Julio Moguel
Agosto 18, 2016
I
Cuba es la invitada especial de la Feria Internacional del Libro de Acapulco (FILA) porque ha sido el país que más ha aportado a la cultura latinoamericana en las últimas décadas, desde que a finales de los 50 los barbudos encabezados por Fidel Castro hicieron su revolución. Y no sólo con su producción literaria, artística, científica, sino con sus extraordinarios esfuerzos por generar un vínculo intercultural sólido y perdurable entre los países continentales de habla hispana. ¿Recordamos lo que fue Casa de las América en el contexto latinoamericano e internacional? ¿Se nos viene a la mente la cantidad de revistas, libros y materiales gráficos de la más diversa índole que colmaron entonces algunas de nuestras bibliotecas, alimentaron nuestras rebeldías y nos ayudaron a pensar? Por allí pasó la fama, entre otros, de Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Eliseo Diego o Retamar; la de Carpentier, Virgilio Piñera, Lezama o Nicolás Guillén. Por allí crecen ahora escritores, poetas o creadores y promotores culturales como Enrique Saínz, Leonardo Padura Fuentes, Waldo Leyva, Margarita Sánchez, Alexis Pausides, Cecilio Avilés o Rogelio Rivero.
Los últimos cinco cubanos mencionados en la lista anterior son los que forman la delegación que viene a la FILA. ¿Quiénes son ellos? Todos forman parte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), organización cúpula en la que se aglutina y organiza una buena parte –no todos, pues no se concibe a sí misma como una organización gremial o corporativa– de artistas y escritores de la isla.
¿Y cuáles son los méritos que identifica a cada uno de los componentes de la delegación cubana? Hay muchísimo que decir de cada uno de ellos. Pero aquí damos algunas señales importantes:
a) Rogelio Rivero. Desde 1998 es director de Cultura Comunitaria de la Uneac, y principalísimo promotor, en los últimos 15 años, de las relaciones culturales México-Cuba. Su trabajo en el impulso a nuevas formas de organización y desarrollo de la cultura popular en Cuba ha sido notable. Lo acompaña en la tarea el infatigable Jorge Coloma, experimentado en materia de desarrollos locales en el campo o en la ciudad.
b) Alexis Pausides. Es actualmente presidente de la Asociación de Escritores y del Festival Internacional de Poesía de La Habana. Su obra –y los reconocimientos a su obra– es prolífica y vigente.
c) Waldo Leyva. Reconocido poeta de la Cuba contemporánea, ha tenido una estrecha relación con México desde hace ya tiempo. De igual manera que Pausides, su obra es prolífica y con significativos reconocimientos locales e internacionales.
ch) Cecilio Avilés. Polifacético en su obra artística, se le conoce, entre otros muchos niveles, por haber sido el creador de las emblemáticas caricaturas de Cecilín, Coti y Marabú. Tiene una enorme producción plástica y gráfica, y se distingue a la vez por sus aportaciones musicales. Cabe subrayar, de él, su permanente inscripción en el plano de la cultura popular.
d) Margarita Sánchez. Novelista y gran amiga cultural de México, acompañará la FILA con la presentación de su más reciente novela Madera antigua.
II
Pero hay algo más para explicar el sentido de que Cuba sea ahora el invitado especial de la feria acapulqueña, a saber: en este 2016 se cumplen los 85 años de Songoro Cosongo, una de las creaciones poéticas más extraordinarias de todos los tiempos, del poeta cubano Nicolás Guillén. La FILA le rendirá por ello un homenaje. ¿Pero en qué lógica dentro del contexto internacional? Nicolás Guillén es el gran poeta latinoamericano de la negritud. Con él, desde la poesía, se descubren las fuerzas y las potencias magníficas que lo negro –la negritud derivada de la afrodescendencia– aporta al espíritu o al alma de los pueblos del Caribe y de otras partes del mundo, incluyendo por supuesto a nuestro país. La referencia al referido contexto: el homenaje de la FILA se dan dentro de la “década de los afrodescendientes” decretada desde al año pasado por la ONU (2015-2024).
¿Quién no ha oído hablar de su Songoro Cosongo? ¿Quién no conoce el poema que lo abre? Tal vez muchos, pero acaso ahora sea el momento de recordar:
Llegada
¡Aquí estamos!
La palabra nos viene húmeda de los bosques,
y un sol enérgico nos amanece entre las venas.
El puño es fuerte
y tiene el remo.
En el ojo profundo duermen palmeras exorbitantes.
El grito se nos sale como una gota de oro virgen.
Nuestro pie,
duro y ancho,
aplasta el polvo en los caminos abandonados
y estrechos para nuestras filas.
Sabemos dónde nacen las aguas,
y las amamos porque empujaron nuestras canoas bajo los cielos rojos.
Nuestro canto
es como un músculo bajo la piel del alma,
nuestro sencillo canto.
Traemos el humo en la mañana,
y el fuego sobre la noche,
y el cuchillo, como un duro pedazo de luna,
apto para las pieles bárbaras;
traemos los caimanes en el fango,
y el arco que dispara nuestras ansias,
y el cinturón del trópico,
y el espíritu limpio.
Traemos
nuestro rasgo el perfil definitivo de América.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
La ciudad nos espera con sus palacios, tenues
como panales de abejas silvestres;
sus calles están secas como los ríos cuando no llueve en la montaña,
y sus casas nos miran con los ojos pávidos de las ventanas.
Los hombres antiguos nos darán leche y miel
Y nos coronarán de hojas verdes.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
Bajo el sol
nuestra piel sudorosa reflejará los rostros húmedos de los vencidos,
y en la noche, mientras los astros ardan en la punta de nuestras llamas,
nuestra risa madrugará sobre los ríos y los pájaros.
¡”Nuestra risa madrugará sobre los ríos y los pájaros”! He allí una buena línea reflexiva para el México bárbaro o para el Guerrero bárbaro de nuestros días.
*Director general de la Feria Internacional del Libro de Acapulco