Silvestre Pacheco León
Enero 21, 2019
Ahora resulta que fue intencionadamente provocador el tuit de Gabriel Quadri buscando abrir el debate sobre el subdesarrollo de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas que, según él, suman una carga al país impidiendo su desarrollo.
Si no fuera por el peso político exiguo del ex candidato presidencial del Panal que en las elecciones del 2012 quedó en último lugar, hasta se podría pensar que su expresión buscaba desviar del debate actual la profundidad de la corrupción que se ha ido descubriendo en la guerra contra los huachicoleros, cuya mafia se extendió desde el poder, permeando la estructura de Pemex, hasta sectores empobrecidos que viven en las cercanías con los ductos de gasolina, quienes a fuerza de la necesidad se involucraron en el robo y comercialización de la gasolina corriendo los riesgos que ya resultaron fatales en Tlalhuelilpan, Hidalgo
Para empezar, sin esos tres estados que apenan a Quadri, lo que queda después ya no sería México, porque fue en Guerrero donde se fundó la nación. Si bien Guanajuato produjo el Grito de Independencia, en Guerrero se escribieron los Sentimientos de la Nación, se suprimió la esclavitud y se consumó la independencia.
Si en Chilpancingo el Congreso de Anáhuac escuchó de labios del Generalísimo Morelos los Sentimientos de la Nación hace 204 años, en la ciudad de Iguala se confeccionó la bandera que ondea en todo nuestro país desde 1821.
Fue en nuestro estado donde el cura José María Morelos encontró la fuerza y valentía de hombres y mujeres para sumarse al propósito insurgente que puso fin a la dominación española, con un ejército que surgió de la nada para enfrentarse nada menos que al poder de los Realistas con generales de prestigio mundial, en una guerra larga y cruenta de donde emergió la noble y gallarda figura del consumador de la independencia, don Vicente Guerrero.
En la guerra de la Revolución de 1910, después del estado de Morelos, Guerrero fue el más zapatista secundando el grito de Tierra y Libertad. Aquí fue donde se lanzó el primer Manifiesto anti porfirista en 1901 (Plan del Zapote), y donde el agrarismo cobró carta de naturalización contra los hacendados herederos de las encomiendas quienes acapararon la tierra, enriquecidos con el encasillamiento de jornaleros.
Cuando Gabriel Quadri decidió su participación en política no buscó, por cierto, afiliarse a un partido de izquierda afín al ecologismo que él dice defender. Lo hizo desde su zona de confort como asesor de organismos privados, esos de doble moral que buscan lavar sus cargos de conciencia mientras siguen deteriorando el medio ambiente.
Buscó la ventaja que entonces representaba ser aliado en esas lides políticas de la maestra Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE y dueña de la franquicia del Partido Nueva Alianza, aliado del PRI (que por fin desapareció en las elecciones pasadas).
Quizá nadie lo recuerde pero antes de ser candidato presidencial en las elecciones de 2012, Gabriel Quadri fue alto funcionario del gobierno federal, presidente del Instituto Nacional de Ecología. Su presencia se hizo notoria en los medios cuando pocos días antes de su nominación retomó e hizo suyo públicamente un tuit de los que mandan los cada vez menos enemigos del ahora presidente de México, en el que se calificaba a Andrés Manuel López Obrador como “majadero, vulgar, desinformado y mordaz”.
Su tuit provocador, en el contexto de la guerra contra la corrupción descubierta en Pemex, buscaba quizá sumarse a la voces que pretenden desvirtuarla para ocultar la identidad de los verdaderos saqueadores de la riqueza de Pemex.
Pero el tema planteado por el consultor privado sobre el atraso económicos de los tres estados de nuestra región se mantendrá ahora en la palestra con la presentación de los programas regionales que el gobierno federal ha diseñado para hacerles justicia.
Con su ejecución que promoverá el desarrollo veremos con claridad que la verdadera pobreza de Guerrero, Oaxaca y Chiapas está en su clase política gobernante que desde nuestro origen como nación defendió y mantuvo los privilegios de un pequeño grupo con un modelo económico de saqueo de las riquezas naturales.
De acuerdo con el reporte de Geocomunes, una organización social que se dedica a realizar “cartografía colaborativa en defensa de los bienes comunes” publicado en la revista Proceso, todo el territorio de Guerrero y Oaxaca forma parte del mapa de la “infraestructura para el despojo” que el gobierno ha concesionado para la explotación minera. El estado de Chiapas suma miles de hectáreas que se dedican a la industria extractiva en manos extranjeras, que sólo cicatrices y contaminación deja en la superficie y entorno que explota.
Pero claro que Quadri sabe de la riqueza biodiversa de la región y de su pluriculturalidad, pero en su afirmación lo que esconde es su profundo racismo porque sin mencionarlo se refiere a la población indígena como la causa del atraso, cuando han sido las etnias originarias las que han mostrado su enorme capacidad de resistencia para sobrevivir al modelo priísta de colonización, explotación y saqueo.
Ése modelo económico que opera en Guerrero para facilitar la expansión de los inversionistas y que desvía el presupuesto público para favorecer a los altos funcionarios, da cuenta del enorme endeudamiento público, del oneroso costo del gobierno y de la extendida y poderosa burocracia que se manifiesta ineficaz en los servicios públicos que otorga.
En el campo la producción de alimentos está paralizada y deprimida porque el modelo neoliberal privilegia la operación de las grandes empresas comerciales de exportación, dejando como sobrevivencia a la población local sólo la opción del cultivo de estupefacientes cuya actividad resulta tan riesgosa como ahora se ve en el huachicoleo.
Los pueblos originarios han cargado con los trabajos más duros y peor pagados siguiendo la ruta de la agricultura comercial, la cosecha del café en las costas y de las hortalizas en los campos del noreste, y sin embargo, en estos aciagos años de violencia e inseguridad que afecta a todo el estado, han dado origen al modelo más sofisticado de organización comunitaria para dotarse de su propia seguridad a través de los cuerpos de policías comunitarios que por usos y costumbres todos los varones están obligados a integrarlos durante un año de servicio gratuito. Sus territorios están libres de organizaciones criminales.
Por eso si la intención de Gabriel Quadri era desviar o desvirtuar el actual debate de la guerra contra el robo de combustible, verá que el problema de la corrupción que promueven y favorecen los gobiernos prianistas también tiene que ver con el subdesarrollo.
@SilvestrePL