Parto de la premisa de que por más exhortos y recomendaciones que el gobierno ha hecho a la ciudadanía, la pandemia prosigue su tendencia creciente en materia de decesos y contagios. Nos vamos acercando, inexorablemente, a mil 500 personas fallecidas y 11 mil personas contagiadas. Estamos entre los estados de la República que tristemente se destacan por su numeralia de enfermedad y mortandad a causa del Covid-19.
Insisto en que para detener el ritmo de crecimiento de los estragos de la pandemia es necesario reestablecer un confinamiento parcial y territorialmente delimitado en los municipios que acusan un mayor grado de infestación y mortandad. De lo contrario seguiremos observando el imparable crecimiento de la pandemia.
Tomando como fuente datos que elabora la Universidad Nacional Autónoma de México, me he permitido elaborar para el caso de Guerrero, una tabla en la que se plasman los principales municipios donde la pandemia se ha enseñoreado y el lugar que ocupan en los más relevantes indicadores que se están utilizando para dimensionar la magnitud y proyección de la propagación del virus y de sus efectos.

¿Cuántas más muertes, cuántos más contagios necesitamos para energizarnos y corresponsabilizarnos ponderadamente? Porque es bien sabido que el gobierno tiene la autoridad moral, la aplicación de la ley y los disponibles recursos materiales, humanos y financieros para actuar. Los ciudadanos, su mayor o menor conciencia y voluntad. Que cada quién haga lo suyo y rinda cuentas al pueblo que quede.