El gobierno del presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, vive en la incertidumbre política a raíz de la excarcelación del ex presidente y dictador Alberto Fujimori, el pasado 24 de diciembre.
Después de la sorpresa, la rabia ha tomado posesión de la sociedad peruana, al tiempo que Pedro Pablo Kuczynski ha sido incapaz de construir una nueva mayoría política en el Congreso, en condiciones de darle un nuevo comienzo a su gobierno. ¿Cómo en tan poco tiempo el presidente de Perú ha perdido la capacidad de gobernar su país?
En primer lugar, hay que recordar las condiciones políticas de llegada al poder de Pedro Pablo Kuczynski. Después de una campaña electoral marcada por la judicialización de las candidaturas (no menos de tres candidatos, con más del 10 por ciento de los votos, fueron invalidados por la autoridad electoral, la Oficina Nacional de Procesos Electorales –ONPE– por cuestiones administrativas sin importancia) ; la hija de Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, obtuvo el mayor número de votos en la primera vuelta electoral.
Frente a este escenario preocupante, las fuerzas de izquierda, que apoyaron la candidatura de Veronika Mendoza, que llegó en tercer lugar de las encuestas, decidieron apoyar a regañadientes a Pedro Pablo Kuczynski, un antiguo banquero de inversión octogenario, para evitar el regreso de la familia fujimorista al Palacio de Miraflores, sede del poder presidencial.
En la segunda vuelta electoral, después de semanas en las cuales los encuestadores daban como un hecho la victoria de Fuerza Popular, el partido de los Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski obtuvo el primer lugar, con poco más de 40 mil votos de diferencia. Es decir, una diferencia ínfima. Sin embargo, durante las elecciones legislativas que se celebraron durante la primera vuelta, Fuerza Popular obtuvo 73 de los 130 escaños del Congreso peruano.
De tal manera que el Fujimorismo, si bien no obtuvo la presidencia de la República, obtuvo una capacidad de influencia dañina al buen desarrollo del gobierno.
¿Cuál fue la reacción del presidente Pedro Pablo Kuczynski ante tal hecho político? En lugar de intentar dividir al fujimorismo desde el comienzo de su gobierno, imponiendo sus reglas del juego, esperó que los hijos de Fujimori colaborasen gentilmente con su administración, dándoles para ellos algunos espacios en el aparato gubernamental. Como era de esperarse, Keiko y Kenji Fujimori, los hijos del expresidente, no se quedaron con los brazos cruzados. Poco a poco, empezaron a pedir la cabeza de un ministro (el de educación), de otro, hasta pedir la cabeza de cinco, y en última instancia, la del propio Pedro Pablo Kuczynski. Para evitar el desenlace, este último hizo un llamado a las fuerzas antifujimoristas que lo apoyaron durante la campaña presidencial, para salvar su mandato.
Gracias a ellos, Pedro Pablo Kuczynski se mantuvo en la presidencia, en nombre del estado de derecho. Y para festejarlo, lo apuñaló. No podía hacer otra cosa, al haber recibido 10 votos de la propia bancada fujimorista, gracias al apoyo de Kenji Fujimori. Desde entonces, no menos de tres ministros han renunciado al gobierno, y las calles de Lima y de las principales ciudades peruanas han sido el escenario de numerosas manifestaciones. La próxima se llevará a cabo el día de mañana.
Los manifestantes tienen tela de donde cortar. A raíz de su indulto “humanitario”, según el presidente peruano, Alberto Fujimori no ha dudado en lanzar mensajes políticos vía Twitter, lo cual ha puesto en evidencia, de nueva cuenta, que su excarcelación no se debe a un tema humanitario, sino político. Frente a esta situación, Pedro Pablo Kuczynski ha llamado a los peruanos a la “reconciliación”, al tiempo que ha hecho el anuncio de un nuevo gobierno en los próximos días.
Sin embargo, los días pasan y el ejecutivo no ha podido hacer los nombramientos correspondientes, lo que pone en evidencia la dificultad para Kuczynski de sobrellevar la crisis de credibilidad que vive su gobierno hoy. Si este nuevo gobierno se traduce por la llegada al poder del fujimorismo, como todo apunta al día de hoy, se habrá consumado la traición del presidente peruano a sus electores.

*Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada