EL-SUR

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Guerrero, México

Opinión

Perú ante el indulto a Alberto Fujimori

Gaspard Estrada

Diciembre 27, 2017

Hace unos días, en la víspera de Navidad, el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, decidió otorgar un indulto presidencial al ex presidente Alberto Fujimori, condenado en 1999 a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad durante su mandato. Esta decisión, llevada a cabo tres días después de una votación clave en el Congreso, ha creado una grave crisis política, de la cual es difícil prever un desenlace a corto plazo. En efecto, desde los años 1990, la política peruana ha girado en torno a la figura de Fujimori. Si bien su partido, Fuerza Popular, no ha ganado las elecciones presidenciales desde 2001 (es decir, desde su salida del palacio de Miraflores, la sede de la presidencia), los presidentes sucesivos han tenido mucha dificultad para gobernar en contra o al menos teniendo una posición alejada del Fujimorismo. Este, por su lado, ha logrado mantenerse como la principal fuerza política organizada del Perú. Durante las últimas elecciones legislativas y presidenciales, en 2016, Fuerza Popular obtuvo la mayoría de los escaños (73 sobre 130 curules en juego), lo cual le permite ser un factor de poder muy importante. El propio Pedro Pablo Kuczynski debe su elección, por 40 mil votos solamente en segunda vuelta, a la extraordinaria movilización de las fuerzas progresistas antifujimoristas. Ante el peligro de ver nuevamente al clan Fujimorista en la presidencia de la República, estas fuerzas progresistas, afincadas principalmente en Lima, dieron su voto en los últimos días de la campaña electoral a favor del ex banquero de inversión de Wall Street.
Desde el inicio de su gobierno, Kuczynski hizo una apuesta arriesgada: intentar hacer las paces con el clan Fujimorista, dándoles cargos, para evitar que los congresistas de ese partido voten en contra de las iniciativas de su gobierno. Sin embargo, esa estrategia no dio ningún resultado positivo para el gobierno: rápidamente, el grupo fujimorista se dio cuenta de la fragilidad política del presidente, y empezó a chantajearlo en el Congreso. A finales de 2016, el ministro de Educación, Jaime Saavedra, fue obligado a renunciar a su cargo a raíz de la explotación política realizada por la bancada fujimorista de supuestos actos de corrupción del ministro, actos que nunca se comprobaron. En ese momento, el ministro Saavedra intentaba hacer votar en el Congreso una reforma educativa, que entre otras cosas, afectaba intereses de empresarios del ramo (que, en buena medida, apoyaron la candidatura de Keiko Fujimori a la presidencia), al prohibir que las universidades privadas sin homologación estatal (las llamadas “universidades patito”) pudieran funcionar. Tras un pedido de censura realizado por los congresistas del partido Fuerza Popular, el ministro tuvo que presentar su renuncia a pedido del presidente Kuczynski, quien vio su capacidad de operación política disminuir considerablemente a partir de ahí. Desde entonces, cuatro ministros tuvieron que renunciar a raíz de demandas de congresistas Fujimoristas, poniendo al presidente en una posición de debilidad cada vez mayor. Paralelamente a esto, la justicia peruana continuó sus indagatorias al respecto del escándalo Odebrecht, que también tuvo impacto en la vida política peruana. Si bien en un primer momento, las pesquisas se dirigieron hacia el ex presidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia (se encuentran en la cárcel al día de hoy), la mira de la justicia comenzó a interesarse al financiamiento de las campañas de Keiko Fujimori y de Pedro Pablo Kuczynski. Poco a poco, los empresarios de la constructora brasileña empezaron a aportar pruebas del financiamiento ilícito de esta empresa a las campañas de estos políticos, generando miedo tanto en el gobierno como en la oposición. Para muchos analistas, el pedido de destitución de Kuczynski, realizado por la bancada Fujimorista en el Congreso hace algunas semanas, tiene un vínculo directo con el avance de las investigaciones judiciales en contra de Keiko Fujimori. Al caer Kuczynski, los Fujimoristas esperaban poder nombrar a un presidente interino que impidiera el avance de las investigaciones. Si bien no consiguieron su caída, los Fujimoristas lograron excarcelar al ex presidente Fujimori. Es difícil saber cómo reaccionará la base social antifujimorista que le dio la presidencia a Kuczynski, pero es de esperar que la inconformidad aumente en los próximos días.

*Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada