EL-SUR

Martes 16 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Por la soberanía eléctrica de México

Héctor Manuel Popoca Boone

Octubre 23, 2021

¿Alguien ha visto a Vicente I. Suástegui Muñoz?

Un país que tiene bajo su rectoría el aprovechamiento y uso de los estratégicos recursos energéticos, localizados en su territorio nacional (petróleo, electricidad, hídricos, eólicos o de origen mineral), es una nación que puede ejercer plenamente su soberanía ante el resto del mundo.
Tendrá cimientos sólidos para el progreso y desarrollo económico de su pueblo y para labrar su futuro con autonomía, equidad social y libre de dominaciones o sometimientos, externos o internos, por parte de grupos minoritarios de poder político o económico.
La historia política y económica de las naciones, y de México en particular, lo demuestran fehacientemente. La única época de fuerte desarrollo económico sostenido, que México ha experimentado durante 30 años después de la segunda guerra mundial, solo es explicable a partir de la nacionalización del petróleo mexicano y de la construcción de Pemex. Lo mismo aconteció al pasar al dominio de la nación, por la vía de la compra accionaria, la operación de las empresas generadoras de electricidad, que hoy constituyen la Comisión Federal de Electricidad (CFE). No se diga del recurso hídrico, y de nuestro sistema de presas y represas nacionales, operadas a través de la Comisión Nacional del Agua.
A partir de eso, fue posible poner a disposición de nuestra incipiente clase empresarial mexicana, las tres fuentes de energía (petróleo, electricidad y agua) a precios subsidiados y con una sólida infraestructura, para generarlas y transportarlas a los principales centros fabriles, urbanos y a las más remotas comunidades rurales. Si hoy tenemos una clase empresarial de mediana potencia, se debe en mucho a las nacionalizaciones estratégicas de nuestros recursos energéticos. Y eso nadie lo puede poner en duda.
Pero de tres décadas a la fecha, gobiernos federales detentados por antipatriotas mexicanos, desde Salinas de Gortari a Peña Nieto, emanados del PRI y del PAN, empezaron a socavar y a desmantelar, a propósito y en forma soterrada, estas industrias estratégicas, en colusión con fuertes empresarios nacionales y extranjeros, para después declarar cínicamente que tanto Pemex, CFE, y Conagua, no fueron capaces de administrar bien dichas energías cayendo después en la quiebra económica y tecnológica.
No es raro, por tanto, que a las familias gobernantes mencionadas y de la élite empresarial, pronto las veríamos como relevantes accionistas de los nuevos consorcios privatizadores de nuestro patrimonio energético.
Hoy los oligarcas se oponen a que el país recupere la rectoría y control del uso y disposición de nuestros recursos estratégicos energéticos, así como de la rehabilitación y modernización de Pemex, CFE y Conagua. (Que no debe ser de forma estatista a ultranza porque considero que debe participar la empresa privada en forma complementaria y supletoria). Así como regular los precios de venta para que conlleven beneficios reales a todos los mexicanos y no a unos cuantos poderosos empresarios y políticos del PRI, PAN y PRD, cuya pagoda siempre será el dinero y el poder que de él se derivan.
Adenda. Había decidido ya no autodenominarme Goberna-dor Moral de Guerrero. Pero ciertas decisiones de la gobernadora del estado y de su Papá Incómodo, me convencen que no es prudente hacerlo todavía. Como es el hecho de ratificar como secretario de la Contraloría del Estado al que fungió en el mismo puesto en el gobierno corrupto de Héctor Astudillo y que ahora, la revista Proceso informa que es, mínimamente, un consumado evasor de impuestos inmobiliarios.
Repruebo también, el que los diputados locales, cuya mayoría son de Morena, hayan designado como presidente de la Comisión de Justicia del Congreso local, al primogénito del gobernante saliente, garantizándole a él y a todos los priistas, impunidad absoluta.
No admito que Félix Salgado Macedonio, El Papá Incómodo, se dé el lujo de mangonear pública y grotescamente, a la que hoy es formalmente la gobernadora de Guerrero; vulnerándola para que obre oficialmente con la dignidad que le impone llevar la investidura gubernamental.
PD. Espero que los universitarios que se incorporan a la administración pública estatal no lo hagan “dobleteando” su sueldo mensual. Esto es, seguir percibiendo el proveniente de la Uagro, más el que recibirán como altos funcionarios públicos. Así pasó, vergonzosamente, en el período del ex gobernador, Rogelio Ortega. Éticamente no es válido tener funcionarios de “izquierda” con altas remuneraciones, cuando más del 60 por ciento de los guerrerenses están en situación de pobreza.

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