EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Politiquería y pandemia

Arturo Martínez Núñez

Julio 07, 2020

La política, pero sobretodo su prima hermana, la politiquería, no se detienen en Guerrero. A pesar de que estamos viviendo una de las crisis más profundas en nuestra historia, la clase política no actúa a la altura de las circunstancias. El ver que el año próximo habrá elecciones, nos mantiene obnubilados, viéndonos el ombligo y haciendo estrategias de escritorio, para ver como enfrentamos las elecciones y no como enfrentamos juntos la pandemia.
El problema económico –ese pozo al que ni siquiera le alcanzamos a ver el fondo, porque no ha dejado de crecer–, vendrá después de que el dolor por la pérdida de seres queridos acabe inexorablemente por tocarnos de cerca a través de algún familiar, amigo o compañero de trabajo. Todas las familias de Guerrero, de México y del mundo, estarán de luto por la pérdida de algún ser querido, y en esas circunstancias estar pensando en alianzas, candidaturas y encuestas es hasta ofensivo e inhumano.
Los políticos no entendemos que no entendemos. Los políticos seguimos sin entender que nuestras preocupaciones no son las de la gente. Los políticos creemos que haciendo bonitos spots o poniendo anuncios en espectaculares y en camiones urbanos, estamos haciendo un gran trabajo, creemos que por repartir despensas y montar comedores que luego no podemos sostener, estamos haciendo una gran contribución. Seguimos sin ver el tremendo tsunami que se nos viene encima y actuamos viendo la inmediatez. ¿Con qué cara, y en qué tono, habremos de hacer campaña el año próximo, cuando el dolor, la falta de empleo, la crisis económica y la falta de esperanza sean lo que impere en las almas de los guerrerenses? ¿Con qué cara les vamos a decir que vamos a regenerar los empleos perdidos o los negocios quebrados y sobre todo, las vidas de las personas que nunca regresarán?
En eso es lo que debemos estar pensando, en cómo y sobre todo, con qué recursos vamos a hacer frente al año que viene, de una crisis económica que será probablemente más grave que la crisis sanitaria que ya es gravísima.
No es con caras bonitas ni con eslóganes, como vamos a sacar a Guerrero y a México de esta crisis que nadie vio venir. No es descalificándonos unos a los otros como vamos a conseguir la unidad necesaria para enfrentar estos desafíos. No es con politiquería, con operación política a la antigua, como vamos a dar solución a problemas que nunca habíamos enfrentado.
El pasado viernes en un ejercicio inédito, el gobernador del estado participó en una reunión con el Congreso del estado, para dar a conocer las acciones de su gobierno en materias de salud y de finanzas para enfrentar la pandemia.
En un formato acartonado, adocenado y amañado, en donde se coartó la libertad de los legisladores de participar en una reunión plenaria, amparados en un acuerdo parlamentario –que si bien es cierto se votó en esos términos, esto fue antes de saber que el gobernador acudiría a esta importantísima reunión de trabajo. Y aclaro, no es culpa del ejecutivo, finalmente Astudillo tuvo el valor y la visión republicana de acudir a esta reunión a la que pudo simplemente haber enviado a sus colaboradores como lo dictaba en un principio el acuerdo parlamentario. Pero al acudir el titular del Ejecutivo, me parece que debió modificarse el formato, para permitir que participáramos más diputados en un formato más abierto, en donde realmente pudiéramos generar un dialogo y hacer propuestas ante el terrible panorama que narrado por el ejecutivo.
Al final el ejercicio fue bueno porque fue público, y porque de cara los guerrerenses que quisieron ver la transmisión, el ejecutivo le informó al legislativo, aunque sea de manera somera, la situación financiera y sanitaria que atraviesa el estado a causa del Covid-19.
Mi opinión es que este tipo de ejercicios deberían de hacerse con mayor regularidad, en formatos más abiertos, que permitan una mayor interacción, que permitan un verdadero diálogo entre poderes, que permitan que se cuestione y que se defienda lo realizado. Esto no con el ánimo de cruzar acusaciones, sino con el animo de aclarar dudas que se pudieran tener y cerrar filas en un frente común que es la única manera en la que vamos a vencer al enemigo invisible.
El Ejecutivo del Estado es un hombre inteligente, hábil y que ha tenido la estatura para leer el momento político, en todo momento se ha coordinado con el ejecutivo federal a diferencia de otros gobernadores separatistas, que están pensando más en la política que en la pandemia. Por eso el gobernador no necesita, ni merece, un formato de comparecencia en donde pareciera que se le está protegiendo. Incluso él mismo comento al final de la intervención que ese ejercicio le parecía muy interesante y que podría o debería utilizarse en los informes de gobierno.
No hay que tenerle miedo al diálogo en democracia, si algún legislador o legisladora le faltaran al respeto al ejecutivo o alguno de sus colaboradores, siempre existen las herramientas en la ley orgánica del poder legislativo para reconvenir a estos personajes. Los protagonismos, los excesos verbales, la verborrea, siempre van a existir; siempre habrá alguien que quiera dar la nota alzando la voz y siempre habrá alguien que intente descarrilar el tren de los acuerdos. Pero está comprobado que se gana mucho más de lo que se expone si se abren plenamente los canales del diálogo, y el diálogo, para que sea efectivo, tiene que ser en dos sentidos, tiene que ser bidireccional, de ida y vuelta, de lo contrario estamos hablando de monólogos y no de diálogos.
Guerrero necesita hoy más que nunca que sus políticos estén a la altura. Estar a la altura nos significa ni claudicar a los principios ni cambiar de ideología, ni que exista una especie de pax porfiriana en donde se deje de criticar o cuestionar. Estar unidos no significa dejar de tener diferencias. La Paz no es la ausencia de conflictos, sino la manera en que los procesamos.
La reconciliación no significa que haya una sola voz, significa que todas las voces, sobre todo las disidentes tengan un espacio y puedan ser expresadas con absoluta libertad. Sigamos impulsando ejercicios democráticos y llevémoslos a las calles, de lo contrario la ciudadanía nos va a dar la espalda a todos los políticos, que seguimos hablando entre nosotros y muchas veces como la madrastra de Blanca Nieves hablándole al espejo y preguntándole “espejito, espejito, quien es el mejor político del mundo, a lo que el espejo contestará indubitablemente: usted, su majestad”.

@ArturoMN