios de sus candidatos en Guerrero llaman por lo bajo a votar por López Obrador pero piden voto cruzado hacia ellos?
En el campamento tricolor, la llegada de René Juárez Cisneros parece inyectar algo de orgullo a una militancia que al principio de la campaña fue sobajada y menospreciada por José Antonio Meade y sus asesores en una estrategia que buscaba ocultar con vergüenza a la mayor virtud del tricolor que son sus militantes de base, fieles a pesar de los pesares. El golpe de timón significó el fin del Meade ciudadano y su transmutación por el Meade priísta. El propio logotipo del PRI que no aparecía o aparecía seriamente disminuido, ha comenzado a resurgir. Las camisas y chalecos rojos han salido del clóset. Meade ha desistido de la estrategia inicial de confrontar a Anaya y ha pasado al ataque frontal contra AMLO.
El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia parece revestido de una capa de teflón que hace que todos los ataques en su contra se resbalen sin adherirse. De AMLO han dicho todo y sin medida. La llamada guerra sucia más que una anomalía se ha convertido en la cotidianidad en su contra.
Entramos en la recta final de esta larga campaña. La meta se vislumbra ya en el horizonte. Tan solo 30 días más de campaña y 34 para la elección. Aquellos que se pasaron desde noviembre anunciando que faltaba mucho para la jornada electoral, se van quedando sin argumentos. Las semanas se suceden y lo único que sigue ocurriendo es el crecimiento de AMLO. Los debates llegaron y no alteraron nada. En los campamentos contrarios revisan, ajustan y cambian de estrategia e incluso de consultores y asesores.
La desesperación de los candidatos rezagados comienza a ser evidente incluso en sus gestos y actitudes. La sonrisa se les ha borrado. El tono altanero suena ridículo cuando la distancia de tu oponente es de más de dos dígitos.
No hay estrategia que resulte ni consultor que arregle una campaña cuyo problema principal son las décadas de abandono y de rezago. No hay estrategia eficaz cuando la gasolina roza los veinte pesos por litro. No hay spot que resuelva años de asesinatos por rivalidad delincuencial.
Andrés Manuel López Obrador actúa ya como presidente electo y comienza a llamar a la necesaria reconciliación nacional.
Los barones y gobernadores de las entidades federativas comenzarán a hacer cada uno su estrategia particular buscando rescatar sus propias legislaturas antes que seguirse hundiendo en un barco sin rumbo.
Decía Séneca que “ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina”. Así, sin rumbo ni puerto, perdidos en el espacio, deambulan los adversarios de López Obrador.

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