EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Qué está en juego en las elecciones presidenciales de Perú y Ecuador?

Gaspard Estrada

Abril 07, 2021

El próximo domingo Perú y Ecuador irán a las urnas para elegir a su próximo(a) presidente(a). Se trata de un fin de semana importante en el calendario electoral latinoamericano de 2021, que también tiene previsto elecciones legislativas, estatales y municipales en México, constituyentes, presidenciales y legislativas en Chile, presidenciales en Nicaragua y Honduras, legislativas en Argentina y Nicaragua, y municipales en Paraguay. De hecho, los chilenos también tenían previsto elegir a los miembros de la convención constituyente encargada de redactar una nueva carta magna este domingo, pero el agravamiento de la situación sanitaria en ese país obligó a las autoridades electorales chilenas a postergar este escrutinio. No fue la decisión de sus homólogas peruanas y ecuatorianas, que mantuvieron la fecha de la elección a pesar de la degradación de las condiciones sanitarias en estos países durante las últimas semanas.
En ambos países, las elecciones están marcadas por la apatía y la indefinición de los electores. Y es que tanto en Lima como en Quito, la pandemia del Covid-19 ha tenido consecuencias muy graves en la economía como en la salud, sin hablar de la polarización política que viven estas sociedades. Sin embargo, el cuadro electoral es muy diferente en cada uno. En el caso ecuatoriano, la segunda vuelta presidencial opone dos visiones diferentes de país. Por un lado, el candidato es Andrés Araúz, un joven economista de 36 años, ex ministro de Cultura del ex presidente Rafael Correa, que antes de entrar al ruedo electoral se desempeñaba como doctorando de Economía en la UNAM, en la Ciudad de México. Frente a él se encuentra el banquero Guillermo Lasso, representante de la aristocracia ecuatoriana asentada en la ciudad costeña de Guayaquil, que es candidato por tercera vez. Este último llegó en segundo lugar por algunos votos más que el líder ambientalista Yakú Pérez, que cuestionó el resultado en los tribunales electorales esperando revertir el resultado, sin éxito. Tras este contencioso legal, Lasso regresó al ruedo político, y recuperó la iniciativa, en particular durante los dos debates televisivos. Si al principio de la segunda vuelta, Lasso estaba lejos de Araúz en las encuestas, los últimos estudios demoscópicos dan cuenta de una competencia cerrada –dentro del margen de error– para saber quién gobernará Ecuador por los próximos cuatro años. En esta perspectiva, la polarización política que ha vivido el país desde los tiempos del correísmo se va a mantener, al menos en el corto plazo.
En el caso peruano, esta polarización existe, pero se traduce de una manera diferente. Contrariamente al escenario ecuatoriano, la recta final de la primera vuelta electoral está marcada por la alta fragmentación del cuadro electoral. De los 18 candidatos inscritos en la boleta, sólo cinco de ellos se disputan las dos plazas disponibles para la segunda vuelta electoral. Se trata de tres candidatos de derecha, una de izquierda, y un candidato que navega entre dos aguas, con propuestas imposibles de realizar. Ninguno de los cinco supera el 10 por ciento de intención de voto y casi una tercera parte de los electores está indecisa o prefiere no revelar sus preferencias. En los últimos días, tres debates en la televisión se llevaron a cabo, a raíz de los cuales las encuestas dan muestra de la caída de las candidaturas de Yonhy Lescano y Rafael López (extrema derecha), y por otro lado el crecimiento de los números de las candidaturas de Hernando de Soto (derecha), Veronika Mendoza (centro izquierda), Keiko Fujimori (extrema derecha). Sin embargo, la incertidumbre persiste.
Durante la campaña pocas ideas consistentes emergieron. Y es que Perú vive en crisis política desde hace ya años –desde la última elección presidencial, en 2016, cuatro presidentes se han sucedido en el poder– sin que los grandes problemas nacionales, como el desempleo, sean atendidos.
No obstante, estas elecciones tienen un punto positivo: la llegada al ruedo político de una nueva generación de políticos, como Andrés Araúz y Veronika Mendoza, con un discurso más en fase con la realidad de sus sociedades.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada