EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Proyecto de la presa El Zapotillo

Octavio Klimek Alcaraz

Agosto 03, 2019

Por ser un caso de interés público, debido a las consecuencias que tendrá respecto a hacer posible la democracia y nueva cultura del agua en el país, trataré de dar algunos elementos relacionados con el proyecto de la presa El Zapotillo.
El proyecto de la presa El Zapotillo se propone construir una presa en el río Verde, que es parte de la subcuenca del río Lerma-Chapala-Santiago-Pacífico, a más de 100 kilómetros al noreste de la ciudad de Guadalajara, en la región de Los Altos Norte de Jalisco. El objetivo de la presa es suministrar agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara, para lo cual debería construirse una presa derivadora llamada Purgatorio, a la ciudad de León, Guanajuato para lo cual se construiría un acueducto que haría el trasvase entre cuencas, así como a municipios de los Altos de Jalisco, los cuales deberían realizar conexiones al acueducto.
Si se concluye la construcción de la presa El Zapotillo, serían inundadas las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, lo que significaría el desplazamiento forzoso de mil 500 habitantes. También serían destruidas o perjudicadas las condiciones actuales de comunidades río abajo y arriba, en un total de más 15 mil personas.
Este hecho ha generado la movilización de los pobladores afectados. Un cúmulo de demandas y cuestionamientos por los impactos adversos sociales y ambientales no sólo de los citados pobladores, sino también de la comunidad académica, así como organizaciones ambientalistas y sociales. Por otro lado, los gobiernos estatales de Jalisco y Guanajuato y la Comisión Nacional del Agua han sido sus principales promotores desde hace 30 años.
De manera reciente destacan dos hechos:
Primer hecho: El desplegado de los académicos integrantes del Comité Universitario de análisis sobre asuntos de interés público en materia de Agua y Energía de la Universidad de Guadalajara. El desplegado fue publicado en diarios de circulación nacional el pasado 29 de julio del presente. En el texto del desplegado se señala enfáticamente, que los datos hidrológicos están ”incompletos y obsoletos para una gestión científico-técnica de la cuenca donde se construye la presa y mucho menos son válidos para justificar cuotas de distribución entre los estados de Jalisco y Guanajuato”, como ha sido motivo de controversia en distintos momentos por sus gobiernos estatales.
También se manifiesta, que “no existen elementos objetivos que permitan sostener la factibilidad de la presa, la elevación de la cortina a 105 metros, y mucho menos el trasvase a otra cuenca. Se debe aplicar el principio precautorio en proyectos con tan alta incertidumbre hidrológica y ambiental, porque la seguridad humana y alimentaria de Jalisco y el país no se debe poner en riesgo.” Esto, debido a que existe una polémica sobre la altura máxima de la cortina, en donde originalmente se planteaban 80 metros de elevación de la cortina, ya que de ello va a depender la superficie que finalmente va a inundarse, afectando a los pobladores ahí asentados.
Asimismo, indican que “la infraestructura y operación del acueducto a León conlleva la inminente privatización del agua, lo que negaría aún más los derechos ciudadanos.”
Finalmente, en su desplegado los académicos de la Universidad de Guadalajara proponen alternativas al trasvase para abastecer con agua a las poblaciones que se propone beneficiar con la construcción de la presa El Zapotillo, así como conformar “un grupo de trabajo interinstitucional e interdisciplinario integrado por especialistas de la Semarnat, Conagua; de Jalisco y Guanajuato, así como de instituciones científicas e internacionales para garantizar un adecuado manejo del agua como derecho humano y ambiental de nuestra región.”
Segundo hecho: En ese contexto, el pasado 30 de julio en Jalisco, el doctor Víctor Manuel Toledo Manzur, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, manifestó en un foro que él encabezó, que “con la participación de más de 300 pobladores de las comunidades de la región alteña de Jalisco, productores agrícolas, técnicos especializados en el agua y organizaciones civiles, lo siguiente:
“…con el avance de la tecnología, una presa es una especie de mastodonte pesado que ya no funciona”, sin embargo, dijo que la única manera para evitar seguir adelante con esta construcción es “demostrar que se puede hacer una gestión integral del agua para atender también a los habitantes de Guadalajara”.
En este sentido, el titular de la Semarnat acordó la realización de más foros para analizar las alternativas de abastecimiento y distribución de agua con base en las propuestas planteadas y dijo que informará al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el desarrollo de este primer diálogo.
Finalmente, reflexionó sobre la necesidad de que los seres humanos se civilicen a través del agua, es decir, que sean capaces de sacrificar intereses particulares o de grupo para organizarse colectivamente y generar soluciones concertadas a través del diálogo y del conocimiento científico y técnico al servicio de la gente” (https://www.gob.mx/semarnat/prensa/encabeza-semarnat-primer-dialogo-para-analizar-viabilidad-de-la-presa-el-zapotillo).
Entiendo, además que el propio presidente de la República Andrés Manuel López Obrador ha manifestado en sus conferencias matutinas que está en la idea de escuchar a la ciudadanía afectada en torno a decidir el futuro del proyecto de la presa El Zapotillo.
Con estas declaraciones del titular de la Semarnat y del presidente de la República, creo que soplan vientos distintos para la sociedad y la naturaleza en México. Hasta ahora, en general los tomadores de decisiones no han tomado con seriedad los aspectos ambientales y sociales de los ecosistemas del país, y se sigue creyendo para muchos que lo ambiental es una formalidad burocrática. Estoy convencido de que un servidor público responsable debe actuar para servir a la sociedad, y decir con argumentos sólidos lo que considera correcto.
Finalmente, el que escribe reitera que el modelo para una buena gestión del agua debe ser guiados por principios como los éticos de la democracia del agua, los de la responsabilidad ambiental, la responsabilidad financiera, la equidad en el reparto, la innovación en tecnología del agua, la transparencia, y la participación de los usuarios y de los que viven en las áreas productoras del recurso agua. Eso en mi opinión debe ser puesto en el debate de la construcción de la presa El Zapotillo.