EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¡Pero que no haga campaña!

Jorge Camacho Peñaloza

Enero 10, 2020

 

El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido. Groucho Marx.

Las conferencias mañaneras de Andrés Manuel López Obrador han marcado todo un hito en la historia de la política mexicana, y tal vez del planeta, ya que no se cuenta información de que algún otro mandatario haya ofrecido conferencias matutinas diarias, lo que ha sido ya definido como todo un fenómeno mediático, principalmente porque a través de esta actividad, desde que era jefe de gobierno del Distrito Federal 2000-2006, ha marcado la agenda mediática nacional con los más diversos temas de acuerdo con sus intereses, necesidades y estrategias. Sus detractores lo llegan a calificar solo como un show mediático en el que nada más exhibe su incapacidad para “hablar de corridito” y para mentirle a la sociedad.
Por su parte, sus seguidores lo ven como una práctica de pedagogía política para “enseñarle” al pueblo el significado político e histórico de sus acciones, pretensiones, ideales, convicciones y políticas públicas; sus más radicales seguidores, la ultraizquierda que lo apoya, lo interpretaría como un mecanismo para la construcción de la nueva superestructura social que genere una nueva conciencia nacional acorde con las transformaciones revolucionarias del camarada Andrés.
Él mismo ha definido esta práctica como un ejercicio democrático de transparencia y rendición de cuentas, pero sobretodo un ejercicio, en toda la extensión de la palabra, “mediático”, deliberativo, entre él y la prensa, en el que han surgido momentos tensos y críticos, pero también afables y de cercanía, pero más que nada López Obrador considera que sus mañaneras tienen como objetivo principal ubicar a los mexicanos en el curso de la historia para hacer irreversibles sus transformaciones.
Pero como quieran interpretarlo sus querientes y malquerientes, y él mismo, a mí no me engaña, la mañanera busca otra cosa, aquí hay gato encerrado, que no nos quiera dar gato por liebre, para mí que este hombre sigue en campaña, es una clara estrategia de marketing electoral, quiere seguir en el poder, qué casualidad que le sale lo democrático para auto aplicarse un referéndum de revocación del mandato en el 2021, ya quisiera cualquier candidato tener a sus pies, como él los tiene, cada mañana a los comunicadores de todos los medios en sus acciones proselitistas.
En la mañanera de ayer juró y perjuró que “cuando ya no nos quieran, nos vamos, no es solo el referéndum, es hasta el 2024” y saliéndole del alma, o chispoteándosele, cerró diciendo “y no hay reelección… y la gente va a elegir libremente” seguramente pensando más en el 2024 que en el 2021, porque siguió fundamentando veladamente su deseo de reelegirse al comentar que al momento de elegir a un candidato, “también se elige un programa para que se lleve a cabo un cambio… Es un gran servicio decir ahí nos vemos” si no se cuenta con la aceptación de la gente. Insisto, aquí hay gato encerrado.
Las mañaneras son una campaña electoral, el Instituto Nacional Electoral debe sancionar al presidente, está haciendo uso de recursos públicos para proyectar su imagen, eso está sancionado por la ley y peor aún porque lo hace hablando de un ejercicio electoral, es decir el referéndum para la revocación del mandato, faltándole sólo decir que se vote por el sí, que se quede.
Está bien que haga campaña pero que deje de hacer sus mañaneras, todo mundo sabe, no se necesita tener grandes conocimientos de política para saber que sin mañanera bajaría su preferencia electoral. Si deveras es muy democrático, López Obrador debería estar de acuerdo en que haya piso parejo y deje de estar saliendo todos los días usando al Palacio Nacional para proyectar su imagen, discurso, programas, acciones y su 4T.
Atrás de la mañanera se esconde una perfecta y perversa estrategia de permanencia en el poder, de ir quedito, quedito, acostumbrándonos a que “el pueblo manda”, a que “si la gente me lo pide, me quedo”, así las cosas ¿qué podría seguir después del sí, en el referéndum.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A quien quiera entender, que Camacho tiene razón, si a mí me gustara la política y fuera de oposición, yo le agarraría la palabra al cabecita de algodón, e iría a la mañanera a decirle al Presidente que a lo mero macho: deje usted de estar utilizando para el referéndum de revocación, a los medios de comunicación.