EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Planificación imposible

Héctor Manuel Popoca Boone

Diciembre 05, 2015

El ejercicio de la planificación como práctica de gobierno es obligatoria en Guerrero, de acuerdo a la ley estatal en la materia. Pero al igual que otras leyes, está sólo para ser observada, más no para cumplirla cabalmente.
Casi nunca lo estipulado en un plan estatal de desarrollo se realiza en su totalidad. Tampoco el plan se convierte en guía y cause del esfuerzo gubernamental para la promoción del desarrollo y la aplicación del gasto público. Mucho menos en la implementación de políticas públicas acordadas con la ciudadanía.
Es un hecho de suyo antiguo que el ejercicio de gobierno está sujeto a determinaciones discrecionales y personales del gobernante en turno. Pasan a segundo término las prioridades consensadas con el pueblo. Frente a vastas carencias y demandas sociales hay una dotación muy limitada de recursos presupuestales para atenderlas.
De tal manera que el proceso de la consulta popular y la formulación del mismo plan devienen en ser distractores políticos o faramallas sociales, para salir del paso y cubrir el expediente legal. Lo malo es que se generan falsas y frustrantes expectativas en el pueblo. Sabido es por todos, que no habrá respuesta institucional a mucho de lo que ahí se recoja. La credibilidad gubernamental volverá a estar por los suelos. Sin embargo, lo bueno es que en tiempos de crisis de violencia, alentar la manifestación pública de anhelos de bienestar social es contribuir a edificar la paz.
Para 2016, como lo informó el secretario de finanzas estatal, el presupuesto de ingresos para Guerrero se estima en 48 mil 409 millones de pesos, de los cuales el gobierno federal aportará ¡el 96.4 por ciento!
El grado de dependencia económica que tenemos de los recursos económicos provenientes de las participaciones fiscales y aportaciones federales es brutal. Eso reduce en mucho el grado de maniobra del gobierno del Estado, para implementar con mayor eficacia y cobertura las principales políticas públicas que sean señaladas en el Plan.
Tal subordinación económica contradice el federalismo constitucional y descubre un centralismo apabullante. Para colmo, la inmensa mayoría de los  recursos transferidos para el gasto público estatal llegan de antemano etiquetados para programas y proyectos previamente definidos por el gobierno federal. Además, estos recursos están sujetos a reglas y normas de operación estrictas, definidas por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria para posteriormente ser autorizadas por la cámara de diputados federal para su acatamiento.
De no hacer lo que indique la federación respecto al presupuesto público transferido, la Auditoría General de la Federación, por convenio firmado, puede levantarles a los funcionarios estatales y municipales, actas de observaciones, pliegos de responsabilidades, sanciones administrativas o demandas penales, según sea la gravedad de las irregularidades federales detectadas.
De tal suerte que una verdadera planificación es un imposible, porque las autoridades estatales y municipales tienen maniatadas las manos por cuanto a la aplicación de los recursos federales transferidos se refiere. El lema de un gobierno neoliberal, es que no hay mejor plan que aquel que no existe. Ahí está la causa de la inoperancia de la planificación, no tan solo en el nivel estatal o municipal, sino también en el nacional.
Con plan o sin plan, el hecho contundente es que cada seis años la pobreza se incrementa, el desempleo se expande, la seguridad se extingue y la paz social está vuelta trizas. Lo único que ha crecido y prosperado en estas tierras del sur ha sido la maldita corrupción e impunidad. ¿O no?
PD1. El gran error político del ex gobernante Rogelio Ortega fue haberse metido de lleno, subrepticiamente, a la campaña electoral para apoyar a la candidata que fue de su preferencia, cuando no era esa la verdadera e histórica misión que debió cumplir con el pueblo de Guerrero. ¡Qué lástima!
PD2. Uno que pretende y suspira, por ocupar la titularidad de la Fiscalía General del Estado, resultó ser todo un caso para la reflexión, ya que se ha destacado como abogado defensor de poderosos malandrines y no del pueblo. ¡Sálvese quien pueda!