EL-SUR

Sábado 20 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Ponen pinto a Dorado

Humberto Musacchio

Diciembre 20, 2021

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Es falso que Frida Kahlo Corporation y Carlos Dorado tengan la titularidad de los derechos sobre imagen, marca y nombre de la artista, declaró la familia Kahlo mediante un comunicado de prensa, en el cual se aclara que la resolución judicial sobre el asunto, “corresponde a un fallo estrictamente de naturaleza procesal y que no afecta, en absoluto, al conjunto de los litigios que mantiene la familia sobre la titularidad de las marcas”. Agrega el comunicado que el tal Dorado “esta? explotando de manera ili?cita y ventajosa la marca prevaliéndose de una ilegal apropiacio?n de la compan?i?a Frida Kahlo Corporation”, sobre la cual pesan demandas interpuestas en varios tribunales “en los que se dirime la disolucio?n de la sociedad Frida Kahlo Corporation, debido al actuar fraudulento del Sr. Carlos Dorado, que ha incumplido sistema?ticamente tanto los acuerdos comprometidos con la familia Kahlo, como las obligaciones ma?s ba?sicas que regulan el funcionamiento de toda corporacio?n”. Mara Romeo y Mara de Anda Romeo, quienes se asumen como herederas de Frida, exigen que se disuelva judicialmente la empresa y afirman que “la familia de Frida Kahlo seguirá defendiendo el legado de la artista”, aunque al parecer dicho legado pertenece al fideicomiso constituido por Diego Rivera, viudo de la pintora y heredero de todos sus bienes, algo que tendría que aclarar el Banco de México, que funge como fiduciario y hasta ahora ha guardado silencio.

Políticos usan a Chente

Exitoso cantante de ranchero que participó en decenas de películas de charros, Vicente Fernández se ha convertido en botín de políticos, quienes ante la muerte del hombre de Huentitán no tardaron en hacer público su pésame. El presidente municipal de Guadalajara, Pablo Lemus Navarro, presentó una iniciativa para cambiar el nombre a la calle Joaquín Romero, también conocida como Paseo del Zoológico (burla que suponemos involuntaria), por Vicente Fernández, “uno de los personajes más prolíficos que ha dado nuestra ciudad”, dijo el alcalde. Peor estuvo doña Alejandra Frausto, que ofreció a la familia Fernández el Palacio de Bellas Artes “porque muy cerca de ahí está Garibaldi” (!!!), quizá porque luego podrían ir al Tenampa a despacharse un ponche de granada u otro tanguarniz. Como se sabe, desde que Carlos Monsiváis consiguió para Juan Gabriel el teatro Blanquito (así lo bautizó Sergio Magaña), cualquiera se siente con el mismo derecho. Lo novedoso es que ahora la más alta autoridad cultural de México (je, je) sea quien promueve tales desfiguros. Chente, más modesto, todo lo que pidió fue que lo despidieran en su rancho Los Tres Potrillos.

Vuelve la Madre Academia

Con bombo y platillo anunció sus novedades la Real Academia Española de la Lengua, el Buche y el Nenepil, que incorpora con evidente retraso platos típicos de la cocina española, la palabra “quinoa” del quechua, el americanismo ¡audífono! o “quedada”, que casi podemos jurar que no vale como solterona, uso que tiene en México desde hace muchos decenios. En cambio, muy modernos, los académicos incluyen gentrificación, terminajo que emplean unos cuantos pedantes, o “enoturismo” para el que viaja en busca de Baco y sus placeres. También da cabida a buen número de términos surgidos en medio de la actual pandemia, como “cubrebocas”, bien conocido desde tiempo inmemorial, “vacunología” (vocablo que quizá pueda definir López-Gatell), “emergenciólogo” y “urgenciólogo”, que nadie usa por acá, pero eso no importa, la Madre Academia nos hace el favor de incluir uno que otro vocablo de América (no gringo, sino del continente Americano), pues de este lado del Atlántico no hay Academia capaz de elaborar un lexicón propio, a menos que eso sea el bodrio dizque de mejicanizmoz que firmó sin rubor Conchita Company. Celebremos, para terminar, la inclusión de valer madre y valemadrismo, mexicanismos inspirados por la pachorra de la Real Academia que rige la lengua de nuestros muy republicanos países.

Los excrementos en 1790

“Las calles de la Ciudad de México, antes de 1790, eran –dejó dicho Francisco Sedano en sus Noticias de México– unos muladares todas ellas, aun las más principales. En cada esquina había un grande montón de basura. Con toda libertad, a cualquier hora del día se arrojaban a la calle y los caños los vasos de inmundicia, la basura, estiércol, caballos y perros muertos. No era respetada aun la Santa Iglesia Catedral ensuciándose en sus paredes, la cerca de su cementerio por dentro y por fuera (y) estaba cercada de inmundicia en mucha cantidad, despidiendo intolerable mal olor. Cada semana se arrollaba (la suciedad) con palas haciendo montones y se quitaban con carros. Cualquiera, a cualquier hora, sin respeto de la publicidad de la gente, se ensuciaba en la calle o donde quería… hasta que el excelentísimo señor conde de Revillagigedo, estimulado por su mucha limpieza e infatigable celo, estableció la limpia de las calles, y los carros para recoger las basuras y los escrementos sin arrojarlos a las calles, por bando de 2 de septiembre de 1790, con lo que vino la ciudad a tener tan diferente aspecto que parece otra”.