EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Pobreza y salud en Guerrero

Ángel Aguirre Rivero

Noviembre 29, 2019

La Política es Así

 

Hace unos días se publicó en un diario el caso de una mujer embarazada que tuvo su bebé en la calle, tras encontrar cerrado el centro de salud de su comunidad, en Zacualpan, municipio de Ometepec.
Historias como ésta son frecuentes no sólo en Guerrero, lamentablemente; y son reflejo de un drama que viven muchas familias de escasos recursos en el país.
La salud es un derecho fundamental que establece la Constitución en su Artículo Cuarto, y es obligación del Estado garantizar el acceso oportuno a este servicio.
Las cifras que maneja Coneval sobre acceso a la salud muestran que hay avances; tal vez no se visualicen con facilidad, pero detrás de cada punto porcentual de mejora en un indicador, hay muchas familias que son atendidas, y conlleva un gran esfuerzo de muchas personas.
Transcurrido ya casi un año de la llegada del nuevo gobierno federal, no conocemos una acción que dé certeza del traslado de la Secretaría de Salud federal a Guerrero. Teniéndolos aquí, sería de esperarse una gestión más expedita a la problemática que enfrenta el sector salud en Guerrero.
Por otro lado, por la aplicación de las políticas de austeridad y sustitución de programas, se abrió una ventana de inoperancia que ocasionó diversos problemas al sector salud en Guerrero.
El desabasto de insecticidas, por ejemplo dejó en estado de indefensión a miles de guerrerenses y ocasionó un incremento en el número de casos de dengue; al 7 de octubre sumaban siete guerrerenses muertos por dengue.
Ante la deficiente dotación de vacunas, el sistema estatal de salud de Guerrero enfrentó una desatención temporal contra algunas enfermedades, entre ellas el sarampión. También se agudizó el desabasto de medicamentos, a lo que hay que sumar el despido de médicos de Progresa.
Las deficiencias del sector salud no son privativas de las instituciones federales. El sistema estatal tiene una problemática más compleja que puede sintetizarse con la palabra carencias.
Los sindicatos tienen mucho que aportar para mejorar la calidad de la atención a los guerrerenses. Pero antes deben decidir si se ponen la bata blanca o la bata negra.
Tengo entendido que en su reciente visita a Tlapa y Chilapa, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo compromisos con el gobernador Héctor Astudillo para invertir en el sector salud en esta región de Guerrero. AMLO hizo lo propio durante su pasada visita al municipio de La Unión.
Es de reconocer el esfuerzo del gobernador por la conclusión del hospital regional de Chilapa que atenderá a los habitantes de La Montaña Baja, obra que dejamos con avances muy importantes durante mi gestión.
Ahora el reto es que la Federación apoye con el personal que se requerirá (sobre todo médicos), ya que hay un exceso de personal administrativo, que por presiones de la lideresa sindical Beatriz Vélez, desvirtúa el noble propósito de brindar salud.
De igual forma, el gobernador Astudillo lleva un gran avance en la clínica de hemodiálisis en Ometepec. Es un gran reto mantener una clínica de este tipo, por los costos que implica.
Nosotros dejamos concluida la primera clínica de hemodiálisis en Acapulco y mi sucesor Rogelio Ortega, nunca la quiso poner en funcionamiento.
Es loable la construcción de esta modalidad de clínica en Ometepec, ya que al igual que en otras regiones, son cientos los pacientes de diabetes que necesitan acudir a Acapulco por lo menos tres veces a la semana para recibir tratamiento, lo que ocasiona gastos de traslado, alimentación y en ocasiones de hospedaje. Lo ideal es establecer una clínica de hemodiálisis por cada región, lo que ya no nos dio tiempo de realizar.
Ojalá que el gobierno del presidente López Obrador voltee su mirada a Guerrero para atender el problema de salud en que se ha convertido la diabetes, acompañando aspectos preventivos como educación, así como evitar la obesidad.
No dudo que la voluntad presidencial se traducirá en una mejoría en la calidad de vida de los guerrerenses. Es tiempo que los derechos se conviertan en garantías.

Del anecdotario

Hace unos días acudí a mi tierra, Ometepec, por invitación del consorcio Cinépolis, a cortar el listón inaugural de cinco salas de cine, lo mismo que una pequeña plaza comercial.
Me llenó de alegría ver el rostro especialmente de niños y jóvenes que irradiaban felicidad ante tal anuncio.
Por lo mismo, tomé la decisión de obsequiar 500 boletos, a lo que de inmediato se sumó Alejandro Bravo, quien llevaba la representación del gobernador Héctor Astudillo, quien fue pieza fundamental para detonar este proyecto.
Agradezco también la solidaridad del senador Manuel Añorve, quien se sumó con otros 500 boletos para los niños más pobres de nuestro municipio.
Ricardo Barrientos, presidente del partido con el que simpatizo (el PRD), no quiso quedarse atrás y se sumó con otros 500 boletos más. Valoro mucho el gesto de mi querido Richard.
Don Luis Meza, empresario exitoso en la Ciudad de México (quien ama entrañablemente a su Costa Chica) se acercó para decirme:
–Señor licenciado, anuncie que yo aportaré mil bolsas de palomitas –aunque nunca imaginó que su precio era mucho más elevado que el de los boletos y no le quedó más que ‘aguantar vara’, como se dice en el argot popular.
Me siento muy feliz con este nuevo logro para mi querido Ometepec y Costa Chica, y una vez más queda demostrado que con cargo o sin él, se puede servir a la gente cuando hay amor por el solar suriano.
Por cierto: ¿a quién se referiría el presidente López Obrador cuando criticó severamente a los políticos “soberbios, fantoches y oportunistas” que sólo se aparecen cuando hay elecciones?
Es pregunta.
La vida es así.