Jorge Camacho Peñaloza
Julio 07, 2017
La seguridad de los pueblos a mí mando, es el más sagrado de los deberes. José de San Martín.
Nadie ha explicado o informado el sustento legal de la actuación de la Fuerza Conago. Sería sorprendente que de repente un grupo de policías con insignias y logotipos del gobierno de la Ciudad de México me trataran de parar fuera de su jurisdicción en plena costera Miguel Alemán para supuestamente revisar si mi vehículo tiene reporte de robo, y la pregunta sería qué autoridad estatal o municipal de Acapulco, en este caso hipotético, les otorgó facultades y por qué no ha avisado formalmente a los habitantes del estado y del municipio.
Asimismo, ¿por qué se salen de su ámbito de competencia, que es la Ciudad de México, y cuál es el fundamento legal de portar armas fuera de su jurisdicción? ¿Qué no es precisamente lo que se les está exigiendo a las policías comunitarias, el no salirse del territorio de sus comunidades donde fueron electas? ¿A qué autoridad rendirán parte, quién tiene el mando, por qué empezar en Guerrero, será porque mediáticamente es el estado más visible? Todo esto debe estar estipulado en un convenio que debería ser informado a la sociedad para darle la certeza de que es algo legal.
Además, el problema de la inseguridad en la Ciudad de México no está tan alejado de lo que pasa en Guerrero, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública del 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en nuestra entidad la percepción de inseguridad de la gente es del 84.7 por ciento, mientras que en los gobernados por Miguel Ángel Mancera es del 84.6; en cuanto a la tasa de víctimas por cada cien mil habitantes en Guerrero es de 31.3 en tanto que en la Ciudad de México es de 38.5, así con esas cifras lo más pertinente habría sido que la primera Fuerza Conago incursionara en la Ciudad de México, pero claro que no porque eso pegaría en los propósitos electorales del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera.
Por lo anterior, todo esto me parece un despropósito, pues la población puede interpretar que Mancera manda en Guerrero o que ya no despacha en el antiguo Palacio del Ayuntamiento capitalino sino en Los Pinos, adjudicándose atribuciones federales para combatir delitos del fuero común como el robo de vehículos, extorsión, secuestro e incluso, el homicidio doloso, derivado de un supuesto convenio de cooperación policiaca que nadie ha explicado.
Más bien considero que se está haciendo un uso electoral de las policías capitalinas, que no traen una misión relacionada con la seguridad de los acapulqueños sino con las aspiraciones de su jefe de ser candidato a la Presidencia de la República, exhibiendo el mensaje de que está realmente preocupado y ocupado por la seguridad en el país. Ese es realmente el objetivo y el mensaje, incluso está pensando dejar la jefatura de gobierno al concluir su gestión como presidente de la Conago para ir en busca de la candidatura presidencial. Nada que ver con la seguridad.
En realidad, Acapulco está ampliando su mercado turístico, no sólo tenemos turismo nacional e internacional, popular y de cinco estrellas, convenciones y eventos deportivos de primer nivel mundial, también magisterial, político y ahora policial, los 300 elementos de la policía y procuraduría metropolitana no van a resolver nada, llegaron al puerto de Acapulco el miércoles y se van el sábado, vacaciones adelantadas, proselitismo y turismo policial pues.
Vuela vuela palomita y ve y dile: Al mando federal, que nos mande decir si será que ya desistió de su encomienda por la seguridad, porque sólo así se podría justificar la presencia de la policía de Mancera.