EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Porque ganó la izquierda en Portugal?

Gaspard Estrada

Octubre 09, 2019

El pasado domingo los portugueses fueron a las urnas para elegir a su nuevo gobierno. Como se trata de un régimen político parlamentario (como la gran mayoría de las democracias europeas), el ejecutivo portugués se conforma dentro de la mayoría política emanada del voto. Sin embargo, durante la última elección legislativa, el Partido Social-Demócrata (PSD, centro derecha), no logró formar un gobierno a pesar de obtener la primera minoría de los votos. Ante esta situación inédita, el entonces presidente del Partido Socialista, ex ministro del interior y ex alcalde de Lisboa, António Costa, se dispuso a armar un gobierno de coalición junto con partidos más a la izquierda, como el Partido Comunista, el Bloque de Izquierda y otras formaciones minoritarias anticapitalistas y antieuropeistas. Después de 34 días de negociaciones entre Catarina Martins, presidenta del Bloque de Izquierda, Jerónimo de Souza, líder del Partido Comunista Portugués, y el propio António Costa, nació este ejecutivo, llamado por el ex primer ministro portugués Paulo Portas de “geringonça”, es decir, un engendro sin futuro.
En efecto, durante décadas, los programas políticos y económicos de estas agremiaciones habían sido flagrantemente incompatibles. De tal suerte que no eran pocos los analistas de la vida política de Portugal que apostaban al fracaso de esta coalición, ya sea por el hecho de que se trataba de un gobierno minoritario, como por las tensiones inherentes al ejercicio gubernamental. De hecho, entre 2011 y 2014, el gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho implantó severos programas de austeridad, que se tradujeron en una disminución del nivel de vida de los portugueses (uno de los más bajos de la zona euro) y un aumento de la deuda pública, que ya venía en aumento desde el gobierno del ex primer ministro socialista José Sócrates. Sin embargo, los cuatro años de la legislatura de Antonio Costa pasaron sin mayores sobresaltos. De hecho, Portugal resurgió de sus cenizas, hasta ser calificado como uno de los mejores alumnos de la zona euro. Los hogares empezaron a ganar más, gracias a las políticas de apoyo al mercado interno implantadas por el ministro de economía de ese país, Mauro Centeno, al mismo tiempo que el déficit público disminuyó, lo que fue bien visto por la Comisión Europea en Bruselas. El desempleo, que rebasaba el 15 por ciento en el auge de la crisis económica (en 2013), se ubica cerca del 6 por ciento en 2018.
De tal manera que era de esperarse que el bloque actualmente en el poder tuviese un buen resultado electoral, y que la campaña legislativa fuese aburrida a consecuencia. La gran pregunta que se hacían los analistas residía en el tipo de mayoría política que obtendría el Partido Socialista de Costa, ya sea una mayoría absoluta que le permitiría gobernar de manera autónoma, o una mayoría relativa que obligaría a los tres partidos de izquierda a readecuar la coalición gubernamental para mantener la mayoría “Gerongonça”. Finalmente, los portugueses optaron por la segunda opción, aunque el partido de Costa salió fortalecido de esta campaña electoral.
Queda claro que los desafíos de Portugal siguen siendo muchos, empezando por la economía. La recuperación de ese país se ha sustentado en dos pilares: las exportaciones (que suman 40 por ciento del PIB), y el turismo (que vale por 15 por ciento del mismo). Si bien estos dos motores siguen a la alza, si el consumo interno no aumenta, así como la productividad de la industria, los economistas estiman que el “milagro económico portugués” no perdurará. Tal vez haya llegado el momento para que el nuevo gobierno de Costa tome nuevas iniciativas para conjugar el crecimiento económico y la inclusión social.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada